Paco Núñez. Presidente del PP-CLM.- Nuestra querida región, que de forma magistral describieron y mostraron al mundo célebres literatos como Miguel de Cervantes, Azorín, Bécquer o Camilo José Cela está de celebración. Este último día del mes brillamos por encima del resto, somos los protagonistas y debemos aprovecharlo.
Y es que, en este 31 de mayo, todos los ojos miran hacia Castilla-La Mancha en su día. Somos una región que ha ido avanzando a paso lento, seguramente entorpecida por las administraciones que no terminan de confiar en su potencial y no le aportan la inercia que necesita. Pero un avance, el de mi tierra, que es imparable a pesar de todo.
Y desde el Partido Popular de Castilla-La Mancha, el cual tengo el honor de presidir, con ese ánimo de contribuir al avance de nuestra región, este año es especialmente significativo señalar que hemos dotado a esta, nuestra tierra, de una importante herramienta para comenzar a asegurar esos pasos que, como decía, siguen siendo demasiado lentos.
El pasado jueves, en las Cortes Regionales, dimos un paso definitivo para la aprobación del nuevo Estatuto de Autonomía de Castilla-La Mancha, una norma fundamental que viene a modernizar las reglas que han de regir la comunidad autónoma y que, merced a un acuerdo responsable y serio, hemos actualizado a los nuevos tiempos. Un texto que se ha adecuado al siglo en el que vivimos y que contaba con cuarenta años de historia.
Asuntos de una gran relevancia como asegurar la correcta prestación de servicios públicos tales como la sanidad, la educación, los servicios sociales; o la garantía de tener agua en cantidad o calidad suficiente; muchos asuntos que recoge un estatuto que, esperemos, se tramite ágilmente en el Congreso de los Diputados para que pueda ser una realidad y entrar en vigor.
Desde el Partido Popular hemos demostrado, una vez más, que somos un partido de consenso y que cree en los acuerdos y el entendimiento entre fuerzas políticas cuando la ocasión lo requiere. Me gustaría en este punto traer a la memoria la existencia, desde hace ya cuatro años y medio, de un Pacto Regional por el Agua que propiciamos desde mi formación política y que firmaron todas aquellas entidades castellanomanchegas que tienen relación con la política hídrica, también los partidos políticos y el propio gobierno.
Espero que más pronto que tarde, podamos ver a los responsables del ejecutivo defender este acuerdo porque, cuatro años y medio son más que suficientes para hacerlo y nuestros agricultores y ganaderos no pueden esperar más a que las peleas internas de ciertos partidos políticos o la conveniencia electoral de un momento puntual para un político en particular sean quienes manden sobre los designios hídricos de nuestra comunidad autónoma.
Por mi parte, lo tengo claro. El agua de Castilla-La Mancha, primero para nuestros regantes, nuestras empresas y nuestros ciudadanos, porque la prioridad de la cuenca cedente es la regla de oro que debe regir la política en torno al agua.
Como decía, el acuerdo y el consenso deben primar en Castilla-La Mancha, porque en esta tierra somos gente de palabra, que cierra un acuerdo con mirarse a los ojos y estrechar las manos.
Nuestra región necesita de un cambio. No podemos asumir, como comentaba antes, que ese caminar lento y al que se le ponen trabas sea la tónica general, año tras año. No podemos permitir que, quienes nos gobiernan pongan freno a la natural evolución y actúen como un ‘tope’ al desarrollo de una región que, por mucho que quieran intentar hacernos ver, puede ser mucho más de lo que hoy es.
Tenemos que volar, alcanzar todas las metas que nos merecemos. Nuestros hijos deben poder elegir quedarse porque lo que se les ofrezca sea infinitamente mejor.
Estoy seguro de que, con más confianza, con más apoyo y con mucho más amor por lo que esta tierra puede ser, podemos hacer de Castilla-La Mancha un mejor lugar para vivir. Con esto que están leyendo, créanme, no busco una revolución, ni ponerlo todo ‘patas arriba’: simplemente pretendo darle a la gente las herramientas y la libertad para que no se sientan coartados a la hora de desarrollar sus proyectos.
Los castellanomanchegos somos gente dinámica, emprendedora y con una gran capacidad de sacrificio. Por eso es momento de quitarnos los estereotipos que arrastramos y dar buena cuenta de que Castilla-La Mancha puede estar, en unos años, a la altura de las regiones que lideran el crecimiento de España: solo hay que creer en ello, solo hay que confiar en ello y únicamente se necesita el impulso de quienes mandan a nivel nacional y regional para que terminemos de despegar y no nos resignemos a ocupar los últimos puestos en los indicadores positivos y de crecimiento.
Cualquiera que me haya escuchado hablar de Castilla-La Mancha, en cualquiera de los foros en los que he participado, las entrevistas que he hecho o los actos en los que he podido decir lo que pienso sabe que amo esta tierra, que pienso en ella por encima de cualquier otra cosa y que mi único desvelo es poder guiar sus designios y gestionarla para proyectar todo ese cariño hacia un crecimiento exponencial que la lleve donde se merece.
No os desvelo nada nuevo si os digo que he cruzado los cuatro puntos cardinales de mi tierra y que tengo un amplio conocimiento de sus sensibilidades y sus necesidades, por eso este año la idea principal que quiero dejar patente en este artículo que escribo con motivo del Día de la Región es que, Castilla-La Mancha puede ser muchísimo más de lo que es hoy, pero para ello necesita un cambio de dinámicas y, sobre todo, mucha confianza en sus posibilidades.
Yo, lo tengo claro y lo voy a hacer cuando tenga mi ocasión.
Feliz día de Castilla-La Mancha, disfrutemos de nuestra tierra.