La acusada de matar a un amigo con discapacidad en Alcázar de San Juan niega los hechos, pero admite haberle robado la televisión

M.A.P.C., acusada de matar a un hombre con una discapacidad reconocida del 92% y con el que aparentemente mantenía una amistad, ha negado los hechos durante el juicio celebrado este lunes en la Audiencia Provincial de Ciudad Real ante un Tribunal de Jurado. No obstante, sí ha admitido haber robado la televisión a la víctima, que se encontraba dentro de su vivienda de Alcázar de San Juan en el momento de los hechos.

Así lo ha expresado la acusada en la primera sesión de la vista, en la que ha afirmado que la víctima, J.G.C., y ella mantenían una amistad desde hace más de 20 años. Además, ha reconocido haber tenido «problemas con la heroína desde los 14». «Soy bipolar y él me ayudaba, me hacía compañía porque tenía muchos problemas», ha añadido durante su declaración.

Lo que no ha reconocido es que el día de los hechos discutiera con su supuesto amigo y que le golpeara en la cabeza. Seguidamente, ha relatado que cuando subió a casa de la víctima, dos testigos se quedaron delante de la puerta «mirando a ver qué cojones se iba a encontrar». «Estaba su bicicleta abajo y vi una luz», ha dicho añadiendo que «como no abría, di una patada a una moldura de la puerta» y que cuando entró a la casa, la víctima «andaba perfectamente». «Estaba borracho, le llevé a la cama, le puse un cojín, miré en todos los sitios de la casa y no había nadie ni faltaba nada», ha añadido.

«Teníamos un móvil empeñado a un vecino del tercero, fui a que me diera el dinero para el teléfono y como no me abría la puerta, bajé. Yo llevaba un tiempo dando vueltas por ahí y la madre de la que vive en el tercero me dijo que el que tenía el móvil, ya había cobrado», ha apostillado.

A preguntas de la fiscalía, ha matizado que no llamó a la policía porque pensaba que la víctima estaba ebria y ha detallado que cuando le vio, «no tenía sangre». Asimismo, ha admitido que «solo se llevó la televisión», que la vendió a una vecina a cambio de droga.

«Cerré la puerta, bajé y una gitana del vecindario me dijo que si le bajaba la televisión, me daba un gramo. Subí y le dije que metiera la televisión debajo de la cama y vino la policía porque alguien me había visto con un bulto», ha añadido.

Refiriéndose a la víctima, ha dicho que «era un hombre muy difícil, igual que ella». «Cuando consumíamos, él iba a su vida y yo a la mía y él, aun sabiendo que era difícil, no quería estar solo, me propuso casarnos e incluso vivir conmigo, yo le dije que eso era imposible», ha dicho.

Asimismo, la acusada ha relatado que el día de los hechos, habría tomado 5 o 6 gramos de cocaína, 150 gramos de metadona, 7 pastillas psiquiátricas y «todo el alcohol que pudiera beber y más».

LOS HECHOS

Según el escrito de acusación de la Fiscalía, al que ha tenido acceso Europa Press, los hechos ocurrieron entre las 18.00 y 18.30 horas del día 25 de noviembre de 2020, cuando la acusada se dirigió a la vivienda de la víctima, en Alcázar de San Juan, a quien se había reconocido un grado de discapacidad del 92%, por osteoartrosis localizada degenerativa y ceguera.

En esta ocasión, la encausada, acudió a dicha vivienda con la intención de reclamar un dinero que supuestamente, su amigo le debía, sabedora de que éste se encontraba en su interior.

Una vez allí, J.G.C. no abrió la puerta y la acusada procedió a fracturar de varias patadas la puerta de entrada de la vivienda, introduciendo la mano por el hueco creado y abriendo la puerta con la manivela de la misma, logrando así acceder al interior del piso, no sin antes volver a colocar la moldura de la puerta en su sitio.

Una vez dentro de dicha vivienda, al encontrarse con J.G.C. en la cocina, se inició una fuerte discusión entre la acusada y aquel, motivada por la supuesta deuda antes referida. La encausada, le golpeó fuertemente en el macizo facial de la hemicara izquierda,
empleando para ello un objeto contundente, teniendo la intención de
acabar con la vida del mismo o, al menos, siendo consciente del peligro que para su vida podría suponer un golpe en dicha zona.

Acto seguido, la propia acusada cogió a J.G.C. –que estaba inconsciente a consecuencia del fuerte golpe sufrido– lo llevó al salón y por último al dormitorio principal de la vivienda, colocándolo en posición de cubito prono en una cama que allí había, con un cojín sobre la cabeza, para acto seguido apoderarse de un televisor de plasma que estaba en el salón, abandonando el piso con dicho televisor en las manos.

Breves instantes después, la acusada M.A.P.C. se presentó en el cercano domicilio de R.M.G., ofreciendo a éste adquirir el mencionado televisor de plasma, resultando que R.M.G. le entregó 50 euros en metálico, adquiriendo en ese momento dicho televisor. El mencionado R.M.G. está siendo investigado por estos hechos en un procedimiento distinto a éste.

Avisados tanto por vecinos del bloque donde J.G.C. tenía su vivienda, como por familiares de la propia víctima, al extrañarse todos ellos por los ruidos y golpes que provenían de la vivienda del mismo, se personaron poco después varias patrullas de agentes de la Policía Nacional y de la Policía Local de Alcázar de San Juan, los cuales, tras acceder al interior del piso, encontraron allí únicamente al mencionado J.G.C., que estaba inconsciente y tumbado sobre un costado en la cama de su dormitorio, con un cojín colocado encima de la cabeza, habiendo diversos restos de sangre en dicha cama, como en suelo y muebles de la cocina y del salón del piso.

A consecuencia de la agresión recibida de la acusada M.A.P.C., J.G.C. sufrió un traumatismo craneoencefálico de tal magnitud que no sólo le produjo fracturas óseas –multifragmentadas y con desplazamiento-hundimiento–, si no que también le causó hemorragias cerebrales, edema cerebral y lesión axonal difusa con encefalomalacia.

A causa de dichas lesiones, J.G.C. fue trasladado a la UCI de Ciudad Real (Neurocirugía) el mismo día 25 de noviembre de 2020 y el 11 de diciembre de 2020 se le realizó una intervención quirúrgica de la fractura maxilofacial. Además de ello, el 15 de diciembre de 2020 se le realizó una traqueostomía.

La víctima permaneció en la UCI Ciudad Real hasta el día 20 de enero de 2021, en que fue trasladado al Hospital La Mancha Centro con un traumatismo craneoencefálico grave con múltiples hematomas, complicaciones infecciosas. Así, no mejoró su estado neurológico desde su traslado al Hospital La Mancha y fa falleció finalmente en dicho hospital a las 00.50 horas del 1 de febrero de 2021.

El Ministerio Público asegura que, de no haber sufrido el grave traumatismo craneoencefálico que provocó el coma, J.G.C. no habría estado encamado ni tampoco habría sufrido el resto de complicaciones que condujeron a la causación de un tromboembolismo pulmonar y posterior fallecimiento del mismo.

Por estos hechos, la Fiscalía pide 13 años y 6 meses de prisión por un delito de homicidio, y 4 años y 3 meses por un delito de robo en casa habitada. Los hijos del fallecido (de 68 años y viudo), reclaman por la muerte de su progenitor.

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