Julio Criado: “Cuando dos grandes mujeres se unen para hacer un trabajo, lo que sale es una obra de arte, y eso es lo que hemos presentado esta tarde”

Lleno absoluto en la presentación del libro “Besana. Volver a los aleros de la infancia” de Natividad Cepeda e Inmaculada Lara, en una tarde memorable de gran calado intelectual, durante una velada perfecta que quedará en el recuerdo de los y las que tuvieron la fortuna de disfrutarla.

Una tarde agradable, la del martes 24 de septiembre, Día Internacional del Turismo, que invitaba a viajar y así lo hicieron una parte del público que llenó la sala de la Casa de Cultura de la ‘Cuna del vino’, Tomelloso, en una tarde memorable repleta de amor, fuerza, sensibilidad, cultura, literatura con pizcas de añoranza y derroche de arte, en la presentación de “Besana. Volver a los aleros de la infancia”, de la escritora y poeta, Natividad Cepeda, e ilustrado por la artista, Inmaculada Lara. Editado por la editorial del Grupo Oretania, Ediciones C&G, en su colección de literatura infantil ‘Cuentos para Alba’.

En la mesa se contó con la presencia, además de la autora, Natividad Cepeda; del alcalde de Tomelloso, Javier Navarro, quien ha prologado el libro; la concejala de Cultura, Inés Losa; Rocío Torres, quien, hasta hace poco, ha dirigido la Casa de Cultura durante más de cuarenta años y Julio Criado, editor del libro. El acto fue acompañado por la música en vivo del guitarrista Juan Romero. Cuya guitarra había pertenecido al fallecido José Moreno, y que a la autora del libro le hizo sentí un escalofrío, “porque era algo que no me esperaba, que la misma guitarra que me acompañó durante años y años en Tomelloso y en otros muchos lugares, esta noche estuviera aquí”.

Inés Losa, quien actuó de mantenedora de la presentación, dio paso a la primera interviniente, Rocío Torres, quien realizó una amplia descripción de libro a lo largo de sus seis capítulos, “de títulos tan descriptivos como la plasticidad que desbordan sus páginas, Natividad logra desde el inicio que nos encariñemos con sus familiares más queridos y que deambulemos por los espacios inolvidables del Tomelloso de los años 50, repleto de olores y sabores propios de nuestra tierra manchega, de tradiciones y costumbres centenarias, de valores tan profundos como el cariño entre abuelos, padres e hijos. La cercanía y el trato entre familiares, amigos, vecinos y trabajadores de la propia casa que también eran todos parte de la familia”.

Y añadió, que “Besana. Volver a los aleros de la infancia”, es “la descripción de la vida, con mayúsculas, vista a través de los ojos de la infancia de una niña desbordante de curiosidad. Soñadora, muy inquieta, pero también muy reflexiva desde su ingenua, pero inteligente y aplastante lógica infantil que le hacía cuestionarse con mucha frecuencia muchas cosas”.

Torres aseguró que, la autora, “ya apuntaba maneras de bien chica respecto a la rebeldía, el inconformismo y la defensa ante la injusticia que Natividad insiste en dejar siempre patentes, tanto en los muchos artículos que publica como en su profunda poesía”.

“Al deleite literario, que además no es ficción, sino realidad, y eso suma, hay que añadirle un valor más, que son las bellísimas ilustraciones que lo embellecen”, dijo Rocío Torres, refiriéndose a Inmaculada Lara Cepeda “Maku”, de quien excusó su presencia debido a encontrarse en Alemania y a la que elogió diciendo que “ella ha enriquecido este libro a través de las muy originales y sorprendentes pinturas, junto a los insinuantes dibujos que va intercalando”.

Julio Criado, editor de la obra, elogió el cuidado y dedicación invertidos en la edición, agradeciendo a Natividad Cepeda y a Inmaculada Lara su esfuerzo. “Cuando dos grandes mujeres se unen para hacer un trabajo, lo que sale es una obra de arte, y eso es lo que hemos presentado esta tarde», comentó Criado. Además, destacó la importancia de las editoriales pequeñas en la publicación de este tipo de obras: “Ser editor en una provincia como Ciudad Real es una maravilla. No trabajamos de forma mecánica, sino con amistad, algo que las grandes editoriales no pueden ofrecer”.

La concejala de Cultura dio paso a Natividad, tras la lectura de su impresionante currículo, quien se mostró agradecida con todos los presentes y con aquellos que han hecho posible que su sueño se haga realidad. Tras el amplio capítulo de agradecimientos ofreció un recorrido nostálgico por el Tomelloso de los años 50, una época que, según explicó, “ya no existe”. El libro, de marcado carácter biográfico, recoge vivencias y recuerdos que configuran un “testamento de mi infancia”, según afirmó Cepeda. La escritora destacó la importancia de la familia y las personas cercanas en el desarrollo de su vida, describiendo cómo esos años marcaron su crecimiento personal. “Hablo de personas reales de Tomelloso, muy conocidas”.

“La infancia es la ventana que al crecer abrimos para volver a los valores que recibimos en la familia y es el equipaje que llévanos en la mochila de la vida. Por los ojos de la niña que ayer fui pasaron personas maravillosas con sus éxitos y fracasos. En los pueblos manchegos de la generación de los niños nacidos en la década de los años, cuarenta y cincuenta, del siglo pasado, convivíamos con familiares y vecinos, animales y juegos en las calles y el colegio era un espacio mágico abierto a otras latitudes. No todos tuvimos las mismas oportunidades, pero si compartimos recuerdos similares que se han perdido. Es un libro de emociones y es un libro de sensaciones”, explicó.

El alcalde de Tomelloso, Javier Navarro, quien ha prologado el libro, cerró la presentación, subrayando la trascendencia del relato. “Es una visión personal de lo que fue la infancia de la autora, pero con muchos elementos comunes a la infancia de muchas personas. Se van a ver identificados por las historias heredadas de padres y abuelos de tantos tomelloseros”, expresó Navarro, agradeciendo a Cepeda la oportunidad de prologar una obra de tal valor literario.

Para el alcalde de Tomelloso, “la curiosidad por saber, aprender o conocer, está intensamente presente en las seis deliciosas narraciones que nos ofrece. Son una ventana abierta de par en par, en la que con solo asomarse uno descubre lo que rodeaba a Natividad Cepeda, que hace gala de una memoria prodigiosa. Las descripciones de la comida que se hacía en aquellos hogares, despiertan el gusto y el olfato. Al leerlas, te vas imaginando aquellas gachas del abuelo José en “El primer Belén”, que contienen toda la liturgia que envuelve este manjar”.

Finalizó Navarro su intervención, agradeciendo a Natividad el “abrirnos tu infancia y tus recuerdos, por contarlo sin ambages ni filtros, por conservar esa memoria, gracias a la que podemos conocer mejor donde hemos tenido la fortuna de nacer”.

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