Por José Belló Aliaga
La presencia de Beatriz Saavedra Gastélum en la Feria Internacional del Libro de Bogotá (FILBO) 2025 fue uno de los momentos más significativos de esta edición. Escritora, académica e incansable promotora de la cultura, Saavedra presentó su más reciente obra, Jardín cerrado, primera nostalgia, bajo el sello editorial de Sial Pigmalión, acompañada por su editor, Basilio Rodríguez. La cita reunió a lectores, críticos y colegas que encontraron en su poesía una voz renovada, profunda y sumamente libre.









Impecable trayectoria
Con una trayectoria impecable —más de 25 libros de poesía publicados, tres de ensayo y múltiples premios internacionales, como el Premio Internacional de Literatura Alejandra Pizarnik en España y la Medalla Pavlovich Korolev en Rusia— Beatriz Saavedra refrenda en cada intervención su compromiso con la palabra como acto de libertad y resistencia. En la FILBO, además de la presentación de su libro, tuvo actividades paralelas en la Biblioteca Central de Bogotá y una participación destacada en el Segundo Foro Mundial de Poesía, donde compartió su visión sobre la creación literaria y el poder transformador del arte.
Jardín cerrado, primera nostalgia
Jardín cerrado, primera nostalgia despliega una exploración íntima del cuerpo, la memoria y la autonomía a través del lenguaje. Inspirándose en el concepto de lo sublime, como lo entendió Longino y retomó Harold Bloom, Saavedra logra que el lector experimente una transferencia de poder: «Al ser tocada por lo verdaderamente sublime, el alma se exalta, se llena de júbilo, como si ella misma hubiese creado la cosa que ha oído», recordaba Bloom. Esa sensación de autonomía corpórea y exaltación estética atraviesa cada poema, haciendo de su lectura una experiencia de gozo, libertad y redescubrimiento del ser.
Impacto
El impacto de Beatriz Saavedra en la FILBO no fue sólo literario; su presencia reafirmó la importancia de las voces femeninas en la literatura contemporánea y el poder de la poesía para abrir espacios de reflexión y emancipación. Saavedra no sólo escribe, sino que crea comunidad, pensamiento crítico y espacios de resistencia cultural ampliando los límites de la poesía en español y el diálogo entre el arte, la política del cuerpo y la reivindicación de la memoria. Con Jardín cerrado, primera nostalgia, Beatriz Saavedra toca los umbrales de lo sublime y ofrece al lector un espacio propio donde el arte es, ante todo, libertad.
José Belló Aliaga
Pies de foto
Foto 1: Beatriz Saavedra con el editor Basilio Rodríguez Cañada, presidente del Grupo Editorial Sial Pigmalión
Foto 2: Beatriz Saavedra con el escritor español José Luis Amigo
Foto 3: Beatriz Saavedra, escritora, académica e incansable promotora de la cultura
Foto 4: De izquierda a derecha, componente del equipo del ministro Urtasun; Jonathan Rojas; Beatriz Saavedra; el ministro de Cultura de España, Ernest Urtasun; Basilio Rodríguez Cañada; José María Paz Gago y Roberto Gil de Mares
Foto 5: José Luis Amigo; Jonathan Rojas; Beatriz Saavedra; Basilio Rodríguez; Roberto Gil de Mares y José María Paz
Foto 6: Beatriz Saavedra durante una entrevista
Foto 7: Beatriz Saavedra leyendo un poema de su libro Jardín cerrado
Foto 8: Beatriz Saavedra con Yolanda Sonia
Foto 9: Beatriz Saavedra, junto a la embajadora de México en Colombia, Martha Patricia Ruíz Anchondo , la escritora Pilar Bonet y otras personalidades