Los Jardines del Prado han acogido esta mañana una de las actividades más entrañables del programa festivo de la Pandorga: un taller de manualidades dirigido a niños y niñas a partir de tres años, promovido por la Asociación de Dulcineas y Damas Manchegas de Ciudad Real. La cita ha contado con la participación de numerosos menores acompañados de sus familias, en un ambiente lúdico y creativo donde las tradiciones locales han sido las grandes protagonistas.
La concejal de Festejos, Mar Sánchez, acompañada por el alcalde, Francisco Cañizares, ha querido resaltar el valor de este tipo de iniciativas, que acercan a los más pequeños a la historia y símbolos más representativos de la ciudad. Según ha expresado, este tipo de actividades suelen estar orientadas a menores de alrededor de ocho años, permitiéndoles una primera toma de contacto con el patrimonio cultural. En esta ocasión, los participantes han elaborado abanicos decorados con elementos tan reconocibles como la Virgen del Prado, la catedral o rincones emblemáticos del municipio. Para Sánchez, se trata de «una forma de ir sembrando ese arraigo desde la infancia, de que vayan sintiendo como suyo todo lo que representa Ciudad Real».
Fomentar el relevo generacional
La presidenta de la Asociación de Dulcineas y Damas Manchegas de Ciudad Real, Milagros Delgado, ha explicado que la propuesta de este año gira en torno a la Pandorga y pretende fomentar el relevo generacional en el conocimiento de las costumbres locales. En sus palabras, los abanicos diseñados durante el taller incluyen siluetas emblemáticas como el Templete, la Puerta de Toledo o figuras de la Dulcinea, realizadas con libertad creativa por los niños. “La idea es mantener vivas nuestras raíces y que los más pequeños se conviertan en herederos de esta identidad”, ha señalado.
El Ayuntamiento de Ciudad Real continúa así impulsando actividades participativas durante los días grandes de la ciudad, promoviendo el aprendizaje, la convivencia y el amor por las tradiciones entre los más jóvenes.
En la foto se ven pocos niños y muchos grandes.
De verdad no se darán cuenta que los que somos de Ciudad Real no queremos esta fiesta de garrulos que solo incita al alcoholismo, que él puede se marcha de la ciudad esos días para no tener que aguantar esta mierda de fiesta. Que solo se llena de gentuza de fuera de Ciudad Real que se mean, vomitan y se cagan en los portales.
Eso eso que enseñen las dulcineas como es ponerse como una perra de alcohol y plantarse en mitad de la calle bajarse las bragas hasta los tobillos y mearse como una perra como si no hubiese mañana.