Desde el cigarral

Manuel Valero.- Tanto oír de los cigarrales de Toledo después de visitar tantas veces la capital regional por motivos de trabajo, que estos días he tenido la oportunidad de pasar unos días en un hotel enclavado en uno de ellos. Allí he tenido la oportunidad de enmascarar mi acúfeno con un concierto interminable de cigarras. Y no he tenido que añorar playa alguna ni montaña tampoco mientras en la piscina te quitabas la caló con la silueta incomparable de la ciudad al fondo.

No escribo esto para tirarme el moco de unos días de asueto en una buena instalación hotelera sino porque mi estancia ha coincidido con el último episodio del culebrón Sánchez y sus amigos. Y ha sido bajo la armonía natural de las cigarras que he visto con claridad que la figura de Emiliano García-Page como presidente de Castilla-La Mancha, como secretario general  del PSOE regional y como simple militante, me ha parecido la conciencia solitaria de un PSOE que anda quitándose el chapapote que cada día deposita la actualidad a las puertas de Ferraz y La Moncloa. A mi edad ya soy un escéptico incurable, libre de mitificaciones y de adhesiones inquebrantables. Pero tengo la impresión de que la soledad de Page en el seno del Comité Federal quedará hecha añicos por los votos que le acompañarán así medien elecciones. Es precisamente un Page solitario entre los suyos lo que le hará recoger una buena cosecha de papeletas a su favor. Según venga el aire, claro, impredecible en estos momentos, y si Ferraz no maniobrará para removerlo y poner en su lugar a un palmero/a al estilo de la Montero hacendosa de un secretario general que no vigila absolutamente nada y de un presidente de Gobierno que el próximo lunes firmará el cupo fiscal catalán para que los de ERC y Junts asuman un cuarto embarrado, uno más, que acompañe al trio calavera del Peugeot. Cataluña se quedará con los impuestos que recaude de los catalanes a cambio de un propina que Illa le dará al Estado. Y ya está.

Así que me he sentido a gusto por mi condición de castellano-manchego en tanto que soy puertollanero de pura cepa. Que el líder de los socialdemócratas de mi región haya tenido el cuajo de decirle al generalísimo Sánchez lo que tal vez muchos piensan pero se callan por temor a perder la prebenda del cargo, es motivo para tener cierto orgullo de pueblo. Pongan a un lado a Page y a otro al señor ese que gestiona los trenes llamado Óscar Puente y ustedes mismos. A los usuarios del tren ni les pregunten.

Estos días de locura insoportable en que vivimos pendientes de una nueva entrega UCO y aun bajo los efectos tóxicos del último Pleno en que salió a relucir lo que era un secreto a voces y lo que, tristemente, es verdad, parece que al menos el presidente Page sale indemne del salpicón entre tanto palmero y entre tantos socios gubernamentales que esperan a cobrar el pedazo de carne que se les debe, como El mercader de Venecia, o lo que es lo mismo, la factura  por la entibación prestada a Sánchez para que no se le caiga el gobierno. Lo que irremisiblemente acabará ocurriendo a falta solo de calcular el estruendo.

Las cigarras te enmascaran el tínitus, lo cual contribuye a esclarecer la mente y a intuir como simple ciudadano de qué lado está lo correcto, tanto institucional, como política y moralmente hablando. Supongo que los socialistas de la región estarán antes con su secretario regional, valiente y solitario, que con su secretario general abatido y demacrado por el vértigo de los hechos, aunque el pasado congreso de diciembre, el que instaló a Santos Cerdán, como número dos del partido ante unos congresistas fervorosamente entregados, indique lo contrario. Claro que la política convierte en adeptos de hoy en traidores de mañana. 

Page no tiene mando sobre los diputados, flanco por donde le ataca el PP, quizá por temor a que Francisco Núñez tenga que seguir en el banquillo de la oposición por otros cuatro años. Ya le gustaría al PP regional  que Page engrosara la plantilla de palmeros. Pero no es así. Apuesto a que a los populares no les agrada la soledad heroica del presidente. Mientras sus compañeros/as lo acusan con el burdo e infantil argumento de que Page se ha hecho más de derechas que la margen derecha del Tajo, sus adversarios políticos lamentan que Page consolide su papel de aguerrido socialdemócrata. Curiosa paradoja.

De regreso del cigarral, sentí el gustazo de gastarme los dineros vacacionales en la capital de la región, porque ha sido un modo de contribuir a la causa económica de Castilla-La Mancha.

Page se lo merece, así lo remuevan o pierda las elecciones  porque la riada arrase también con la única voz que le dijo al generalísimo que estaba desnudo y fatalmente maquillado.      

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