Manuel Sánchez, nuevo portavoz municipal del PSOE de Puertollano: «Trabajamos por un modelo de ciudad frente a la socialitis de un alcalde ambiguo»

Santos G. Monroy.- Hombre Manu, qué pasa Manuel. Pasea uno a su lado por el Paseo de San Gregorio de Puertollano y ve que atrae miradas y saludos. Manuel Sánchez Caballero tiene salero de tendero, aprieta firme la mano y mira a los ojos, y a uno le sorprende que este empresario óptico optometrista de 46 años, con nueve trabajadores al cargo, carrera y dos másters en dirección de empresas y humanidades, tenga el cuajo para meterse en la movediza arena política, ahora como portavoz de un PSOE municipal necesitado de remontada.

Padre de dos niñas «estupendas» con una pareja que le «soporta», es un apasionado del rock indie, de las bandas con mensaje y claroscuros, Joy Division, The Smiths, Pink Floyd, Love of Lesbian, y no oculta sus inquietudes literarias, científicas y filosóficas. Admira a Carl Sagan y las pelis del espacio, le gusta el ajedrez y el Jiu Jitsu brasileño hasta el punto de que ganó un Open de Londres, y se conmueve cada vez que relee «El guardián entre el centeno» de Salinger o revisa «Interestelar» de Christofer Nolan, quizá en la convicción de que el pensamiento es el único asidero del ser humano a la deriva en el cosmos.

El nuevo portavoz del grupo municipal del PSOE en el Ayuntamiento de Puertollano mantiene la frescura de quien está más por el cariño del vecino que por el cálculo político. Se emociona cuando recuerda a sus abuelos Mercedes y Manuel, que aprendió el oficio de relojero en la cárcel mientras fue preso político y luego abrió la relojería «La Campana» en la plaza Vía Crucis, o la óptica de su padre Manolo y su madre Esperanza en el pasaje del Paseo, y habla agradecido del legado de sus padres, que le enseñaron el camino y el valor de la formación «como un tesoro que nadie puede arrebatar». Estudió en el colegio Ramón y Cajal, en el instituto Inmaculada Enpetrol, en la Universidad Europea de Madrid, y habla con fascinación de la capital chulapa y del sentimiento que le provoca Puertollano, que le ha dejado «atrapado» en la querencia.

Manuel llegó a la empresa y reformó el primer negocio familiar (posteriormente abrió otras dos ópticas en Ciudad Real) con vocación científica y de servicio público, y aterrizó en la política desde una convicción progresista. El exalcalde Adolfo Muñiz le fichó como número siete para su candidatura, y su popularidad e implicación le han convertido en uno de los principales activos del PSOE local. «Me pidieron que me involucrara en momentos muy difíciles para Puertollano, en los que la ciudad estaba perdiendo habitantes y había gente que se planteaba irse, y por coherencia y sentido común di ese paso, sin pensar en qué puesto iba a ir ni quienes serían mis compañeros porque sabía que me iba a implicar para hacerlo lo mejor posible», dice.

También recuerda los días previos a su designación como portavoz del grupo socialista en el consistorio, cuando en el debate interno de renovación de la Secretaría General se detectó que a la militancia le importaba mucho más la figura del portavoz municipal. «Y el nombre de Manuel empezó a resonar entre la militancia… para mi sorpresa».

Los pecados de nuestros padres

Manuel no tiene discurso político desde una óptica orgánica, estratégica, y pone gesto de rechazo cuando le hablan de estrategias políticas, de cálculos, intrigas, elecciones, votos… Prefiere hablar de política «aristotélica», de ayuda, propuesta, participación, diseño de ciudad. Se desmarca de adscripciones y familias en el seno de la agrupación local y no esquiva las disculpas. «Cuando me propusieron la portavocía municipal reflexioné que tenía que representar unas siglas llenas de logros y con un legado importantísimo, pero que también arrastraban cosas que no me han gustado y que he sufrido: amigos que se han ido, que bajen las ventas en mi tienda, que cierren empresas…. Se ha generado una deuda que tengo que asumir también, por lo que hay que disculparse por los errores cometidos, aunque también pido disculpas por los errores que pueda cometer», añade.

Pese a todo recuerda que el periodo de gobierno socialista en Puertollano ha sido muy extenso, y que la mayoría de los «problemas» surgieron en un tiempo «muy acotado». «Decir que por el mero hecho de ser socialistas vamos a tomar las mismas decisiones que en el pasado es injusto, porque a nadie le dan un manual sobre cómo gobernar; es injusto que nos responsabilicen de los pecados de nuestros padres», reflexiona, al tiempo que subraya que está siempre dispuesto a «dar la cara y pedir disculpas», pero también a defender que él y sus compañeros no deben ser el blanco de «prejuicios».

¿Alcalde en 2027?

No se plantea su futuro político como posible candidato a la Alcaldía y responde que ya se verá… De hecho es firme defensor de la celebración de primarias en 2027: «da mucha más fuerza y así está establecido estatutariamente». Pero no, aún no se ha planteado una posible candidatura a la Alcaldía. «Voy al día, aunque si ya pensara en primarias y elecciones mal vamos, porque aquí hay mucha tela que cortar desde ya, por dentro y por fuera», recalca, consciente de que sus compañeros le han elegido en la confianza de que responde a valores socialistas guardando un margen de independencia interna.

Cuando se le pregunta sobre los motivos por los que el PSOE perdió las elecciones municipales, Manuel no duda. «Se produjo una tormenta perfecta, ya veníamos de ir bajando votos, pero la confianza ganada con la candidatura de Isabel Rodríguez quedó dañada cuando tuvo que irse para ocupar su cargo como ministra Portavoz del Gobierno de España». En este sentido el edil socialista cree que el mecanismo de sucesión «no fue el más adecuado, ya que partía de una lista que no preveía esa circunstancia».

También alude como causas del fracaso electoral a unas obras sin terminar «con dos arterias principales levantadas», al desgaste natural en el ejercicio de Gobierno, y a la incapacidad para recoger los votos que dejó la desaparición de Ciudadanos «en una ciudad donde se puede hacer política de cara y de palabra, al margen de ideologías y siglas». «Sencillamente la gente estaba cabreada por la gestión», reconoce.

Un alcalde del PP con «socialitis»

La vena irónica salta a la hora de hablar de la gestión del gobierno del PP y la agresividad política que, a su juicio, deja traslucir el alcalde ‘popular’ Miguel Ángel Ruiz. «Yo he escuchado al presidente del pleno de la corporación decir al portavoz de la oposición que no sabe leer, y como nuevo portavoz no voy a permitir que se siga actuando de esa manera», subraya. «Lo que creo», prosigue, «es que Miguel Ángel Ruiz tiene una socialitis tremenda, si hasta se presentó como presidente de la Federación de Empresarios para ver si lo llamaban de la lista socialista…; estaba pidiendo lista y no se le dio, y se ha desquitado así, como quien tiene madriditis y se hace del Barça».

El problema de este gobierno local, continúa, «es que lleva dos años siendo muy ambiguo en todos los ámbitos de gestión». «Presumían de independientes y luego invitaban al presidente del PP al Ayuntamiento; aún no tienen definido el modelo de las fiestas, ni se les oye hablar del modelo de ciudad». En este contexto ha criticado el «frentismo político y los discursos que no contribuyen a ayudar al ciudadano». «Es peligroso utilizar técnicas de política nacional en el ámbito local, en el que el principal valor es la persona, porque lo único que se busca así es la confrontación, el titular rápido diciendo una barbaridad», lamenta.

PSOE como alternativa de Gobierno

Cuando describe sus directrices como portavoz de la oposición, Manuel rechaza el simple término. «La palabra oposición no me gusta, porque parece que consiste en oponerse a toda propuesta, y lo que yo quiero es que el PSOE sea una alternativa de gobierno real, y no solamente por las siglas, sino por las propuestas, por las medidas que mejoren la ciudad desde un concepto claro», precisa.

Su visión de ciudad atiende a un modelo participativo «en el que los habitantes decidan su propia identidad, en el que las calles no sean residuos de los edificios, sino que se haga con sensibilidad, técnica y estética, con espacios de encuentro donde lo bonito no sea el privilegio de unos pocos barrios». Una ciudad, continúa, «en la que se pueda andar y pasear sin que los barrios se conviertan en islas, con servicios de calidad».

En este sentido, ha destacado entre sus prioridades devolver a la ciudadanía el «derecho» a vivir en la limpieza, la buena gestión de los impuestos, o que los jóvenes tengan un espacio «y no que parezca que solo están de paso en Puertollano». «No podemos permitir que esta ciudad se quede sin jóvenes, si se llegó a asumir que Ciudad Real iba a ser la ciudad universitaria y Puertollano la industrial, cuando se produce un proceso de desindustrialización hay que compensarlo», por lo que asegura que las líneas de trabajo apuntarán a la potenciación de la presencia universitaria y a la reactivación del empleo.

Manuel se despide al pie de las obras del Paseo del Bosque que posiblemente descabalgaron al PSOE de su feudo histórico en Puertollano. Apenas las mira: lo que promete a partir de ahora es trabajo y propuestas, sin pensar en la remontada que tiene que afrontar en apenas 24 meses. «Y si desde el PSOE contribuimos así a hacer más fácil la vida de los vecinos me daré por satisfecho», concluye.

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