El corral de comedias y la fábrica de relojes de la calle del Jaspe de Ciudad Real

Sí,  Ciudad Real también poseyó un Corral de Comedias semejante al corral de comedias de Almagro, ubicado en la calle el Jaspe, hoy llamada Hernán Pérez del Pulgar, y este magnífico edificio aún estaba en pie en el año 1980 es decir hace, tan sólo 43 años, desapareciendo para siempre una reliquia  artístico-cultural de primer orden por el único motivo de la especulación urbanística.

El primer corral de comedias de Ciudad Real, y digo el primero, porque puede que se construyera otro, pasados los quince años, condición impuesta por el ejecutor del teatro, fue construido, según nos indica D. Inocente Hervás y Buendía por el artista D. Rafael  Berona en el año de 1779.

En el Libro Capitular de 1779 del Ayuntamiento de Ciudad Real que encabeza su portada en la forma siguiente: Jesús…….. María……… Josef……Joaquín y Ana que todo lo sanan en la sesión celebrada el 17 de marzo de 1779 se vio un memorial presentado por D. Rafael Verona por el que suplica se le conceda licencia para fabricar en esta ciudad, un corral  o patio de comedias por no haberlo en ella. Igualmente presenta una condición consistente en que no se pueda dar otra licencia de construcción hasta pasados los quince años. La Corporación Municipal atiende la solicitud debidamente, pero se preocupa mucho de que las obras reúnan las condiciones de seguridad suficientes para proteger la vida de los posibles espectadores.

Según el Catastro de la Ensenada, Don Rafael Verona poseía unas casas en la calle el Jaspe, lo que nos induce a pensar que en una de ellas construyó el teatro de comedias o Coliseo. En 1850 cuando ya había fallecido la viuda de D. Rafael Verona, Dª Luisa Córcoles,  una representación de la Parroquia de San pedro, compuesta por D. Andrés  García Ron, Cura Párroco de San Pedro; D. Manuel de la Riba y Rodrigo, agregado a dicha iglesia; D. Ramón Gómez, Cura Párroco de la del Salvador de Picón  se reúnen con fecha 19 de junio para establecer la venta a favor de D. José Antonio Ruiz de una casa en esta población y su calle del Jaspe conocida por el Coliseo, porque antes fue teatro de esta capital por un valor de 23.300 reales de vellón. Entendemos  que la familia Verona había donado sus bienes a la iglesia.  Solamente un mes después  el 27 de Julio de 1850 Don Antonio Ruiz  vende la casa que había comprado a la Parroquia de San Pedro a D. Fulgencio Trujillo, su convecino,  pero ya él se había encargado de destruir parte del corral de comedias, porque lo que compra D. Fulgencio es  el solar que ocupaba el escenario en el teatro antiguo de esta Ciudad y un  corral con un pozo que está situado en el mismo teatro de la calle  del Jaspe.

Sabemos que la licencia se concedió y el corral se edificó en la calle Jaspe nº 8  siendo Alcalde – Corregidor: D. Francisco Toral, Justicias: D. Tomás Palacios, D. Manuel Josef García: Diputados del Común: D. Diego Bernal, D. Isidro Madrid y D. Camborda. Personero o Síndico: Señor Zuluaga y Secretario: D. Manuel Dávila Muñoz. En este mismo sentido afirmativo poseemos las palabras de Dª Isabel Pérez Valera cuando dice: en esta provincia no se conocen edificios algunos dedicados a teatros y diversiones públicas: sólo en esta capital, Almagro y Alcázar de San Juan tienen los propios tres corrales en mal estado y peor disposición para cuando ocurre presentarse alguna compañía de cómicos que sucede poquísimas veces y añade sería interesante que también Ciudad Real  y Alcázar localizaran los corrales de comedias citados.

De los datos, antes comentados, podemos decir que el corral de comedias de Ciudad Real tuvo una vida de unos ochenta y un año como máximo ya que, según hemos ido analizando los hechos, se construyó en el año de 1779 y en el año  de 1850 D. Antonio Ruiz demolió parte del escenario antes de vender el inmueble a D. Fulgencio Trujillo. Desde entonces no tenemos ningún dato que atestigüe su utilización como corral de comedias, por otro lado a partir del siglo XVIII la moda imperante era la italiana y los edificios respondían a esa nueva moda renacentista.

Antes de 1560 no existía en España ni siquiera el concepto de lo que iba a ser el edificio dedicado a la representación teatral. Estas representaciones se llevaban a cabo en los palacios, en las plazas públicas, en patios de casas particulares, en posadas y en salones aderezados para la ocasión. A partir de esa fecha se comienzan a construir edificios destinados, fundamentalmente para la representación de la comedias compuestas por nuestros grandes dramaturgos de los siglos XVI y XVII (Lope de Vega, Tirso de Molina, Pedro Calderón de la Barca etc.) así en 1574 se construye el corral de comedias de la Cruz y en 1582  el del Príncipe y el de la Pacheca en Madrid. El corral de comedias de Almagro se construyó en 1628 bajo las órdenes de Leonardo de Oviedo

La estructura de los corrales de comedias era semejante para todos, y constaba  de los siguientes elementos: El escenario con tres posibles niveles, espacio en el que se hacía la representación teatral. Los aposentos destinados a las gentes principales. Los desvanes y las tertulias reservados para los religiosos y nobles. El patio central donde se congregaba el público quien veía la representación de pie y allí estaban los mosqueteros. Frente al escenario se construyó una especie de palco de mujeres llamado la Cazuela en la que se sentaban las mujeres totalmente separadas de los hombres hasta para entrar en el teatro. La alojería lugar donde se compraba los tentempiés y la famosa aloja o hidromiel, bebida hecha con agua, miel y hierbas aromáticas y a veces se mezclaba con vino

Las representaciones teatrales se realizaban de día, teniendo una duración de unas tres horas  y comenzaban el día de Pascua de Resurrección y terminaban en los carnavales. Dependiendo de las estaciones del año las representaciones se acomodaban a cada estación, así en invierno se comenzaba a las dos de la tarde y se terminaban a las cinco. En otoño la función comenzaba a las tres  y terminaba a las seis y en verano se comenzaba a las cuatro y se terminaba a las siete o siete y media ajustando el tiempo al horario solar.

La mayoría de los corrales de teatros eran patrocinados por las diferentes cofradías (Pasión, Soledad, la Esperanza etc.) cuyos beneficios se destinaban a paliar el aspecto económico  que suponía todo el mantenimiento de éstas. Pero posteriormente la dependencia pasó a los ayuntamientos  y éstos eran los encargados de  cederlos  a las compañías de teatro o especialistas del ramo para la explotación de estos locales a cambio de las  pertinentes  estipulaciones.

Por desgracia para todos muchos de estos edificios fueron demolidos para edificar los teatros a la italiana en el siglo XVIII con una arquitectura renacentista acomodada al cambio de la naturaleza del teatro, pero esto no ocurrió con el corral de comedias de Ciudad Real, ya que su destrucción fue motivada por ignorancia, abandono y desinterés de los dirigentes municipales.

Parece oportuno que volvamos a nuestro Corral de Comedias ubicado en el edificio nº 8 de la calle el Jaspe porque, durante algunos años en el mismo recinto del teatro comenzó su andadura la Fábrica de Relojes de Ciudad Real, fundada por el mismo D. Rafael  Verona, como podemos demostrar por las palabras que dice Madoz: Cuando el Hospicio de Ciudad Real estuvo en auge se estableció en Ciudad Real una fábrica de relojes a la que concurrieron algunos jóvenes de los recogidos en el establecimiento. Organizó esta fábrica D. Rafael Verona, vecino de la misma ciudad, en virtud de real gracia conseguida como autor de unos magníficos relojes que presentó en la Corte: era el local el taller del teatro.

A D. Rafael Verona Carlos IV, en 1800  le recompensó con el título de Relojero de Cámara Honorario por el magnífico trabajo desarrollado en la fábrica de relojes de Ciudad Real y por las aportaciones que llevaron a cabo Antonio Mathey, Vicente Taracena y Blas Muñoz. Tan importante fue su trabajo de creación, diseño y realización a nivel nacional e internacional que Luis Montañés Fontela en su libro Relojes Españoles en el capítulo Relojes en Ciudad Real  se pregunta: ¿Qué ha sido de la obra de estos hombres realizada en Ciudad Real?

Me parece muy oportuno, como ya viene siendo habitual en mis escritos, llamar la atención a los poderes públicos de antes y de ahora para que nuestra historia no se olvide y para que hombres como  D. Rafael Verona creador y fundador del corral de comedias y de la fábrica de relojes sean siempre recordados, al menos con una placa donde estuvo el corral de comedias porque hoy nadie sabe ni siquiera de su existencia. Hasta la calle ha cambiado de nombre cuando esto jamás tenía que haber ocurrido. Si en la calle el Jaspe nació el Corral de Comedias de Ciudad Real, ¿cómo alguien, con sentido común, puede cambiar a esta calle el nombre? Pues amigos de Ciudad Real  así ha sido y así han ido ocurriendo otras muchas cosas que les iré contando,  porque creo que vale la pena saber de nuestro pasado y saber para no volver a cometer los errores gravísimos que se han cometido.

No podemos, de ninguna manera, dejar en el limbo de los justos nuestro acervo cultural y seguir adelante sin que  la huella de los que nos precedieron con sus grandes aportaciones y creaciones sea visible para todos. ¡No creo que  en Ciudad Real haya tantas personas ilustres para que sus nombres queden en el más absoluto de los olvidos!

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