¿Deberían los comunistas pedir perdón a la sociedad?

El Papa Juan Pablo II durante sus veintiún años de pontificado ha pedido perdón al mundo, en más de  94 ocasiones, por el mal comportamiento, que en ocasiones, ha tenido la Iglesia o miembros de ella a lo largo de su dilatada historia, y todos hemos sido capaces de reconocer que estos gestos son los que dignifican a esta institución para siempre y la hacen más asequible y cercana a los pobres y desvalidos de este mundo.

La palabra comunista o comunismo  surge en Francia en un gran banquete celebrado el 1 de julio de  1840 al que asisten más de mil obreros guiados por el afán de encontrar medios adecuados para oponerse, según ellos, a la esclavitud, que soportaban de la clase empresarial y dueña de los medios de producción. Unos diez años  antes había nacido un término muy semejante en sus propósitos pero menos radicales, me refiero a la palabra socialismo.

El comunismo es una doctrina totalitaria fundada en Alemania a  mediados  del siglo XIX por los ideólogos  Karl Marx y  Friedrich Engels cuyo objetivo fundamental es combatir al capitalismo en los campos más importantes como  son: la abolición de la propiedad privada, controlar los medios de producción, planificación económica y social de la vida comunitaria, desaparición del estado  y de los partidos políticos.

 Para llevar a feliz término este desastre social y económico es necesario que el capitalismo entre en una crisis interna de grandes magnitudes creadas, entre otras razones, por la colaboración de la clase obrera a través de grandes huelgas y manifestaciones continuas que desfiguren el estado democrático y de participación y creen ese caldo de cultivo de lucha entre ricos y pobres, entre empleados y desempleados, entre demócratas y dictadores etc. Sólo así se podrá desmantelar el sistema  democrático y crear un único partido comunista que sea capaz de realizar la gran revolución a través de la dictadura del proletariado y así abolir el estado para crear una sociedad dictatorial en la que unos pocos sean los auténticos dueños de las vidas y de la haciendas de todos como ocurrió en Rusia y los países de su órbita.

Debemos tener claro  que la sociedad comunista es una institución revolucionaria sin estado donde toda la propiedad está en manos de la comunidad pero esa comunidad es dirigida por unos pocos que dictan las normas conforme a su criterio personal y contra las que nadie puede opinar, más aún los dirigentes reparten la riqueza conforme a las capacidades y necesidades de los individuos, pero ese reparto se hace con criterios del jefe, impuesto por las armas desde una revolución social.

Las personas se convierten en número y dejan de ser esclavos en el sistema capitalista para ser aniquilados físicamente y mentalmente en la dictadura del proletariado y aquel que no acate las decisiones solamente le espera la tortura y después la muerte, pero no una muerte cualquiera sino la muerte del esquirol y del traidor a su comunidad y por su puesto a su patria.

Sin lugar a dudas los mayores criminales y asesinos  de la historia han sido Lenin Vladimir, Losef  Stalin, Mao Tse Tung y un largo número de estadistas de los países sometidos a Rusia como los dictadores de Rumanía, Bulgaria, Checoslovaquia, Hungría  y otras muchas naciones  bajo el telón de acero que sufrieron el terror  y el odio del sistema implantado por los tanques soviéticos después de la segunda guerra mundial que no era otro que un sistema comunista totalitario.

En la encíclica del Papa Pío XI Divini Redemptoris, después de  reprobar los gravísimos crímenes cometidos contra obispos, sacerdotes, monjes, cristianos en general en España durante nuestra Guerra Civil por los comunistas y socialistas, dice textualmente: Ningún individuo que tenga buen juicio, ningún hombre de Estado consciente de su responsabilidad pública puede dejar de temblar si piensa que lo que hoy sucede en España podrá repetirse mañana en otras naciones civilizadas. Creo que no se puede ser más claro y contundente contra quienes  quemaron más de veinte mil iglesias y conventos y ajusticiaron a más de  diez mil sacerdotes, obispos y monjes en España por el mero hecho de ser cristianos eso sí proclamando la libertad, la justicia y la paz.

En el Libro  Negro del Comunismo: Crímenes, terror y represión, editado en Francia en 1997 por Stephane Courtois, director de investigaciones del Centre National de la Recherche Scientifique (CNRS) y que se publicó en España un año después 1998 por las editoriales, Espasa Calpe y Planeta nos relata unas cifras de muerte y de asesinatos cometidos por el comunismo mundial que nos da escalofrío solamente leerlas. Así fueron asesinados en la Unión de Repúblicas Soviéticas 20 millones de personas contrarias al sistema. 65 millones de personas fueron ajusticiadas en la  República Popular China por Mao Tse Tung con el único objetivo de imponer su dictadora más abominable. 2 millones de personas fueron muertas en Corea del Sur, 2 millones en Camboya y así hasta la más terrible de las cifras muy cerca de los cien millones de personas a las que ellos, se suponía que, les iban a conceder una vida mejor.

Podemos decir que desde que se creó la doctrina comunista han sido ejecutadas en el mundo más de medio millón de personas cada año por el simple motivo de no  estar de acuerdo con el sistema de igualdad y de fraternidad que ellos dicen que impondrán, un día, si logran el poder. Me parece sencillamente bárbaro el asesinato cometido por los padres de  los que hoy  proclaman la libertad, no condenan el terror y amparan a los asesinos que cometieron tantos crímenes en España y con los que hoy este gobierno está consensuando acuerdos de gobierno.

Permítanme  que no pueda entender que después de tanto dolor causado por esta ideología, nadie responsable haya tenido el valor y el coraje de pedir perdón y decir al mundo que, al menos y en alguna ocasión, se han confundido y han matado a mucha gente inocente que tenía el mismo derecho que ellos a pensar diferente y a entender que la sociedad podía construirse de otra manera y de otra forma mucho más personal  y menos dependiente del omnipotente estado popular dirigido por unos pocos sabios que no permiten opiniones ajenas porque ellos y solamente ellos, están en posesión de la verdad absoluta.

He dicho  ya en alguna ocasión, que la historia puede repetirse  y que la conjunción de socialistas y comunistas puede ser una tremenda realidad en España y que somos muy dados al olvido y a apostar por ese cambio diabólico cuyo único objetivo es el poder y los pobres y marginados para ir después contra los pobres y marginados o por el contrario hacer pobres y marginados a todos como ha ocurrido en los países donde, por la fuerza de las armas, se impuso el sistema comunista, eso sí disfrazados por el eterno sermón de la lucha de clases entre pobres y ricos.

Ruego y pido  que mis predicciones no se cumplan nunca y que las palabras de Pio XI estén siempre presentes en las mentes y en los corazones de hombres y mujeres de bien que creen en la persona, apuestan por ella y predican la verdad que está en cada uno de los corazones que sabe compartir y convivir con lo que no creen ni piensan  como ellos pero el tiempo es tozudo y ante los el empuje independentista, podemitas y bilduetarras el gobierno socialista cede posiciones y cambia  el código penal, la malversación, los porcentajes de elección delo miembros del Tribunal Constitucional y lo que a ellos se les antoje porque siempre el chantaje es infinito y no tiene límites.

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3 COMENTARIOS

  1. Un texto bastante preciso. El comunismo sólo hizo un pequeño viraje con aquel nuevo Eurocomunismo de Enrico Berlinger forzado por las invasiones de Checoslovaquia y Polonia, al que se apuntó algún partido comunista europeo más como el PCE y en el que dejaban supuestamente la revolución, para aceptar un sistema democrático, pero con la misma idea de voltear la calle y si se consigue el poder trazar su totalitarismo y eliminar la participación libre de partidos políticos. El euro comunismo es lo que diseño Chavez en Venezuela.

  2. El papa pide perdon por » el mal comportamiento » de la iglesia a lo largo de su historia, le ha faltado decir que son cosas de chicos. Pero esas cosas de chicos han sido crimenes, asesinatos realizados por esa franquicia llamada » santa inquisicion » Si al libro que Vd. menciona » En el Libro Negro del Comunismo: Crímenes, terror y represión » le cambiamos el nombre y ponemos………….el otro, vemos que los resultados son identicos, es como aquel refran de …….la sarten le dijo al cazo. Los crimenes en España ………….los cometieron………los buenos y los malos. Por ultimo el papa representa a la iglesia ¿ pero quien representa al comunismo y puede hablar en su nombre……….sabe dode reside ? Las gafas llevan muchos años sin que se les quite el polvo y distorsionan la realidad añorando un pasado…………..

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