Hallan restos de época romana en el yacimiento arqueológico de Brazatortas

El alcalde de Brazatortas, Pablo Toledano, valora “enormemente los resultados que se están obteniendo en nuestro yacimiento arqueológico de Cruz de Mayo, desde que comenzaron unas prospecciones que se están llevando a cabo exclusivamente con recursos municipales”.

Pablo Toledano agradece así al equipo de arqueólogos liderados que integran David Oliver, Alfonso Monsalve y Paula Chirosa, “el empeño que nos trasladaban cuando nos plantearon un proyecto cuyos descubrimientos se están sucediendo constantemente”.

El regidor alude así a los informes y memorias que están trasladando al Consistorio estos profesionales y que, en lo relativo a la campaña 2022, según reflejan, “pese las duras condiciones meteorológicas ha resultado un éxito a nivel científico”.

Y es que los nuevos hallazgos obtenidos durante la misma han permitido documentar materiales arqueológicos que datan el yacimiento entre los años 101 y 89 antes de Cristo, es decir que el enclave estuvo ocupado durante la República de Roma “y era contemporáneo a otros como Sisapo en pleno Valle de Alcudia”, refieren los estudiosos.

“Se trata de una gran noticia para nuestra localidad, no solo por lo que entraña apuntalar la historia más antigua de Brazatortas sino también porque, ahora sí, podemos plantearnos nuevas oportunidades a futuro que tengan que ver con el turismo arqueológico”, refiere Toledano.

Por su parte, Oliver, Monsalve y Chirosa adelantan que “este yacimiento es de pequeño tamaño pero está muy fortificado y parece guardar una relación directa con el control del territorio dado, que, desde este lugar, se pueden controlar visualmente las vías de comunicación romanas de la época y pasos tradicionales de ganado y mercancías”.

Un control estratégico, en este caso del valle del Ojailén, que “lleva a pensar que este yacimiento controla el paso al Valle de Alcudia, que era un lugar de suma importancia para la República dada la magnificencia de sus explotaciones mineras de plomo y plata en plenas guerras civiles”, apostillan.

“Estas guerras pueden guardar relación con el hallazgo de una gran cantidad de proyectiles de honda o glandes en la presente campaña”, señalan, apuntando que dichas “piezas son muy típicas del mundo romano pero su hallazgo contextualizado es escaso en las excavaciones realizadas en la Península Ibérica”.

En este momento los investigadores están analizando todos los restos materiales para saber si, en esta época de romanización, la población del yacimiento Cruz de Mayo “era eminente romana o si, por el contrario, era población nativa ya integrada en la sociedad romana del momento y el motivo por el cuál edificaron este enclave arqueológico”.

Tras la nueva campaña del pasado año, se pone asimismo de relieve la importancia del emplazamiento arqueológico torteño, con el hallazgo de nuevas construcciones que, “de estar igual de preservadas que las encontradas en 2020 y 2021, se espera que hagan de este lugar un sitio idóneo para conocer las formas de vida de época romana en el mundo rural”, señalan Paula, Alfonso y David.

También, recalca el equipo de intervención, que “ha sido posible encontrar una gran cantidad de restos que pueden tener, aparte de una utilidad científica, provecho como material expositivo”.

Desde 2020

Desde hace dos años se han puesto al descubierto diversas estructuras en el yacimiento Cruz de Mayo de Brazatortas, por lo que Pablo Toledano valora “el especial denuedo e ilusión que el equipo de arqueólogos contratado está demostrando”.

Las construcciones que primeramente fueron localizadas daban a conocer un pequeño poblamiento de la Edad del Hierro que, “probablemente, ya tenía mucho que ver con el control del territorio y de los recursos mineros que durante este periodo se explotaban en el Valle de Alcudia a finales del I milenio a. C.”.

En este sentido el equipo de investigadores destaca la gran preservación de los restos y en especial de las construcciones que, en ocasiones, llegaron a alcanzar los 1,80 metros de alzada.

También se han descubrían diversos materiales arqueológicos, como “miles de cerámicas y entre ellas algunas ánforas, restos de metal y una espectacular industria lítica, esta última de gran importancia dado que informa a los investigadores de que debajo del yacimiento de la Edad del Hierro existe otro aún más antiguo con cronología calcolítica o de inicios de la Edad del Bronce”.

Este poblado más antiguo “es aún más grande que el de la Edad del Hierro”, dado que su extensión, por sondeos realizados en el año 2020, duplica, al menos, el yacimiento fechado a finales del primer milenio.

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