Cuaderno de verano: SOS Limpieza vial

Lo he dicho muchas veces en público y en privado, y así como tenía un sarcástico argumento para tumbar a aquellos que afirmaban que Puertollano es el pueblo de las dos mentiras, me quedo sin hebra cuando lo acusan de ciudad sucia. Lo primero, nos hace ciudadanos con suerte por vivir en una ciudad tan poco mentirosa -apenas dos mentiras-. Lo segundo es una triste realidad. Puertollano es una ciudad sucia. Pero antes de empezar con los ayes y las criticas fáciles y demagógicas, de dirigir el dedo hacia el otro no a uno, hay que preguntarse por qué una ciudad está permanentemente churreteada sin que apenas se note cierta mejoría salvo en las zonas nobles… y tampoco.

Uno tiene un esquema analítico que no es nada original porque es de puro sentido común. La cadena de la limpieza tiene tres eslabones: el ciudadano, el servicio de limpieza y su eficacia y su control municipal. Por este orden. Así la eficacia está ligada al servicio como la educación al ciudadano, de modo que si la norma general es la costumbre a la falta de lustre, por más que se esmeren los servicios no lucirá la ciudad en todo el esplendor posible. Y si los ciudadanos son celosos de la calle y evitan empercudirla y los servicios son deficitarios o inoperantes siempre quedará la mácula que estropea el lienzo. La indiferencia municipal remata el cuadro.

En Puertollano, dada la experiencia, debe fallar todo porque el aspecto de algunas calles sobrepasa lo permisible, por lo tanto cabe deducir que ensuciamos tanto que los servicios de limpieza no dan abasto, que la empresa que tiene encomendada esa tarea por el Ayuntamiento no tiene la excelencia como meta y que el Ayuntamiento debe silbar ante el panorama. En resumen: todos somos responsables de la limpieza  de la ciudad que habitamos pero en Puertollano, esa cuestión se ha convertido en asignatura pendiente. Los candidatos a la gobernación inciden en abrillantar lo público durante la campaña, y no dudo de sus buenas intenciones, pero luego la rutina, se va enseñoreando de los días y de lo que se dijo entonces apenas queda una pasada de bayeta para no hacer de la suciedad una pátina mugrosa y conviviente y perpetua. Que lo es.

He dicho que el primer eslabón es el ciudadano y lo mantengo. Una ciudad está limpia, no porque goce de un equipo eficiente con maquinaria y personal suficiente, sino porque los ciudadanos simplemente no la ensucian, bien utilizando las papeleras, respetando el horario de la basura  y procurando que los lugares comunes de asueto no se conviertan en un basurero. Uno que es fumador ha caminado por Burgos y ha tenido que esperar a la primera papelera para tirar la colilla apagada. La limpieza actuaba como arma de disuasión a la mala praxis. De haber tirado la colilla al suelo, algún burgalés me hubiera mirado mal o llamado la atención.

Hace poco en un Pleno, el Ayuntamiento prorrogó el contrato con la empresa que viene haciendo esa tarea, supongo que con buen criterio, y que estará al día del trabajo realizado cada jornada. Es de suponer que la concesionaria se esmerará más y mejor para conseguir erradicar la mugre. Y es de suponer también, y esto es lo difícil, que los puertollaneros/as sea cual sea su condición se mostrarán más participativos a la hora de colaborar a que nuestras calles no perezcan en el lodo, porque la calle es la casa abierta por cuyos pasillos caminamos todos.

Me duele tener que reconocerlo: Puertollano es una ciudad de recia historia a pesar de los vaivenes de esa historia y de reconocidos valores, pero no es una ciudad limpia. Me cargan quienes enseguida, de manera refleja, señalan al Ayuntamiento con el dedo acusador sin detenerse en analizar la conducta general hacia el estado (sucio) de las cosas. Y me resulta penoso que los responsables municipales, sabiendo lo que hay, no diseñen una campaña incluso agresiva que disuada al ciudadano de ensuciar y lo persuada de las gratas ventajas que eso trae. Y si es necesario una ordenanza (desconozco si la hay) que incluya sanciones pues leña al mono. Contenedores hasta los topes, cajas, muebles, roña en las aceras con tal espesor que se puede conocer el año en que germinó… Eso no hace a una ciudad sucia, delata que esa ciudad está habitada por gentes a quienes les trae al pairo la higiene callejera.

Así que como ciudadano y vecino de Puertollano me gustaría que todas las partes nos pusiéramos las pilas de una maldita vez, y si al final resulta evidente que nos gusta más la roña que lo limpio pues que nos coma la mierda y que Dios reparta suerte.

PD.- Un baldeo general y profundo de calles y el pintado de la señales de tráfico urgen. Sé que se está en ello.    

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2 COMENTARIOS

  1. Oiga usted Valero, si señor, los puertollaneros somos muy guarros, mucho. Hemos mejorado en el tema canino, por lo menos en lo que respecta a las cacas, y aunque todavía se ven algunos mojones, hombre, no es el campo de minas que era antes. Harina de otro costal es la cosa del pipi de los perritos, y es que claro, la botellita de agua para echar un riego encima de la chorrada del animalito parece que es la panacea y manga ancha señores. El aspecto de las aceras es repugnante y el olor…… Creo que todo el que tenga perro debería pagar un impuesto para financiar el trabajo que cuesta subsanar los inconvenientes que sus mascotas originan y que los demás no tenemos que padecer.

  2. Sí, sí, sí, Valero, totalmente de acuerdo. Somos un pueblo guarro y sucio, no mucho más que otros, pero lo somos. La indiferencia de casi todos hace que la situación sea persistente; la actitud de los munícipes no es mucho mejor, yo he llamado ( hace años, un puñado ya ) para denunciar una situación relacionada con la suciedad/limpieza viaria, y el/la responsable del tema en el ayto. me dijo » | … es que no vamos a poner un policía para cada vecino…! y con ese argumento , que vas a discutir., se te cae el alma al suelo y te preguntas: Dios mío es que no lo ven, es que no ven el estado de las haceras , de las fachadas, sobre todo de los edificios públicos. fíjense en de la esquina calle cruces-cuadro, realmente asqueroso por LAS MEADAS DE PERROS. Como puede ser que los propios habitantes de un pueblo tengan tan poco respeto por el entorno? Los caminos públicos de la periferia son el water de los perros conducidos allí por sus dueños. Insisto en lo de los perros porque desde que somos un país europeo y perteneciente al primer mundo, lo de tener perros como animales de compañía en tu pequeño apartamento-piso, se ha convertido en una práctica que no va acompañada de la responsabilidad que conlleva esa pertenencia, y todo acto irresponsable debería de estar sancionado contundentemente, porque las buenas razones no entran en la cabeza de muchos de nuestros vecinos faltos de civismo y responsabilidad. SANCIONES YA, coño.
    PD He observado que en los últimos días la limpieza viaria está mejorando.

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