Por José Belló Aliaga
En la sala 54 de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (RABASF), en la sala de fotografía, 3ª planta, ha tenido lugar la presentación a los medios de la nueva exposición de fotografía, La mirada reflexiva de Ricard Terré, en la que han participado Tomás Marco, director de la Academia; Publio López Mondéjar, académico y foto-historiador, y Laura Terré, hija del fotógrafo.














Exposición LA MIRADA REFLEXIVA DE RICARD TERRÉ, en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, en la Sala 54 del Museo(sala de fotografía, 3ª planta), del 30 de abril al 19 de octubre de 2025
“Con mi fotografía, sólo pretendo mostrar lo que hay de trascendente en el ser humano. No busco reflejar hechos ni formas individuales de sentir. Lo que busco es el espíritu del hombre, esa esencia fundamental que permanece en el tiempo y que está en todos los lugares”.
La voz de la imagen. Maestros de la Fotografía Española. RICARD TERRÉ
La muestra acoge un conjunto de quince obras de RICARD TERRÉ -trece de ellas donadas por Laura Terré y las otras dos por el Ministerio de Cultura- que forman parte de los fondos de la Corporación. Además, se expone material bibliográfico y hemerográfico procedente de la colección Pedro Melero / Marisa Llorente. Esta muestra es la octava de la colección Maestros de la fotografía en la Academia de Bellas Artes de San Fernando y está acompañada con la edición de su correspondiente catálogo, posible gracias a la aportación de Adolfo Autric.
Recorrido por la exposición LA MIRADA REFLEXIVA DE RICARD TERRÉ, en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando
Ricard Terré
Ricard Terré (Sant Boi de Llobregat, Barcelona, 1928-Vigo, 2009) es un verso suelto entre los miembros de su generación. Aunque inició pronto su cercanía con el grupo Afal y sus fotógrafos más destacados, se distingue de ellos en su decidida voluntad de descifrar la realidad, de penetrar en sus ámbitos más penumbrosos. Mediante un limitado catálogo de temas -la muerte, el rito, la religión-, su obra tiende a la intemporalidad. La suya es una fotografía sensible y despojada, atenta siempre a lo inmanente, a lo que está llamado a perdurar.
Miembro de una familia cultivada, era persona cercana a la literatura, a las artes, al jazz y a los deportes más recios, como un fellow británico. Fue un apreciable pintor y caricaturista en sus años más jóvenes, y sólo se dedicó a la fotografía entre 1955 y 1970, aunque, como un intermitente Guadiana, volvió a retomarla en 1982.
Era persona reflexiva, honesta y profundamente humana, que entendió pronto que la realidad es mucho más que su apariencia, aunque a veces no pasa de ser un espejo alejado de la percepción de nuestra propia mirada. En su inmersión personal en las simas de lo real, no buscó nunca el artificio, ni siquiera la belleza, que nunca le interesó y que es, quizás, la única virtud que nuestros sentidos alcanzan a percibir.
Terré fue un outsider vocacional, ajeno a los círculos burocráticos y oficialistas de su tiempo, indiferente a pompas y vanidades. En el breve tiempo en que practicó la fotografía, su interés se centró en el hombre, o al menos en su huella. Con el tiempo, se ha ido reconociendo su obra respetuosa, indulgente y personalísima: la de un hombre considerado y de principios, consciente de que una sociedad que olvida la tolerancia y la misericordia es una sociedad enferma.
Publio López Mondéjar
Académico. Sección de Artes de la Imagen
Pies de foto
Foto 1: Barcelona, 1957
Foto 2: Laura Terré, Publio López Mondéjar, Víctor Nieto, Tomás Marco y Adolfo Autric
Foto 3: Mort poética de les coses petites, 1998
Foto 4 : Vigo, Pontevedra, 1964
Foto 5 : Sant Boi de Llobregat, Barcelona, 1958
Foto 6: En primer término, Tomás Marco con Víctor Nieto
Foto 7: Sant Boi de Llobregat, Barcelona, 1958
Foto 8: Barcelona, 1957
Foto 9: Publio López Mondéjar, durante su intervención, junto a Laura Terré
Foto 10: Vista de la exposición
Foto 11: Matamá, Vigo, Pontevedra, 1985
Foto 12: Laura Terré durante su disertación
Foto 13: Vigo, Pontevedra, 1964
Foto 14: Laura Terré y Publio López Mondéjar