El Gobierno de Castilla-La Mancha protege y promociona tradiciones como ‘La Borricá’ de Torrenueva como símbolo de identidad

El vicepresidente segundo del Gobierno de Castilla-La Mancha, José Manuel Caballero, que ha participado en ‘La Borricá’ de Torrenueva, declarada Fiesta de Interés Turístico Regional, junto al alcalde de la localidad, Raúl Bravo Velasco, ha reafirmado el compromiso del Ejecutivo regional con la protección y promoción de las tradiciones y festividades de la región “porque son un símbolo de identidad y parte de lo que somos”.

Caballero ha podido acompañar a la familia que ha hecho su promesa de sacar la bandera a las ánimas y ha conversado con los más de un centenar de caballistas que han recorrido las calles del municipio para dar cumplimiento a esta tradición. Además, ha puesto en valor el carácter gastronómico de esta fiesta en la que todos los vecinos y vecinas degustan en la calle, invitados por la familia del abanderado, dulces típicos de ‘cochura’ como flores, tortas, rosquillos, buñuelos, sequillos y hojuelas; y de saldado, frutos secos, guijas o altramuces; todo ello siempre acompañado de la típica “limoná”.

“Estas fiestas nos enseñan de dónde venimos, nos indican dónde estamos y nos deben servir para saber hacia dónde queremos seguir avanzando y mejorando juntos”, ha remarcado José Manuel Caballero. En este sentido, el vicepresidente segundo ha explicado que, concretamente la festividad de ‘La Borricá’, “nos enseña cómo la fuerza de la esperanza, la gratitud y la solidaridad entre vecinos pueden impulsar a todo un municipio como Torrenueva”.

Los jinetes de Torrenueva celebran a caballo este antiguo rito, anterior al siglo XVII, en el que los cofrades-soldado piden limosna para las ánimas del purgatorio. El abanderado es el vecino comprometido a colocar la bandera en la ventana o balcón de su casa el martes de carnaval al primer toque de ánimas y la descolgará a las dos de la tarde, segundo toque de ánimas, portándola en su mano subido en un caballo.

Un cortejo de jinetes a caballo le acompaña, originariamente en mulas y burros, de ahí el nombre de ‘La Borricá’, acompañados de un tamboril. A partir de ese momento recorren las calles de Torrenueva, recogiendo limosnas que entregarán al párroco al final del día, en una ceremonia cargada de emoción en la que hoy ha estado presente el vicepresidente segundo.

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