Visita a la exposición Alfonso Galván 1975-2025 en el MARCO (Museo de Arte Contemporáneo de Vigo)

Por José Belló Aliaga

Deseamos expresar nuestro agradecimiento a Miguel Fernández-Cid, director del MARCO y comisario de la exposición y a Marta Viana, responsable de Comunicación, por su ayuda y colaboración, que nos ha permitido la realización de este reportaje.

Recorrido por la exposición ALFONSO GALVÁN 1975-2025 en el MARCO (Museo de Arte Contemporáneo de Vigo)

Presentación

Alfonso Galván (Madrid, 1945) es un artista en extremo personal, creador de un mundo marcado por la síntesis entre el rigor de su entrega, el conocimiento de lo que quiere contar, el dominio de cómo contarlo y una fantasía desbordante. Una imagen vista o un recuerdo son detonantes del arranque de un proceso creativo en el que el tiempo se detiene, porque la imagen crece muy lenta, ajena al ritmo exterior. La pintura no pretende representar una escena sino mostrarnos su paisaje, su historia, su memoria, sus ecos.

Su obra inicial tiene un fuerte contenido social, para proseguir con imágenes de una naturaleza onírica, en la que se mezclan las referencias culturales, los símbolos, los juegos. Todo sucede y se entrelaza. Galván pinta sin bocetos previos: entra en la tela o el papel con el ánimo de habitarlo y dejar registro de lo que ocurre, hasta llegar con frecuencia a cuadros casi infinitos, a los que la multiplicación de paneles les da un aire narrativo, incluso de recorrido circular. Conviene detenerse en cada cuadro, recorrerlo como ha sido pintado, en la certeza de que descubriremos guiños, juegos, interrogantes, microcosmos.

La muestra, que no tiene un sentido cronológico estricto, establece dos atmósferas: una dominada por la presencia de animales en escenas densas, cerradas, de fuerte contenido ficcional, utilizando como punto de partida documentos y fotografías familiares tomadas en África en los años 50; otro en apariencia más lírico, con paisajes abiertos y referencias orientalistas, con inclusión de textos en chino, en especial del Daodejing, que Alfonso Galván tradujo, ilustró y caligrafió. Ambas secciones sirven de reflexión para entender una trayectoria en la que el proceso de la pintura decide su desarrollo y su final.

Alfonso Galván ni busca reproducir la realidad ni trabaja frente a ella, pero necesita controlar, respirar aquello que le preocupa, por eso aunque pinta en un estudio cerrado, sin bocetos previos, vive en la naturaleza, y cuando siente una fuerte atracción por la cultura china, aprende su idioma e introduce sus signos en los cuadros. Una elección que es similar a la que le lleva a pintar un mural con leves capas de tinta y lápiz, y el empeño dura casi diez años.

Artista con frecuencia olvidado en los balances que revisan la pintura española, pese a su sorprendente irrupción a mediados de los años 70, con una obra distinta a la de su generación y la anterior, está presente en colecciones como la del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.

Miguel Fernández-Cid, director del MARCO y comisario de la exposición

Alfonso Galván

 “Nunca pinto del natural. Invento el lugar. Precisamente por ser inventadas, las descripciones son muy precisas. Si tengo que pintar una persona o un animal, sí utilizo a veces una fotografía o unos apuntes. Puedo pintar de memoria porque he observado mucho la naturaleza. He aprendido el contacto con el paisaje: visual, olfativo y táctil. Los paisajistas chinos no pintan del natural: dicen, por ejemplo, que para pintar el bambú te tiene que salir del pecho. Observo los procesos vitales. Intento llegar a la esencia de las cosas, reflejar las manifestaciones de la vida. Cuando pinto un árbol, nunca lo copio. Pero es que he plantado muchos árboles, los he visto crecer. Sé por dónde le van a salir las ramas al árbol que creo, a veces ni siquiera identificable con una especie.

También invento la trama, que siempre es imposible. La paradoja reside en la contradicción entre la precisión de la forma con la ambigüedad de lo representado. Ni yo mismo sé qué quieren decir mis cuadros. Son imágenes, mentiras que parecen verdades. El arte es un artificio, una falsedad. Lo que pretendo es provocar emociones inesperadas en el espectador.”

Alfonso Galván, 1997

Sobre el artista

Alfonso Galván (Madrid, 1945) se formó en la Academia de Bellas Artes de San Fernando, y realizó su primera exposición individual en Madrid en 1973. Artista de difícil clasificación, su trabajo conjuga un peculiar simbolismo personal con la visión de una realidad trascendida, imaginada, a través de un lento proceso basado en la observación y en la búsqueda de la esencia de las cosas, que intenta hacer reflexionar al espectador sobre el mundo que nos rodea y sobre la condición humana.

Pertenece a la generación de artistas nacidos en los años cuarenta que comienzan a tener sus primeros éxitos artísticos en torno a 1970. Con influencia del hiperrealismo norteamericano, el realismo fantástico, el realismo fotográfico o el pop, muchos recibieron directamente las enseñanzas de Antonio López en el periodo en el que era maestro en la Academia de Bellas Artes de San Fernando, y fueron denominados los Nuevos Realistas.

En 1987 el MEAC Museo Español de Arte Contemporáneo (Madrid) recoge una amplia muestra de su obra desde los años 70, que posteriormente se presentó en el Espacio Caja Burgos y la Sala Luzán de Zaragoza. Sus exposiciones individuales en las últimas décadas incluyen Paraíso quebrado, Iglesia del Carmen, Arjona, Jaén (2019); Fundación Van der Linde, Montánchez, Cáceres (2019); Feria de Arte Santander, Galería Espiral, Santander (2019); Ediciones Vuela Pluma, Madrid (2017); Galería Sociedad Anónima, Madrid (2014); Galería Trueno, Colmenar Viejo, Madrid (2006); Galería Muelle 27 y Tercer Espacio, Madrid (2004).

Ha formado parte de exposiciones colectivas en instituciones, museos y galerías, como Realismo en España, Fundación Valentín de Madariaga y Oya, Sevilla (2022); Herbarios Imaginados: Entre el arte y la ciencia, Centro de Arte Complutense, Madrid (2020); Pintura, ABM Confecciones, Vallecas, Madrid (2018); Mons Dei, Las Edades del Hombre, Aguilar de Campoo, Palencia (2018); Erotismo y fetichismo, Fundación Van der Linde, Montánchez, Cáceres (2017); Animalista, La Casa Encendida, Madrid (2016); Feria Internacional de Arte Contemporáneo, Galeria Ansorena, Miami (2016); 30º Aniversario, Galería Ansorena, Madrid (2016); Realismo en España: 50 años, Centro Cultural Adolfo Suárez, Tres Cantos, Madrid (2016); Secuencias de realidad, Kiosco Alfonso, A Coruña (2016); Interpretación/Representación, Galería Sociedad Anónima, Madrid (2015); Secuencias de realidad, MEIAC Museo Extremeño de Arte Contemporáneo, Badajoz (2015); Rosebud, Galería Vuelapluma, Madrid (2015); Retrato y Literatura, Biblioteca Nacional, Madrid (2015); (Re) visiones de la naturaleza, Galería Sociedad Anónima, Madrid (2015).

Entre los premios y distinciones obtenidos se cuentan: mención I Concurso Adaja de Caja de Ávila (1974), 1º Premio en II Concurso Adaja (1975), Beca Fundación Juan March (1975), Beca Adquisición de obra, Ministerio de Cultura (1982), Beca Realización de obra, Ministerio de Cultura (1983), 1º Premio I Bienal de Albacete (1986). Su trabajo está presente en colecciones públicas y privadas, como MNCARS Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Caja General de Ahorros y Monte de Piedad de Ávila, Ayuntamiento de Albacete, Exeter College de Oxford, Comunidad Autónoma de Madrid, Biblioteca Nacional, Fundación General Mediterránea, Colección Arte y Naturaleza.

José Belló Aliaga

Pies de foto

Foto 1:     MARCO (Museo de Arte Contemporáneo de Vigo), está situado en la Calle Príncipe número 54

Foto 2:     Entrada a la exposición de Alfonso Galván 1975-2025

Foto 3:     Miguel Fernández-Cid, durante sus declaraciones a nuestro medio

Foto 4:     La exposición está comisariada por el director de MARCO, Miguel Fernández-Cid

Foto 5:     Gorila crucificado I, 1975

Foto 6:     Pareja de gorilas, 1976

Foto 7:     Calvario, 1976

Foto 8:     Encantadores de serpientes, 1976

Foto 9:     Vista de la exposición

Foto 10:   Cocodrilo y venado, 1979-81

Foto 11:   Serpientes, 1981

Foto 12:   Tortuga y anguila, 1981

Foto 13:   Bonzo ardiendo, 1984

Foto 14:   King Kong y el orden militar, 1989

Foto 15:   Cebra, 1990

Foto 16:   Barco y orcas, 1991

Foto 17:   Eco, 1991

Foto 18:   Tótem, 1991

Foto 19:   Vista de la exposición (1)

Foto 20:   En primer término, Elefante, 1992

Foto 21:   Sombras, 1996

Foto 22:   Pintor y dragón, 1997

Foto 23:   Gorila rojo, 1997

Foto 24:   Cueva marina, 2001

Foto 25:   Gorila atado, 2002

Foto 26:   Serpiente en diagonal, 2004

Foto 27:   Collages chinos, 2011

Foto 28:   Vista de la exposición (2)

Foto 29:   Políptico malas perspectivas, 2007- 2016

Foto 30:   Pájaro rojo, 2022

Foto 31:   Serie 54 de 25 x 22, 2022

Foto 32:   Gorila crucificado III, 2023

Foto 33:   Termitero, 2024

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