Eduardo Muñoz Martínez.- Una formación amplia e intensa que comienza con sus estudios de pintura en la Escuela Superior de Bellas Artes de Madrid, gracias a la concesión de una beca de la Delegación Nacional de la Sección Femenina, le hace recibir los Premios Extraordinarios «Carmen del Río» y «Molina Higueras», la ampliación, más tarde, de conocimientos en las clases de ilustración impartidas por Sáenz de Tejada, o Ramón Stolz, en las que consigue Matrícula de Honor y Premio, la hacen conseguir una Beca de Estudios del Ministerio de Educación Nacional, que le permite viajar a Italia. Un año después recibe otra Beca, esta vez de la Fundación Rodríguez Acosta y pasa por Francia, Bélgica…, y varias ciudades de Sicilia, gracias a la ayuda del Ministerio de Asuntos Exteriores, concedida en 1958. Comienza entonces su época de Oro, que se ha ido extendiendo durante toda su existencia.
En la década de los 60 cabe mencionar la Medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes de Barcelona, justo en el inicio de aquellos dos lustros; La Medalla de Oro del «Gran Prix» en Versalles; la Beca «Conde de Cartagena»; la Medalla de la Villa de Paris, en el Salón Internacional Femenino…, etcétera.
De los años 70 hay que referenciar que es nombrada Miembro del Instituto de Estudios Manchegos, de Ciudad Real; que obtiene Premio y Medalla de Oro en la Exposición Nacional de Valdepeñas; Medalla de Plata en el Ateneo de Sevilla; el homenaje del Excelentísimo Ayuntamiento de Malagón, y la dedicación de una vía urbana: «Calle de la pintora Gloria Merino»…, o la Medalla de Académico Correspondiente de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, en Madrid, en 1985.
Sigue colaborando, cultural y artísticamente, con entidades y organizaciones en La Mancha, y entramos en la década de los años veinte del siglo XXI. En 2021 el Gobierno de Castilla la Mancha, con motivo del Día Internacional de la mujer, le otorga el premio «Mujeres imprescindibles»; en 2022, aparece el libro «Gloria Merino, la pintora del Paisaje Manchego y sus gentes», en el que se recopila toda su actividad e historiografía fruto, el libro, del trabajo, el empeño…, de la historiadora Ana María Fernández Rivero.
En un último punto me centraré en el Museo, con su nombre, abierto en Malagón, donde se puede contemplar una buena parte de su obra, su historial artístico, galardones, premios, diplomas, documentación…, gracias, entre otras instituciones, al Consistorio malagonero, a Ana Moyano, y al ya precitado Instituto de Estudios Manchegos. Tampoco podemos silenciar que aparece en el Diccionario Espasa y en el Diccionario Biográfico Contemporáneo, así como la Exposición «Gloria Merino, la Exaltación Sublime de la Mancha», que ha hecho «correr ríos de tinta» a favor de su contenido y su protagonista.
A modo de rúbrica, indicar que en lo que se refiere a su actividad expositiva ha intervenido en numerosas muestras, – tanto individuales como colectivas -, a nivel nacional e internacional, – más de 300 en total -, encontrándose su obra en muchas ciudades de España y del extranjero. Por eso, y por tantas cosas, Gloria Merino será siempre, sin lugar a dudas, un claro referente en el arte pictórico manchego y español del siglo XX.
