Para evitar estas prácticas o posibles fraudes lo más importante es no dejar entrar en casa a nadie porque estas revisiones no se pueden realizar sin previo aviso. Se llegan a cobrar casi 300 euros por un servicio que cuesta unos 70 euros, advierten desde la delegación de Consumo.
La concejalía de Consumo y la Oficina Municipal de Información al Consumidor (OMIC) han aconsejado a los daimieleños, en especial a las personas mayores, sobre los pasos a seguir para evitar posibles fraudes o precios abusivos en las revisiones de las instalaciones de butano.
Como ya ha sucedido otros años por estas fechas, la OMIC ha tenido constancia de que en los últimos días se han producido varios casos en los que un técnico, que se presenta en los domicilios como especialista acreditado, ofrece sus servicios para dicha revisión.
La concejala de Consumo, Prado García-Carpintero, ha insistido en que lo más importante es no abrir la puerta a nadie que no conozcamos porque estas revisiones no se pueden realizar sin previo aviso. “Siempre nos llaman para avisarnos de que en fecha van a pasarse por casa, y aun así hay que asegurarse bien de quién se trata”, recalcaba.
De este modo, evitaremos problemas ya que una vez que ese técnico hace o dice que hace la revisión y firmamos el presupuesto y la factura que nos presenta, las reclamaciones posteriores se complican. No obstante, cuando hayamos caído en ese error, García-Carpintero invitaba a dirigirse a la OMIC para actuar lo antes posible. “Tenemos catorce días para poder reclamar el importe y hay que intentarlo en ese periodo, aunque la empresa no siempre responde”.
La concejala de Consumo ha agradecido a los componentes de un grupo local de Facebook que difundieran el caso ocurrido ya que eso ha permitido aumentar el nivel de alerta y comunicarlo a Policía Local y Guardia Civil para su posible intervención.
La técnica de la OMIC, Gema Valiente, ha insistido en ese mensaje central de “no dejar entrar a nadie en casa” y ha puesto cifras a esta situación, de la que esta misma mañana habían tenido un nuevo aviso. “Estas revisiones tienen normalmente un precio de mercado sobre unos 70 euros, y sabemos que llegan a cobrar unos 300 euros”, apuntaba.
Valiente ha recordado que los precios son libres, pero estos “auténticos sablazos” lo podemos evitar entre todos. Por ello, también pedía que cualquiera que tenga una sospecha se ponga en contacto con la OMIC o con la Policía Local porque “eso también espanta a esta gente”.
Valiente también ha pedido desconfiar de cualquier revisión sorpresa y rechazar cualquier ofrecimiento de contratos de mantenimiento que “no son obligatorios para el butano, ni tampoco para el gas”.
Prácticas que nos protegen ante “estos gomeros”, como les conocen en el argot de las delegaciones de Consumo, y que siempre aparecen en esta transición del verano a meses fríos.