Una roca procedente de un cometa genera una espectacular bola de fuego que ilumina el cielo de Castilla-La Mancha

Una espectacular bola de fuego cruzó el cielo de Castilla-La Mancha en la noche del 26 de septiembre, a las 2:39 (hora local peninsular española). Su brillo fue similar al de la Luna llena. Fue grabada por los detectores que la Red de Bólidos y Meteoros del Suroeste de Europa (Red SWEMN) opera en el Complejo Astronómico de La Hita (Toledo). Estos detectores trabajan en el marco del Proyecto SMART, un proyecto de investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) que se coordina desde el Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC). Su objetivo es monitorizar continuamente el cielo para registrar y estudiar el impacto contra la atmósfera terrestre de rocas procedentes de distintos objetos del Sistema Solar. El fenómeno también ha sido grabado por los detectores que este mismo proyecto de investigación tiene instalados en los observatorios de Calar Alto (Almería), Sierra Nevada (Granada), Sevilla, La Sagra (Granada), Huelva, Faro de Cullera (Valencia), Olocau (Valencia), Otura (Granada) y La Hita (Toledo).

Esta bola de fuego ha sido analizada por el investigador responsable del Proyecto SMART, el astrofísico José María Madiedo del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC). Este análisis ha permitido determinar que la roca que originó este fenómeno entró en la atmósfera terrestre a una velocidad de unos 98 mil kilómetros por hora y procedía de un cometa. Estas rocas que se cruzan con la órbita de la Tierra reciben el nombre de «meteoroides». El brusco rozamiento de la roca con la atmósfera a esta enorme velocidad hizo que la roca (el meteoroide) se volviese incandescente, generándose así una bola de fuego que se inició a una altitud de unos 102 km sobre la localidad de Motilleja (Albacete). Desde allí avanzó en dirección noreste y se extinguió a una altitud de unos 71 km sobre la localidad de Navas de Jorquera (Albacete). Su gran luminosidad hizo que este bólido se pudiera ver desde más de 700 km de distancia, por lo que pudo observarse desde toda la Península Ibérica. Al final de su trayectoria la roca se rompió bruscamente, provocando un aumento súbito de la luminosidad de la bola de fuego. La roca se desintegró totalmente en la atmósfera después de haber recorrido en el aire una distancia de unos 34 kilómetros, por lo que ningún fragmento consiguió llegar al suelo.

El siguiente vídeo muestra imágenes de la bola de fuego y de su trayectoria, así como la órbita que siguió la roca en el Sistema Solar antes de impactar contra nuestro planeta:  https://youtu.be/KPrM4zTgMc4

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