Isidro Sánchez enmarca el plano-censo de Sofí Heredia y Ruiz Arche en el contexto de la dictadura de Primo de Rivera

El historiador Isidro Sánchez ha abierto esta tarde en el Antiguo Casino el ciclo de conferencias vinculadas a la publicación del libro El Plano-Censo de Sofí Heredia y Ruiz Arche: Ciudad Real hace cien años (1925), de Juan Carlos Buitrago, y a la exposición casi homónima que acoge el mismo centro cultural.

El título de la conferencia, Hace cien años, prólogo a un paseo sugerente por Ciudad Real, hace referencia al extenso volumen alumbrado por Juan Carlos Buitrago, del que pretendía ser un aperitivo. Isidro Sánchez ha aportado una visión general de la época histórica, enmarcada en la dictadura de Primo de Rivera. De esta forma, situaba la publicación del plano-censo, un acontecimiento de carácter local, en el contexto del país.

El historiado ha iniciado la charla con una cita de la divulgadora Nieves Concostrina – Ya sabemos lo que pasó, que unos militares africanistas ansiosos de poder dieron un golde de estado dispuestos a asesinar a todo español que no pensara como ellos. Ya está, hay que repetirlo para que se nos meta a todos hasta en el tuétano– para poner el acento en que España vivió casi la mitad del siglo XX bajo alguna dictadura -bien fuera la de Primo de Rivera o la de Franco- y, sobre todo, para advertir de la “tendencia a blanquear estos períodos históricos”. Aquello que se argumenta de que las dictaduras no fueron tan malas porque hicieron cosas buenas. “Claro que también se hicieron cosas buenas, pero a qué precio”, se pregunta Sánchez.

Durante la conferencia se ha abordado tanto la represión como la oposición a la dictadura de Primo de Rivera, con el libro de Blasco Ibáñez titulado Alfonso XIII desenmascarado, el terror militarista en España como guía. La dictadura, comentaba Isidro Sánchez, llevó a cabo una represión sin asesinatos, al contrario de lo que ocurrió con la siguiente. La “herramienta favorita del dictador”, aparte de la censura de prensa, era la multa. “Se imponía multas por todo: un borracho provocaba un escándalo, multa; alguien profería un grito contra el dictador, multa; el conde de Romanones hacía una acción contra la dictadura, multa. Y no hablemos de la cantidad de intelectuales, como Unamuno, Blasco Ibáñez o Artemio Precioso que tuvieron que salir de España”.

El prólogo al paseo sugerente por Ciudad Real terminaba rememorando la única visita que realizó el dictador a Ciudad Real, en octubre de 1926. Primo de Rivera fue recibido en el Ayuntamiento y la Diputación Provincial, y visitó la Catedral y el Antiguo Casino. La jornada concluyó con un acto de masas en el Teatro Cervantes y una fiesta en el Salón Olympia.

El ciclo de conferencias continuará el miércoles 22 con el arquitecto Diego Peris, que analizará “Cien años de permanencias y cambios en Ciudad Real”; y concluirá el miércoles 29 con Juan Carlos Buitrago, que abordará “Herramientas para conocer la ciudad de hace un siglo”. Todas a las 19:30 hora en el Antiguo Casino de Ciudad Real

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