La patronal denuncia la falta de voluntad negociadora de los sindicatos y alerta de que las condiciones exigidas no se ajustan a la realidad del tejido empresarial provincial.
La representación empresarial del sector siderometalúrgico de Ciudad Real ha solicitado formalmente al Servicio de Mediación, Arbitraje y Conciliación (SMAC), que se active una mediación para intentar reanudar las negociaciones del nuevo convenio colectivo, que se han estancado debido a la postura inflexible del sindicato en las últimas reuniones. Desde el comienzo de las conversaciones, la patronal ha estado comprometida con una negociación seria y constructiva, enfocándose en mejorar el marco laboral de manera equilibrada y realista.
Las propuestas presentadas han buscado atender las necesidades de todo el sector, considerando la diversidad de empresas que lo componen: desde grandes corporaciones hasta cientos de talleres, instaladores, servicios técnicos y micropymes que dan empleo a miles de personas en toda la provincia. Sin embargo, el sindicato ha decidido condicionar todo el proceso a sus propias demandas, ignorando la variedad de realidades existentes. Ha rechazado cualquier propuesta alternativa, se ha levantado de la mesa de negociación y ha anunciado una posible huelga, utilizando la presión como su única estrategia. No se puede construir un convenio provincial desde una única perspectiva.
Las condiciones laborales no pueden definirse solo en función de modelos aplicables a grandes industrias con recursos y estructuras muy específicas. Aplicar esa lógica a todo el sector podría poner en riesgo la viabilidad de muchas pequeñas empresas que no podrían soportar costos diseñados para realidades muy diferentes. Y cuando una empresa no puede mantenerse, quienes más sufren son los propios trabajadores.
Por eso, la patronal del sector ha decidido dar un paso adelante y recurrir a la mediación del SMAC, un mecanismo legal que permita restablecer el diálogo y buscar puntos de acuerdo reales. Es una medida poco común, pero necesaria cuando se han agotado otras opciones y está en juego el futuro del convenio. Este paso envía un mensaje claro: el sector del metal quiere seguir negociando, pero lo hará pensando en todos, no solo en unos pocos.