Fermín Gassol Peco.- Hace algunos años transitaba por una muy concurrida calle peatonal en la ciudad de Bolonia. En cierto momento, la gente se iba apartando de manera súbita al sonido de unos timbres para dejar paso a unos ciclistas que utilizaban esa vía para echar unas carreras. Algo entre asombroso y peligroso pues las bicis rozaban una y otra vez a los viandantes. Parecía algo cotidiano pues ninguna autoridad hizo acto de presencia. Allí fue donde vi por primera vez algo que después se ha generalizado y de qué manera por otras ciudades. Me estoy refiriendo a la invasión de bicicletas y monopatines en espacios peatonales, plazas, paseos, aceras…un hecho común y diario.
Sirvan estas líneas para denunciar públicamente estos comportamientos irresponsables y delictivos. Patinetes que marchan a toda velocidad en espacios peatonales con gran afluencia de viandantes de toda edad, incluidos niños y ancianos. Bicicletas y monopatines que circulan por las aceras y direcciones prohibidas a unas velocidades de vértigo y en ocasiones con chavales subidos en los manillares o en el caso de los monopatines, ocupados por dos personas, en alguna ocasión con niños. Chavales y no tan chavales que se pasan las normas por donde les cabe. Unos artilugios silenciosos, sin ningún elemento identificativo y que, en la noche, resultan invisibles.
Se saben los amos, se saben intocables por una razón que desconozco. Mejor dicho, las desconocemos, porque se trata de un tema de conversación común y generalizada. Patinetes y ciclistas que van a toda velocidad, reitero, en las aceras a la hora de la entrada y salida de centros educativos. Les da igual. Hasta que, dios no lo quiera, suceda alguna desgracia y entonces a correr y poner remedio…lo de siempre.
Este tema no da para más. Lo que hace falta es poner fin a esta costumbre que atenta contra la seguridad ciudadana, de ancianos y niños mayormente. Creo que el asunto tiene la suficiente importancia y gravedad como para tomar medidas drásticas.
Yo desde estas líneas las propongo, entre otras cosas porque a los políticos y políticas les gusta mucho decir que están esperando con gran interés la colaboración ciudadana. Pues esta es una de ellas. A ver si es verdad y hacen caso quienes tienen la obligación de hacerlo.
