Eduardo Muñoz Martínez.- En la noche de ayer, miércoles, el Teatro Municipal Quijano acogió la Segunda Gala de Navidad de Manos Unidas, a la que además de un buen grupo de público en general, acudieron distintas autoridades y personalidades, tales que la Teniente de Alcalde y Concejala de Urbanismo, Yolanda Torres de La Torre; la Concejala de Educación, María José Escobedo; Maite Carmona Roldán, directora de la Fundación Globalcaja Ciudad Real; Gundemaro Sobrino Sánchez de León, responsable territorial de instituciones de Globalcaja; Felipe Muñoz, consiliario de Manos Unidas; Juan Serna Cruz, rector del Seminario Diocesano; Conchi Aranguren, directora de Cáritas Diocesana; Juan Miguel García de La Camacha, delegado diocesano de Apostolado Seglar…, etcétera.
Dos puntos han marcado, principalmente, dicho evento. De una parte las palabras centrales de la presentación del mismo, por parte de la delegada diocesana de Manos Unidas y, de otra, el concierto que ofrecieron los miembros, – ellos y ellas -, de la Unión Musical «Ciudad de Tomelloso». Centrándose en la familia, Conchi Martínez García comenzó diciendo que «hoy en día la familia, – su sentimiento -, se ve un tanto debilitado, aprovechemos la oportunidad que nos ofrece la celebración de la Navidad para fortalecerlo. En estas fechas, – continuaba -, nos aturde el consumismo, el derroche, el ruido, el estrés…, trasciende el aspecto comercial por encima de lo importante. Procuremos, pues, desplazar lo superficial por el valor del encuentro personal; es un tiempo para renovar y estrechar vínculos, es tiempo para compartir objetos, experiencias, conocimientos, valores…, y de esta manera cada uno dejar un legado en la búsqueda del bien común, es tiempo de ensalzar el sentido de la familia…, la persona humana tiene un ámbito, un «lugar» originario, que es la familia.»
Y lo dijo Benedicto XVI, «El desarrollo de los pueblos depende, sobre todo, de que se reconozcan como parte de una sola familia, que colabora en verdadera comunión y está integrada por su seres humanos que no viven simplemente uno junto al otro,» (Cáritas in Veritate). Y también la O.N.U., que destaca el papel de las familias en la consecución del Objetivo 16 de Desarrollo Sostenible, y pretende promover sociedades pacíficas e inclusivas para el desarrollo sostenible. Manos Unidas asume estas premisas, comprende que formamos parte de una familia única, lucha por el bien común de la familia universal, propone liberar la familia de la pobreza, del hambre, de la desigualdad…, llevando a cabo proyectos de desarrollo en todos los sentidos, – 488 en total, que llegan a 1200 millones de personas en tres continentes -; comunidades, familias, seres humanos…, que luchan por una vida digna, que nos devuelven la esperanza, que desde la desigualdad, la desesperación, la degradación…, construyen historias de coraje, de sueños, de vida, de oportunidades…, que nos hablan de Navidad.»
Por último, Martínez García nos presentaba un nuevo proyecto recién asumido, un nuevo reto de cara a esta Navidad… Quiere la O.N.G.D., y todos debemos quererlo, conseguir que más de 2000 mujeres embarazadas y bebés puedan tener acceso a una sanidad de calidad en Belén. Por ello, nos piden que nos sumemos a este reto, que contribuyamos con nuestra ayuda a que este movimiento solidario viaje, cómo la estrella, hasta Belén.
Por otra parte, la «Unión Musical Ciudad de Tomelloso» nos ha ofrecido, en su conjunto, un concierto que no ha sido sino una auténtica «joya musical», a la batuta de Agustín Pardillos, de Tomelloso, profesor Superior de Clarinete por el Conservatorio Superior de música «Óscar Esplá», de Alicante. «Unión Musical Ciudad de Tomelloso» es una joven asociación musical nacida a finales de 2004, – cumplen ahora sus primeros veinte años de vida, y por ello les felicitamos -, con más de 150 conciertos hasta la fecha. Una banda intergeneracional e inclusiva compuesta por niños, jóvenes, adultos… que, sin duda, puede servir como buen símbolo de familia y que nos obsequió con el siguiente repertorio: «Sonate fur klavier Cello Nr. 1 in_Moll op. 38», de J. Brahanns, con arreglos de Raúl Grande, – un chaval de 14 años -; «Ave María per Violoncelo e banda», de A. Piazolla, con arreglos de G. Barmigiani; «Himno regional valenciano», de J. Serrano; «Renaissance Suitte», de T. Susato, con arreglos de J. Curnov, en los movimientos «La Mourisque», «Mille Regretz», y «La Bataille»; «Es Vedrá», de J. A. Pina; «Os Castle and Legends», de T. Doss; «Bolero de Noel», de S. Welters; «A Jazzy Christmas», con arreglos de J. Wivson», y la «Marcha Radetzki», de Johan Estrauss, escrita en 1848, consiguiendo grandes ovaciones y elogios con cada una de las composiciones interpretadas.