En estos días coincide la conmemoración del Día Nacional del Daño Cerebral Adquirido, el 26 de octubre; y del Día Mundial del Ictus, el 29 del mismo mes, dos afecciones cerebrales que cuentan con una innegable relación entre sí, y en las que la fisioterapia tiene un papel fundamental para la recuperación neurológica de los pacientes.
El Daño Cerebral Adquirido es el conjunto de patologías que tienen en común una aparición brusca e inesperada en el cerebro, afectando a cada persona diferente dependiendo principalmente de la gravedad y el área dañada.
Por su parte, el Ictus ocurre cuando la circulación sanguínea en el cerebro se ve interrumpida, ya sea por la obstrucción de una arteria o por la ruptura de un vaso sanguíneo. En ambos casos, el daño cerebral resultante puede afectar funciones vitales como el movimiento, el habla, la memoria, la pérdida de fuerza o sensibilidad, debilidad en la cara, brazo y pierna de un lado del cuerpo, visión doble, sensación de vértigo, o dolor de cabeza súbito.
De hecho, según podemos leer en la página web de la Federación Española de Daño Cerebral (FEDACE), el Ictus es la primera causa de Daño Cerebral Adquirido, ya que, de los 104.071 nuevos casos de Daño Cerebral Adquirido que se dan cada año, 99.284 son provocados por accidentes cerebrovasculares.
El papel de la Fisioterapia en los efectos de las lesiones cerebrales.
Uno de los grandes retos de estas afecciones es la amplia gama de secuelas que pueden presentarse, desde dificultades motoras, pérdida de equilibrio o sensibilidad; hasta problemas de marcha o dolor crónico. La Fisioterapia Neurológica se centra en mejorar estas funciones motoras, y desempeña un papel crucial en la rehabilitación integral del paciente, trabajando para restaurar el movimiento, la fuerza y la coordinación, la marcha, las transferencias, y el equilibrio del paciente, permitiendo que estos recuperen independencia y mejoren su calidad de vida.
Cabe recordar que la rehabilitación de las lesiones cerebrales no solo implica el trabajo con el paciente, sino también con su entorno familiar, ya que el impacto no solo afecta al individuo, sino también a sus seres queridos, quienes se ven involucrados en el proceso de adaptación a una nueva realidad. Por tanto, el papel del fisioterapeuta también incluye proporcionar herramientas y estrategias a las familias para que puedan colaborar activamente en la rehabilitación.
Asimismo, el tratamiento de efectos de lesiones cerebrales requiere un enfoque transdisciplinar, que combine la fisioterapia con la intervención de otros profesionales de la salud, como logopedas, terapeutas ocupacionales y neuropsicólogos, para abordar todas las áreas afectadas.
La Fisioterapia en las Unidades de Ictus.
El Colegio Profesional de Fisioterapeutas de Castilla-La Mancha sigue abogando por la inclusión de la figura del fisioterapeuta en las unidades de ictus, puesto que se ha demostrado que es necesaria para la mejora de la calidad asistencial que se da para esta patología, y para la mejora del funcionamiento de estas unidades, logrando que el paciente reciba un tratamiento integral y no solo desde el plano médico.





