Adrián Montoya: «Las matemáticas son una apuesta de futuro que todas las universidades deberían ofrecer»

Adrián Montoya Pavón nació en Ciudad Real, el 17 de noviembre de 2006 y estudia primero de Matemáticas en la Universidad de Castilla-La Mancha por su capacidad de razonar y por las herramientas que le brindan en cuanto a la resolución de problemas, y aunque todavía le queda lejos, actualmente está más interesado en las matemáticas aplicadas a las ciencias y a la práctica en la vida real más que en la parte teórica.

¿Cómo descubriste la Liga Matemática y qué te motivó implicarte en ella?

Como supongo que la descubriría la mayoría de la gente. Los primeros días de clase veías que los profesores hablaban un poco de ello, y los alumnos lo comentábamos entre nosotros. Decidí meterme en la competición precisamente por lo mismo que me metí en la carrera: Lo vi como una oportunidad de retarme a mí mismo con más desafíos resolviendo problemas. Es una actividad muy enriquecedora.

¿Qué rama de las matemáticas es la que te gusta más y la que se te da mejor?

Quizá la que más disfrute y la que más me gusta sea el álgebra. No sé si es la que mejor se me da, pero desde luego que me gusta mucho porque lo veo como si fuera un puzzle en el que tienes que ir poco a poco encajando las piezas, y de vez en cuando tienes que aprender a crear tus propias piezas para poder hacerlas cuadrar con otras.

Además de ser jugador en la Liga, eres representante estudiantil. ¿Qué te llevó a dar ese paso y cómo ha sido tu experiencia?

Decidí dar el paso a ser representante de la Universidad Castilla-La Mancha en la Asociación Nacional de Estudiantes de Matemáticas, precisamente porque sentí la necesidad de que el grado estuviera bien representado: Darle voz tanto al estudiantado en la facultad, y a la universidad en la ANEM. Más allá de lo que me puedan aportar personalmente estos roles, pienso que es fundamental que los estudiantes tengamos representación y que se escuchen todas las propuestas que nos lleguen. Hasta ahora, considero que estoy haciendo un buen papel.

¿Crees que tu experiencia como representante influye en tu forma de participar en la Liga y viceversa? 

Definitivamente. Verme implicado de forma directa, metido en el barro me permite ver con mayor claridad todos los problemas y posibles mejoras que se podrían llevar a cabo en la Liga y ediciones posteriores. Considero que el ser jugador enriquece mi experiencia como representante y también al revés, por el mismo motivo.

 ¿Hay alguna experiencia o momento dentro de la Liga o la representación que recuerdes con especial cariño? 

Si pienso en la Liga Matemática automáticamente se me viene a la cabeza la fase final de la Liga Matemática que se celebró en Oviedo. Para mí fue una experiencia inolvidable, tanto a nivel personal como formativo. Descubrí una ciudad que me enamoró. Y más allá de las amistades que forjé, también me permitió crear muchos contactos.

¿Qué reivindicaciones crees que deberían impulsarse desde dentro para mejorar el aprendizaje de las matemáticas? 

Pienso que, por desgracia, durante la formación en primaria, la ESO y bachillerato, la metodología suele ser muy teórica: te doy esta información, te aprendes este teorema y te lo memorizas y lo escupes. Y siento que así no se aprenden las matemáticas y no vemos realmente su utilidad. Desde mi inexperto punto de vista, a lo mejor trataría de fomentar un enfoque más activo, que desarrolle el pensamiento crítico. Que trate de hacer relacionar más a las personas entre sí. Que a partir de ciertas herramientas que te brinde el profesor, sea el propio alumnado quien sea capaz de, tanto de forma individual como en grupo; obtener las conclusiones que tanto se memorizan. 

Y si pudiera ser, y esto quizá es un poco utópico, mantener un poco la motivación y darle un sentido más práctico a todo lo que hemos aprendido, porque siento que, por lo menos en el instituto y en algunas universidades, sí que se tiende a una versión o una situación un poco más mecánica, más teórica, y no se ve realmente para qué sirven las matemáticas. Entonces pienso que fomentar eso en todos los niveles, especialmente los más bajos, podría mejorar realmente de forma positiva a la sociedad y la percepción pública de las matemáticas.

Castilla-La Mancha es una de las últimas universidades en incorporar el grado en matemáticas. ¿Qué les diría tú a las universidades que aún no cuentan con este grado, pese a la demanda? 

El grado en matemáticas es una apuesta de futuro que todos los grados deberían ofrecer. Las matemáticas están en todos lados y cada vez más presentes en medicina, tecnología e informática, por ejemplo. Y desde mi punto de vista, una universidad que no ofrezca este tipo de grados está desaprovechando la oportunidad de formar gente que sea capaz de anteponerse a las nuevas realidades que afrontaremos a lo largo de todo este siglo. Hacen falta matemáticos en todas las comunidades autónomas, y en todos los sectores, especialmente la enseñanza. Necesitamos profesores en nuestros institutos que sean matemáticos.

¿Te gustaría añadir algo más o decirle algo a quienes lean esta entrevista? 

Querría agradecer especialmente a los lectores que han dedicado el tiempo de leer esta entrevista, y todas las personas que forman parte de mi entorno educativo y familiar como mis padres, compañeros y profesorado de todas mis etapas y formaciones educativas. Porque realmente siento que estoy viviendo la vida que quiero vivir y sólo es posible junto a ellos.

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