El subdelegado del Gobierno de España en Ciudad Real, David Broceño, en la noche de ayer fue el encargado de inaugurar oficialmente las fiestas de Santiago Apóstol en el municipio de Albaladejo, con un pregón cargado de cercanía, emoción y reconocimiento al carácter único de este pueblo y de su gente.
El subdelegado del Gobierno comenzó su intervención agradeciendo “de corazón” la invitación a pregonar las fiestas, y ha confesado sentirse “en un lugar al que uno siempre quiere volver”. En sus palabras, rindió homenaje a los valores que hacen de Albaladejo un pueblo especial: la sencillez, el trabajo, la tradición, el sentido comunitario y el cariño que se respira en cada calle.
“Desde que puse un pie en Albaladejo he sentido que llegaba a un lugar que te habla al corazón. Aquí la vida se saborea de otra manera, sin prisa, con alma”, señaló Broceño en la plaza delante de todos los albadalejeños y albadalejeñas.
David Broceño mencionó en su discurso las tradiciones más queridas del municipio, los carnavales con El Loberico y la danza de ánimas, la labor de la Universidad Popular en la preservación de la cultura local o la riqueza gastronómica con los famosos nuégalos, rellenos y tortas de pastor. Tampoco le faltó referencias a los paisajes de El Portillejo, El Santo, El Olmo y las viñas de Realejo, ni a hitos históricos como la villa romana de Puente de la Olmilla.
El subdelegado del Gobierno hizo un guiño especial a la hospitalidad y generosidad de la gente del pueblo: “Lo que emociona no es sólo lo que se come o se celebra, sino esa forma vuestra de estar juntos, de cuidar al vecino, de no dejar a nadie atrás. Eso no lo da la geografía, lo da la gente. Y vuestra gente deja huella.”
Por último, Broceño animó a los vecinos y vecinas a disfrutar de las fiestas “con ganas, con respeto y con orgullo”, recordando que son una celebración abierta “para quienes se quedaron y para quienes vuelven.
