Tortilla de Puertollano

Jesús Millán Muñoz.- Dentro de la comida tradicional y popular se pueden realizar cambios que no entrarían en la nueva cocina, sino en la derivación de la tradicional. 

Sea un producto imaginario de un escribiente o sea real o sea fantasmagórica o sea un juego, dejo al lector/a que encuentre la solución… le invito a que saboree y construya y materialice esta variedad de tortilla. 

Con los ingredientes de huevos de gallina, huevos de codorniz, patatas, sal, fuego… sintetizaremos el proceso de alambicado porque se cogerían los huevos de codorniz se cocerían, después, de cocidos se les quitaría la cáscara y se dejarían reposar. Mientras tanto se pelarían las patatas en trozos pequeños, se batirían los huevos de gallina y se mezclarían ambos ingredientes. 

Ya realizado ese paso, a la mezcla de huevos batidos con patata anteriormente sofritas, se le añaden los huevos de codorniz cocidos… se pone en el fuego, y en un tiempo similar, cuándo vaya cuajando, se siguen los pasos de la tortilla tradicional, ya más hecha o menos, según los gustos… 

Alrededor de esta tortilla, real o imaginariamente, el lector/a entre en este juego, en el que el concepto de artículo lo llevamos un poco más lejos, puede que estemos inventando realidades que no son reales. Puede que estemos incentivando que algo no real se materialice. Puede que sea una especie de juego mental… Y, todo sea un escenario, algo así, como siguiendo al maestro Cunqueiro tomaba un elemento real o histórico y lo ampliaba. Quizás, aquí lo único real de momento, sea que existen huevos y existen patatas… 

Pues alrededor de esta tortilla de Puertollano, se ha conmemorado un día de la tortilla, dónde se hacen concursos y premios a la mejor Tortilla de Puertollano, con esas características antes indicada… Además, se celebra una especie de festival, acuden, al menos en la imaginación, miles y decenas de miles de personas ese fin de semana, a esta localidad del Campo de Calatrava inserta en la Mancha… 

O, quien sabe si este artículo es un experimento social, que desde un modesto artículo se intenta inventar una variedad de alimentos, que no sabemos si existe en algún lugar, y, alrededor de eso, se celebra imaginariamente un día de fiesta, un día de encuentro, un día de gastronomía, un día para que cientos de personas asistan a este acontecimiento. Y, llegue trabajo y turismo a un lugar que tanto lo necesita… 

Al final, toda comida o plato tuvo un momento que se creó o se inventó o se transformó de otras anteriores. Alguien hizo o soñó una variedad, alguien se equivocó, alguien no tuvo más remedio de hacer algo con los ingredientes que tenía, -como achacan al turrón, en tiempos de alguna guerra-. Y, surgió algo nuevo. Algo que es una mezcla y variedad de cosas anteriores. Algo que después se fue difundiendo. Y, desde luego, el autor o autora, ha quedado olvidado en la noche de los tiempos. Pero esa realidad ha seguido siendo y estando en la historia local o comarcal o regional… la comida es el lugar de la invención popular. Lo esencial pienso se inventó y aplicó en la prehistoria –sea comida cruda, sea comida seca o ahumada, sea comida asada, sea comida cocida en agua…-. 

Ahora está en auge, la vanguardia de la gastronomía, realidad necesaria, A semejanza que todas las artes se han apuntado a la vanguardia de estos dos últimos siglos, también tenía que llegar el momento al comer. Pienso que la gastronomía es un arte, igual que la pintura o la música o el teatro o la literatura… Pienso que tenemos que cambiar esa concepción y hacer de la gastronomía un arte. Dividida en dos grandes géneros: la comida típica y popular de cada territorio, y, la comida de diseño o invención o nueva cocina, que fluye desde hace más de medio siglo en toda Europa, y, ya extendida por el mundo, cada uno buscando sus variedades… 

Todo artículo o columna periodística hay que terminarlo. No sé, si el estimado lector o lectora, conoce algo de este procedimiento que los humanos llaman artículo. Existen de muchas clases y muchas variedades. Las personas de dicha comarca, saben si estas palabras tienen base real, o solo son imaginarias. Pero desde luego, invitamos a las fuerzas vivas de dicha entidad local, de dicho concejo o ayuntamiento, que lo piensen y repiensen, y, quizás podrían ponerlo en la práctica. Y, entonces, se podría haber creado en la realidad, el pequeño milagro, que una columna periodística irreal se convirtiese en algo real. Y, quizás, así se contribuya un poco a unas cuantas sonrisas, y quién sabe como el Voto, fiesta popular, recordando epidemias del pasado, pues esta fiesta creada o inventada o imaginada por la mente humana, se convierta en una tradición… 

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