FENAVIN repasa la importante presencia del vino en la literatura y, en concreto, en la picaresca clásica española

El vino en la literatura y, en concreto su presencia y tratamiento en la picaresca clásica española, ha sido el tema abordado hoy en la ponencia ‘Geografía literaria del vino: la vendimia de la florida picardía’, dentro de la sección La Cultura y el Vino de FENAVIN. Luis Arroyo, rector honorario de la UCLM, ha sido el encargado de coordinar la mesa redonda organizada por la Academia de Gastronomía de Castilla-La Mancha, en la que ha participado su presidente, José María Sanromán y el catedrático de Derecho del Trabajo en la Universidad de León, Germán Barreiro.

Luis Arroyo ha empezado su intervención destacando el “grandísimo papel que el vino ha jugado en la literatura universal”, desde los clásicos griegos y romanos hasta nuestros días, la mayoría de las veces para describir un pasaje jocoso o bien para describir lo pernicioso que es su abuso. “En el nombramiento de los Embajadores del Vino se explicó muy bien la relación del vino con la cultura y la literatura es la cultura escrita”. Además, ha alabado el trabajo que está realizando la Academia Gastronómica para poner en valor el medio rural y la gastronomía de los pueblos pequeños.

La ponencia ha proseguido con las palabras de Germán Barreiro, quien ha explicado a los asistentes que han llenado el Aula Cervantes de la Feria Nacional del Vino, que el título de la mesa redonda está sacado de su libro ‘La vendimia de la florida picardía’, en el que hace un repaso de la presencia del vino en la picaresca clásica española, como género literario, y su relación con él. Barreiro ha descrito esta relación como “pícara, festiva y lúdica, donde se utiliza el vino como instrumento para burlarse y engañar al prójimo, todo dentro de un concepto humorístico. Para ello ha escogido tres pasajes de tres autores: Vicente Espinel y Carlos García, ambos del Siglo de Oro Español, y el tercero del libreto de la ópera ‘El elixir del amor’, en la que un pícaro engaña a todo un pueblo con un elixir que cura todo y, en realidad, era vino.

La ponencia ha sido clausurada por Ángeles Mañanas, vocal la Academia de Gastronomía de Castilla-La Mancha y por Matías Barchino, decano de la Facultad de Letras de Ciudad Real, que ha ahondado en la vinculación del vino con la literatura de la región, a través de escritores castellano-manchegos como el Arcipreste de Hita, Lázaro de Tormes, que se hizo pregonero de vinos en Toledo; el arcipreste de Talavera o Francisco de Rojas, que han escrito sobre el vino de una forma, según Barchino, “curiosa”. “El vino lleva a la celebración, pero la mayoría de esta literatura sobre el vino no es celebratoria sino existencial, con todo el vino se ha convertido en un elemento de la vida y, por lo tanto, la literatura que es vida, lo recoge”.

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