Al César lo que es del César

Eduardo Muñoz Martínez.- Con esta paremia, vocablo que deriva de paremiología, o estudio del significado de los refranes, «Dar al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios», de origen bíblico, recogida en los Evangelios de Marcos, Mateo y Lucas, que se puede definir como «enunciado breve, sentencioso e ingenioso que transmite un mensaje instructivo», y que se puede entender como la necesidad de dar a cada uno lo que le corresponde, he querido comenzar estos párrafos que surgen al leer la información, en la prensa escrita, que aparecía, entre otros medios, en lanzadigital, el pasado día siete de este mismo mes de junio, bajo el epígrafe «Presentado el proyecto de la pasarela ciclopeatonal que unirá Miguelturra con Ciudad Real: tendrá ciento veinte metros de largo y cuatro de ancho».

Sorprendió a algunos miembros de la Corporación Municipal miguelturreña, de los que obviamente no daré sus nombres, para evitar posibles consecuencias, del mismo modo que al firmante, qué en el evento, al que asistieron el Consejero de Fomento de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, Ignacio Hernando; el Presidente de la Diputación de Ciudad Real, José Manuel Caballero; la Alcaldesa de Miguelturra, Laura Arriaga, y el Responsable del Estudio de Ingeniería y Arquitectura AJA, Ramón Sánchez de León, no hubiese ningún representante del Ayuntamiento capitalino, constándome que nuestra primera edil, o algún concejal del Grupo Político Ciudadanos, hubieran estado encantados de hacerlo, y además con todo merecimiento. Eso se llama, en el mejor de los casos, menosprecio, falta de educación…, por no emplear otros adjetivos calificativos.              

Como miguelturreño de nacimiento que soy, acontecer del que me sentiré sanamente orgulloso durante toda mi vida, lamento no poder estar, del todo, de acuerdo con el periodista Carlos Monteagudo, cuando dice, no sé si de «motu propio», o lo que es lo mismo, «voluntariamente o por propia iniciativa», o porque ha «bebido en alguna fuente», que «la futura pasarela pone fin a una reivindicación histórica por parte de los vecinos de Miguelturra que a diario se desplazan a Ciudad Real para trabajar o estudiar y que no lo hacen en las mejores condiciones de seguridad al tener que compartir actualmente la vía con turismos, camiones…

Tampoco puedo dar, totalmente, la razón a la señora Arriaga, cuando señala que fue un día feliz e importante para Miguelturra, o cuando se refiere a la pasarela como una infraestructura que beneficiará especialmente a los vecinos de Miguelturra, recuperando, -dice ella-, una fácil y directa comunicación que tenían nuestros antepasados, -y los que no lo somos, Laura-, que se vio alterada por el trazado de la A-43. Señor Monteagudo, señora Arriaga, ¿saben ustedes por qué no puedo compartir, -absolutamente-, sus declaraciones? Porque al contrario ocurre exactamente lo mismo. Son muchos, también, los ciudadrealeños, -de la capital-, que cada día, y por diferentes motivos, se desplazan a la vecina ciudad, ya que, al sobrepasar los diez mil habitantes, un pueblo se convierte en ciudad.

Tengo que aplaudir, eso sí, al Consejero de Fomento del Gobierno Autonómico que, no sé si adrede o queriendo, -por poner una nota de humor-, destacó que se trata de un proyecto muy simbólico para ambas poblaciones, ya que, -afirma él-, se convertirá en un signo de unión, de amistad y de apertura entre dos núcleos poblacionales, muy importantes, en la provincia de Ciudad Real, y en toda la región.

Todo lleva a pensar, y vuelvo un poco al principio, que el protocolo de un evento de similar calado ha de ser cuidadosamente estudiado y preparado. Es de suponer que ha sido responsabilidad del Equipo Municipal de Gobierno, o de la Alcaldesa, de Miguelturra y es que, como dicen o piensan algunos miembros de su corporación, tal vez venga muy bien barrer para adentro, al estar cada vez más cerca de unos nuevos comicios electorales municipales. Señora Arriaga, la precampaña, la campaña…, hay que hacerla, sobre todo, con honestidad, y recordando, -como decía al iniciar este artículo de opinión-, que hay que dar al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios, o lo que es lo mismo, hay que dar a cada uno lo que corresponda y, digo yo, que algo le corresponderá al Ayuntamiento de Ciudad Real. En cualquier caso, es una buena y provechosa obra que, ojalá, en los plazos previstos, se convierta en realidad. 

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