Decepción

Anselmo Alañón Alcaide.– Vivimos en un mundo en el que somos exigentes. No sabemos esperar, nos impacientamos, nos frustramos. La inmediatez nos agobia. Vivimos a ritmo acelerado, en el ámbito laboral, todo muy a prisa.

La ansiedad campa a sus anchas, se apodera de nosotros, el corazón se nos acelera. Vivir a un ritmo muy vertiginoso, no ayuda a ser felices. Consumismo, inmediatez, vivir a toda prisa, son los paradigmas, que marcan nuestra nueva filosofía de vida. No estamos preparados para imprevistos, no sabemos aceptar las contrariedades.

Desde pequeños no se nos educa, para saber gestionar nuestras emociones. En los contenidos transversales del currículum, en la etapa de Educación primaria, ha de haber este tipo de transversalidad, en los contenidos de las áreas de aprendizaje, para que a medida que vamos creciendo, y nos vamos formando, estemos preparados para afrontar situaciones emocionales distintas. Y así sepamos ordenar nuestros pensamientos, y gestionar nuestras emociones. No caer en la frustración, en la duda de si hice o no aquello bien, correctamente. Aprender a tomar nuestras propias decisiones. Aprender de nuestras experiencias. No esperar que todo nos resulte fácil, que todo sea accesible.

Como decían los clásicos: «Conócete a ti mismo «.

Relacionados

ESCRIBE UN COMENTARIO

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí


spot_img
spot_img
spot_img
spot_img