…por esta tierra, lejos del mar y la montaña,
el ancho reverbero del claro sol de España,
anduvo un pobre hidalgo ciego de amor un día
—amor nublóle el juicio; [pero] su corazón veía—
(…)
…viviste, buena Aldonza, tu vida verdadera
cuando tu amante erguía su lanza justiciera,
y en tu casona blanca echando el rubio trigo.
Aquel amor de fuego era para ti y contigo.
ANTONIO MACHADO
“La mujer manchega”

En 1964 se designó por primera vez como Dulcinea a la reina de las fiestas de El Toboso. La elegida fue una joven, Celina Ludeña Gómez, a la que la revista AMA le hizo un reportaje que tituló: “Dulcinea 1964, no tiene casa”. Con este título se hacía referencia a que la conocida como Casa de Dulcinea, permanecía casi abandonada y pendiente de que su titular —Patrimonio Nacional—, acometiera las obras necesarias para convertirla en Casa-Museo.
El día de los enamorados de 1964, el programa de radio de la Cadena Ser, “Ustedes son formidables” que dirigía Alberto Oliveras, propuso hacer una cuestación para convertir la Casa de Dulcinea en un “Palacio del amor”. El programa fue todo un éxito y recaudó más de 100.000 pesetas que este locutor entregó al alcalde de El Toboso. El periodista será reconocido por diversas autoridades de Toledo y, por supuesto, por la Patria de Dulcinea.
Esta primera Dulcinea participará como representante de la mujer manchega en numerosos actos, tanto en su localidad como fuera de ella, y, en algunas ocasiones lo hará acompañada por el señor Alberto Oliveras, el periodista barcelonés que estuvo como corresponsal y afincado en París durante varios años mientras dirigía el popular programa que se ha comentado que se dedicaba, principalmente, a recaudar fondos para causas solidarias.

A Celina Ludeña le sucederá Rosario Valdepeñas Zarco, otra joven toboseña que, como su predecesora, paseará su título de Dulcinea en numerosos actos y por diversas localidades en las que participa como referente de la mujer manchega. Entre otros lugares visita Ciudad Real, de la que guarda un buen recuerdo por la entrevista que en 1966 le hizo el entonces joven periodista local, Manuel López Camarena, que se publicó en el diario Lanza.
En la entrevista, Rosario Valdepeñas, —la Dulcinea de El Toboso—, hablará sobre cómo fue elegida y, entre otras cosas, sobre su acompañamiento a los jóvenes que acababan de terminar la Marcha Nacional “Ruta del Quijote”. Pero el periodista aprovechará la ocasión para hablar con tres de estos jóvenes ruteros. Con Hassan Hassain, de Sidi Ifni; con Antonio Rodríguez, de Santa Cruz de Tenerife; y con José Ignacio Fernández, de Asturias.
Hassan dijo que su padre era sacerdote musulmán, que le gustaba la camaradería del grupo y que Ciudad Real le parecía acogedora. A Antonio le emocionó el nombramiento como caballero en El Toboso y en la Venta y le llamó la atención el manto verde que proporcionan las vides a la llanura manchega. Y a José Ignacio le gustó la puesta de sol sobre las aspas de los molinos en Campo de Criptana y las mujeres manchegas le parecieron muy bonitas.
En diciembre de 1966 se celebró en España el referéndum sobre la Ley Orgánica del Estado que, entre otras novedades, incluía la separación de la figura del jefe del Estado de la del Presidente del gobierno, lo que permitió que años después Franco nombrara a Carrero Blanco como Presidente del gobierno. El régimen quería aprovechar este referéndum para proyectar la nueva imagen de nuestro país utilizando la conocida ley de libertad de prensa.
Se invitó a la prensa occidental, sobre todo a la europea, para que asistieran al acontecimiento que supuso este plebiscito en el que la mujer podía votar después de más de treinta años sin hacerlo. Este fue el reclamo electoral que permitió el voto masivo de la mujer y al que acudieron numerosos medios de comunicación de la prensa europea más reconocida. Entre estos medios se encontraba la prestigiosa revista francesa “Paris Match”.
A El Toboso se desplazó un equipo de reporteros de este semanario galo y, —además de hacer un amplio seguimiento de la jornada con entrevistas a votantes y a los responsables de las mesas—, aprovecharon para hacer un reportaje en el que aparecía esa nueva imagen que el régimen quería proyectar con la mujer como protagonista. Y en ella se incluirán a las primeras Dulcineas de El Toboso —Celina y Rosario—, como referentes de su publicación.
En 1967 se inauguran el monumento al charlista valenciano, Federico García Sanchiz, —cuyos restos reposan en El Toboso—, y la Casa-Museo con la que Dulcinea dispondrá de una morada, cuál palacio del amor, que reunía unas condiciones dignas de su rango y para ser apreciada por lugareños y foráneos.
En el mismo año 1967, Ciudad Real, siguiendo la estela toboseña, va a nombrar por primera vez a su Dulcinea para las fiestas de la ciudad.