Manuel Valero.- Es una trágica rutina. Así llega el verano y ya hay apuestas sobre el número de incendios que se producirán. Todos los años, todos los estíos, con la seguridad de que a no mucho tardar los medios nos darán imágenes de un adelanto del infierno que cada vez se asoma más a los hogares de la gente que tiene que abandonar sus casas y poner el rezo en el cielo para que las mangueras lleguen raudas, los helicópteros y los hidroaviones acopien agua de donde sea, un pantano o una piscina o un charcón de beber para los animales. Y que el viento no se alíe con las llamas aumentando la voracidad de la terrible lumbre forestal. Es un hecho. Sabemos, antes de que el clima enloquezca del todo (siempre ha estado loco, el tiempo meteorológico, que el otro, el que pasa, es lento y silente como un gato al acecho) que los montes arderán sí o sí, lo cual es prueba de que la mayoría de ellos son provocados. Y aquí es donde a uno se le agranda la incómoda tentación de convertirse en un conspiranoico. No sé ustedes pero si han observado, siempre es la misma pauta. El protocolo de los incendios, desde Puertollano a El Bierzo leonés que está amenazando las auríferas Médulas. Esa candencia es la siguiente: en el momento en que una loma o un bosque empieza a arder como una tea le siguen invariablemente todos los demás. Fíjense la secuencia de los incendios en España este verano de 2025: apenas se encendió el monte en Benahadux (Almería)le siguieron scon un orden que parece planificado y en un corto espacio de tiempo, cuando no simultáneamente, Selaya (Cantabria (Sevilla),Méntrida (Toledo) Valdecaballeros (Badajoz) Chadesa de Queisa (Orense), San Bartolomé de Pinares (Avila) y la comarca de El Bierzo (León).
En los bares, dicen, se aposenta la sabiduría popular con su gramática parda de solucionar los problemas del país de una tacada, pero a veces el pueblo es sabio. Andaba uno mirando con voluptuosidad un croissant como una centolla cuando en la televisión dieron imágenes del primer incendio de la temporada. Un señor a mi lado se desconcentró del café para mirar la tele y con una parsimonia casi insultante, con una resignada displicencia dijo:
Ya empezados, a ver mañana por donde arde el monte.
Y eso vino a confirmar mi vieja teoría de que es imposible que el monte arda con tanta planificación asesina como para que unos cuantos pirómanos decidan actuar a la vez o dos o tres tractores coincidan en hacer saltar una chispa al mismo tiempo. La coletilla con que se acompañan siempre las noticias sobre las piras forestales, lo dicen todo:
Al parecer ha sido provocado.
¿Ha sido provocado? La mayoría son provocados, lo sabemos, pero por qué se quema el monte con una cadencia que siempre es la misma, uno tras otro, o el mismo día en cualquier punto de España cuando empieza el primero? ¿Recalificaciones de terreno, comercio de la madera quemada que ya no sirve como elemento estructural, desviación hacia los focos de llamas de la guardia civil para dejar paso expedito al contrabando, como ocurría en Galicia, y quizá siga ocurriendo? Estas especulaciones son ciertas y viejas, ya conocidas de sobra por la gente de la calle. Lo que sorprende es que el fuego acuda a su cita sin temor, implacable, inexorable, con una puntualidad y una cadencia que parece organizada por alguien o alguienes. Basta ver las caras de las gentes evacuadas para salvarse de las llamas dejando a su suerte casas y haciendas para que un gobierno, amarillo, verde, arcoirisado o su reverenda madre, se ponga a trabajar en ello, refrescando las leyes o aprobando una nueva Ley de Montes que catalogue de terrorismo los incendios forestales intencionados dado el terror y el peligro que desatan entre la población cuando no muertes entre los bomberos. Siempre igual, no falla, Contaremos este verano, cuando se vaya, cuantas hectáreas ha dejado carbonizadas y las cotejaremos con los incendios del próximo verano. Ya saben, así empiece uno le seguirán todos los demás como si estuvieran planificados por una mano criminal. No por un pirómano loco, ni por un vengativo vecino de pedazo, ni por una chispa sincronizada, ni por un rayo, por una mano criminal.
Amen
Si los metieran en la cárcel, los sacaran todas las mañanas a plantar árboles, y no salieran de la cárcel hasta que planten todos los árboles que han quemado a lo mejor se pensarían lo de quemar los montes, pero como vivimos en un país sin justicia en el que nuestros politicos de mierda se pasan todo el día robando, cobrando sueldos y dietas indecentes y echándose mierda unos a otros pues que esperamos…
Como no dicten Leyes sin complejos, y castiguen con contundencia ésto y cualquier otro delito……no habrá solución a la Sociedad que estamos viendo.