Dos periodistas: Arturo Gómez-Lobo y Francisco Colás (16)

            La intervención de Gómez-Lobo en una serie de actos públicos puede ayudar a entender su pensamiento político en los años de la guerra. Primero, el prestigioso y moderado abogado es miembro del Comité Provincial del Frente Popular. Por otra parte, a finales de agosto de 1936 se constituye el Tribunal Popular de la provincia de Ciudad Real, “ encargado de juzgar con carácter de urgencia, los delitos derivados del actual movimiento faccioso” (El Pueblo Manchego, 1-9-1936). Forman parte del mismo dos vocales propietarios y dos suplentes por cada una de las siguientes fuerzas políticas o sindicales: Partido Socialista, Unión Republicana, Partido Comunista, Izquierda Republicana, Confederación Nacional del Trabajo, Unión General de Trabajadores y Juventudes Unificadas. Pues bien, Gómez-Lobo figura como uno de los vocales suplentes por su partido.

Gaceta de la República (13-7-1937)

            A comienzos de septiembre sale de Ciudad Real para Madrid el Batallón de Milicias manchegas “Adelante» y con tal motivo se reúnen en “cordial cena de despedida los jefes, oficiales y clases de dicho Batallón y diversas representaciones de los partidos políticos que componen el Frente Popular”. En ella interviene Gómez-Lobo y dice unas palabras desde su perspectiva política. Afirma que cuando los compañeros que se despiden vuelvan a sus casas, tras haber doblegado a la facción, podrán decir con orgullo que su victoria no ha sido para cambiar de tirano, ni para conquistar tierras, sino para libertar a un pueblo del yugo que le amenaza (El Pueblo Manchego, 4-9-1936).

            El 29 de octubre de 1936 tiene lugar un mitin en el Teatro Cervantes para conmemorar la Revolución rusa, en el que participan diversos dirigentes de partidos. Por izquierda Republicana, como presidente del Comité Provincial, lo hace Gómez-Lobo. Pone de manifiesto que el capitalismo se está hundiendo y recurre a todas las armas legales para lograr que sigan existiendo los explotadores y conseguir que no desaparezcan las castas, “con su estela inicua de esclavitud para el trabajador”. Con la victoria, expone, el pueblo implantará un régimen social donde el trabajo sea el principal exponente (El Pueblo Manchego, 30-10-1936).  

            El 12 de julio es nombrado gobernador civil de la provincia de Cuenca (Gaceta de la República, 13-07-1937), donde tiene una complicada actuación. Poco más de un mes después se reúne con Azaña en Valencia, concretamente el 23 de agosto de 1937, según escribe el propio presidente  (Manuel Azaña, Diarios completos. Monarquía, República, Guerra Civil, Barcelona, Crítica, 2000). Le recuerda las cosas tristes de esta provincia: “Aquello es el Rif. No hay caminos, no hay teléfonos. Estoy incomunicado con muchos pueblos. La provincia está arrasada por las columnas de milicias irregulares. Por allí anduvieron, en el otoño, los valientes de Del Rosal, que después de estorbar y correr en Madrid, en cuanto arreció el peligro, aparecieron milagrosamente situados a noventa kilómetros a retaguardia. (Como se lo había yo pronosticado a Galarza). Ahora, los confederales que han abandonado el frente de Albarracín se han instalado en más de veinte pueblos de la provincia, viven en los pinares, durmiendo en hamacas colgadas de los árboles, se acuestan con la mujer que quieren, lo devoran todo”. Gómez Lobo pide fuerzas para dominarlos y el subsecretario le promete seiscientos carabineros. Y Azaña incide en el caos reinante: “El gobernador vive acampado en el edificio del Gobierno Civil, totalmente vacío, a causa de los saqueos. Su predecesor, un tal Papy, huyó con el coche, diciendo que iba a dar un paseo. Y el anterior, socialista, también abandonó el cargo, por miedo”.

Gaceta de la República (20-11-1937)

            Unos meses después, el 30 de octubre de 1937, Julián Zugazagoitia Mendieta (1899-1940), ministro de la Gobernación, envía una carta a José Giral Pereira (1879-1962), ministro de Estado (AHN: Diversos-José Giral, 1, N.187). La misiva es muy crítica con Gómez-Lobo y se pide el nombre de una persona para sustituirle, pues escribe que tiene informes “demasiado concluyentes” sobre su ineficaz labor en la provincia. La situación no es nada satisfactoria para el propio gobernador, que llega a decir que el día que quieran la “tomarán los facciosos”. Y,  escribe, que por su parte no sabe que haya hecho nada para corregir la situación,  pues quizá se considere impotente o acaso le sea igual una cosa que otra. Y termina así: “cada día que se pierde es un día que cuenta a favor del adversario. Ya comprenderá que en estas condiciones no podemos seguir ni un minuto más”. Así es que el 20 de noviembre de 1937 la Gaceta de la República publica la dimisión de Gómez-Lobo del cargo de gobernador civil de la provincia de Cuenca. Giral encuentra el nombre que le pide Zugazagoitia, Alberto Vela Palacios, también miembro de Izquierda Republicana, que es nombrado nuevo gobernador.

            Cumplidos los dos años del inicio de la guerra, Gómez-Lobo pronuncia una importante alocución en Ciudad Real. El folleto que la recoge, titulado La República y el Frente Popular, tiene esta entradilla: “Discurso pronunciado en el Teatro Cervantes el día 18 Julio de 1938, en el segundo aniversario de la guerra contra la rebelión, por el Presidente del Consejo Provincial de Izquierda Republicana Arturo Gómez-Lobo Mora en representación del Frente Popular, radiado por la emisora E.A.J. 65”. Es una síntesis de su pensamiento político, con el tema principal de unidad y diversidad, es decir, un denominador común en la República en armonía con la pluralidad política. Y la importancia de la lucha contra el fascismo español, “solo interesado en alentar intolerancias para nutrir la fuente del privilegio al que pretendió fortalecer con su rebelión”. Termina con la idea de que el triunfo traerá con la libertad de España la de todos los pueblos.

            Todavía, a mediados de febrero de 1939, Gómez-Lobo participa en Madrid en la reunión del Consejo Nacional de Izquierda Republicana y vuelve después a Ciudad Real (La Libertad, Madrid, 19-2-1939).

Cubierta del folleto con el discurso pronunciado el 18 de julio de 1938

            El 5 de abril de 1939 Gómez-Lobo parece que “declara” en el proceso abierto por los franquistas, seguramente en un simulacro o especie de paripé. Aparte de otros informes y declaraciones hay que recordar la del capitán jurídico Valentín Serrano Sánchez, que actúa en 1936 en tribunales represivos de Salamanca. Conoce a Gómez-Lobo, a quien trata en varias ocasiones, por encontrarse antes de la guerra en prácticas en el Juzgado de Primera Instancia de Ciudad Real y actuar el acusado como abogado.

            Afirma que “siempre le ha oído manifestarse en términos de extremo izquierdismo” y que actúa activamente en el campo de la política izquierdista. Nada de nada. Pero después llega en la declaración la parte más llamativa en la simulación: “Que aunque el declarante no ha estado en Ciudad Real durante la dominación roja ha comprobado por todos los individuos que pasaron á la zona nacional y luego más tarde al ser liberado Ciudad Real que la influencia del encartado le valió ser nombrado presidente del Frente Popular en la Provincia y que por su ascendiente e influencia puede derársele como uno de los principales sinó el principal, con los atropellos y crímenes cometidos en esta provincia. Que se le señala por el pueblo de Ciudad Real como el principal marxista (parece que pone, aunque la palabra no se aprecia bien) durante la dominación roja”

Por su parte, Gómez-Lobo, según se escribe, dicen que dice “…que ignora como se produjo la herida en la cabeza que padece en estos momentos; leída que ha sido en declaración se afirma y ratifica en ella y no firme porque por su estado no puede hacerlo lo hace su señoría conmigo el secretario de que doy fé”. En fin, no es creíble el proceso. Lo cierto es que, seguramente torturado, muere el 8 de abril de 1939.

            En 1941 Antonio Ruipérez, juez instructor provincial de Responsabilidades Políticas de Cuenca, cita a los “individuos” que estuvieron al frente del Gobierno Civil de Cuenca entre el 14 de febrero de 1936 a 1 de abril de 1939, entre ellos Arturo Gómez-Lobo Mora (BOE, 20-9-1941).

            Y los tentáculos de la represión llegan incluso a su familia. Por ejemplo, en 1946 a su hija. En la sesión de la Junta de Gobierno de la Cámara de la Propiedad de 26 de marzo, se aprueba “el cese de pensionista en la Mutualidad de Doña Asunción Gómez-Lobo” dentro de la Mutualidad de Empleados de Cámaras (Cámara Oficial de la Propiedad Urbana de la provincia de Ciudad Real. Memoria de los trabajos realizados durante el ejercicio de 1946, Ciudad Real, Editorial Calatrava, 1947, p. 7). Así es la España que amanece. Sangre y represión.

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