Damos pautas a aplicar para poder hacer una adquisición de un vehículo usado con todas las garantías, y evitar sorpresas desagradables posteriores.
El mercado de coches de segunda mano es muy activo en España, con un acusado protagonismo de vehículos que tienen una antigüedad bastante estimable. Tal y como se desprende de los datos del propio Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, que para el año 2023 cifró hasta un en 41% los automóviles usados vendidos cuya fecha de fabricación rebasaba los 15 años.
Los conductores jóvenes, por motivos obvios, son los principales dinamizadores de este mercado de segunda mano, decantándose por modelos asequibles como el Seat León Mk1, la primera generación del Ford Focus o el Renault Mégane II.
Dado que hablamos de vehículos que tienen un rodaje considerable, es muy importante hacer una buena revisión previa a la compra, con especial atención a determinados sistemas que suelen dar problemas como, por ejemplo, la suspensión.
Esto no significa que si se detecta cualquier cosa haya que descartar la compra, ya que actualmente se pueden encontrar buenas opciones en recambios de componentes, sin ir más lejos de los amortiguadores Seat Leon Mk1, uno de los modelos estrella del mercado de vehículos usados en España que veíamos. Pero sí implica que para plantearse la adquisición, a la hora negociar el precio, se tenga en cuenta la posibilidad de tener que realizar ese gasto adicional.
Inspección previa a la compra: qué revisar en un vehículo de segunda mano

En cuanto a la revisión general a realizar, antes de cerrar el trato cabría comprobar primeramente el motor y la transmisión, pesquisando en el primer caso posibles fugas y ruidos extraños. Mientras que los problemas en transmisiones se van a manifestar sobre todo en síntomas como las vibraciones.

En el sistema de freno, es importante verificar el estado de discos y pastillas, así como que no haya anomalías con el líquido de frenos. Y en lo que respecta a la dirección, habría que comprobar la óptima alineación.

Tampoco debemos olvidarnos de los neumáticos, ya que por más que sean unos componentes de recambio relativamente frecuente si están en mal estado reponerlos va a suponer una importante inversión. Además, la existencia de un desgaste irregular en ellos puede ser indicativo de un problema mayor en la dirección.
El talón de Aquiles de la suspensión
Como hemos señalado en la introducción, la suspensión es el sistema que más problemático suele ser en los coches con cierta antigüedad. De ahí, la conveniencia de hacer una revisión más exhaustiva.
Las pistas que va a dar una suspensión en mal estado son ruidos, inestabilidad en la conducción, rebotes… Y sus componentes clave a revisar serían amortiguadores, muelles, el buje de goma antivibraciones y las rótulas.
Importancia de la prueba de conducción
Antes de comprar un coche de segunda mano es muy importante probarlo, ya que de este modo se podrán apreciar fallos que pasan inadvertidos en parado.
Para vencer las posibles resistencias del propietario, se le puede proponer que lo conduzca él, pues con la mera presencia dentro del vehículo ya se van a poder notar los problemas, a poco que se recorra un circuito que permita apreciar la respuesta en curvas, la frenada y el paso por badenes o baches.
Con todo, al margen de solicitar el libro de mantenimiento, para tener mayor seguridad siempre se puede acudir a un taller, aunque sea corriendo con los gastos, e incluso realizar una revisión en ITV voluntaria. Se trataría de hacer una pequeña inversión para garantizarse que realmente merece la pena comprar ese coche de segunda mano.