La ejecutiva de Junts acuerda por unanimidad romper con el PSOE

La ejecutiva de Junts, con el expresidente de la Generalitat y líder del partido al frente, Carles Puigdemont, ha acordado por unanimidad romper con el PSOE.

El acuerdo ha llegado tras una reunión de la dirección del partido en Perpignan (Francia), que ha empezado a las 10 horas y se ha alargado hasta las 13.15, y lo deberá ratificar la militancia en consulta interna este miércoles y jueves.

El partido así lo quiere porque fueron las mismas bases las que validaron en su momento el pacto con los socialistas que se visibilizó con el acuerdo de Bruselas firmado en 2023.

Antes, la formación celebrará este martes un Consell Nacional en Barcelona para abordar la decisión acordada.

Los intentos de los socialistas estos últimos días de evitar la ruptura no han servido para que los de Puigdemont den marcha atrás, y ahora faltará concretar en qué se traducirá la decisión de Junts de romper las relaciones con el PSOE.

Aunque siempre han rechazado la posibilidad de impulsar una moción de censura contra el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, desde hace semanas sobrevuela en Junts la posibilidad de una moción de censura instrumental sin el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, de candidato.

Fue en agosto cuando Puigdemont ya advirtió de que en otoño pasarían cosas si Sánchez no cumplía con los compromisos adquiridos, y hace una semana la portavoz de Junts en el Congreso, Míriam Nogueras, elevó la presión.

En concreto, la ‘capitana’ –como la denominan en Junts– lanzó en el Congreso de que había que «empezar a hablar de la hora del cambio», que la situación no se podía alargar más y que si no cambiaba el Gobierno lo tendrían que hacer desde su partido.

Pese al revuelo que provocaron las declaraciones de Nogueras, el Gobierno trató de calmar las aguas los días posteriores asegurando que no se sentían amenazado por Junts y reduciendo dicha expresión a un juego de palabras.

Para el Gobierno es habitual que los independentistas lancen estos avisos cuando quieren elevar sus exigencias, pero no querían interpretarlo como algo excepcional que hiciera pensar en una ruptura definitiva de relaciones.

El mismo presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, manifestó que tienen la voluntad de cumplir todos los acuerdos firmados con Junts al inicio de la legislatura, pero quiso evidenciar que no todos dependen en exclusiva del Gobierno, como el de la delegación de competencias en inmigración o el reconocimiento del catalán en Europa.

En este sentido, uno de los últimos intentos de Sánchez para enderezar las relaciones con Junts fue este viernes, cuando España y Alemania acordaron abrir un diálogo bilateral para llegar a una solución sobre la oficialidad del catalán en la Unión Europea.

El presidente del Gobierno también advirtió de que la posible decisión de Junts de romper con el PSOE podría abrir la puerta a la «involución» de PP y Vox.

Sin embargo, el malestar en Junts era patente desde hacía meses porque consideraban que no había habido cambios ni avances en ninguna de sus demandas, también en la aplicación de la Ley de Amnistía porque aún no ha permitido la vuelta de Puigdemont a Cataluña.

Además, reprochaban a los socialistas que sigan paralizadas algunas de sus iniciativas sobre delincuentes reincidentes y contra la ocupación de viviendas, entre otras cuestiones.

Puigdemont responsabiliza al PSOE de la ruptura y les pide aclarar cómo gobernarán

El expresidente de la Generalitat y líder de Junts, Carles Puigdemont, ha responsabilizado al PSOE de la ruptura y les ha emplazado a reflexionar para aclarar «cómo piensan gobernar más allá de su proverbial capacidad de ocupar el poder».

«El PSOE es el responsable máximo, no Junts. Quién tiene todas las palancas del poder es el PSOE. Junts no tiene ni una, lo único que tenemos son 7 diputados», ha subrayado en una comparecencia sin preguntas en Perpignan (Francia) ante los dirigentes del partido, sin hablar explícitamente de elecciones ni de moción de censura.

Según Puigdemont, los socialistas estaban avisados y advertidos del riesgo de ruptura, por lo que considera que ahora deberán explicar, empezando por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, cómo gobernarán si no disponen de la mayoría que permitió su investidura.

Esto, ha añadido, provocará que no puedan aprobar los Presupuestos Generales del Estado y que no tengan capacidad para gobernar: «Podrán ocupar poltronas pero no gobernar. Podrán tener poder, pero no podrán ejercer el gobierno. El PSOE debe reflexionar y responder ante la ciudadanía cómo piensa seguir».

Tras reivindicar la paciencia que han tenido desde Junts, ha asegurado que han hecho lo que tocaba para conseguir que se cumpliera el acuerdo de Bruselas frente a un PSOE que ha considerado que sus tiempos y ritmos «eran los únicos validos».

«Ha actuado olvidando su minoría parlamentaria, ha menospreciado los avisos y señales que les hemos enviado en estos 22 meses de trabajo y 19 encuentros celebrados en Suiza. No estamos dispuestos a ayudar a un Gobierno que no ayuda a Catalunya», ha destacado, dejando claro que no persiguen la estabilidad española y sí todo lo que beneficie a Cataluña.

Pacto roto

Para Puigdemont, el acuerdo de Bruselas no se estaba desarrollando en las condiciones necesarias, no gozaba de confianza política suficiente y tampoco se estaban ejecutando la mayoría de acuerdos, por lo que considera que era «un pacto roto».

«Acuerdos políticos relevantes a los que llegamos siguen pendientes de ejecución, en tiempo y forma», ha lamentado Puigdemont, que ha puesto como ejemplo la petición de que se publiquen las balanzas fiscales, las cifras de ejecución presupuestaria y las cifras de lo que gana el Aeropuerto de Barcelona-El Prat y el de Barajas y la inversión por parte del Estado.

También cree que no se ha cumplido con el compromiso de garantizar la presencia de Cataluña en determinados organismos internacionales acordados, con la petición de que se desclasifiquen los documentos del atentado del 17 de agosto en Barcelona y Cambrils (Tarragona), con la descongelación de leyes como la de la multireincidencia, y con el traspaso de algunas competencias, entre otras cuestiones.

Pese a añadir que también ha habido cumplimientos, como en el caso del uso del catalán en el Congreso, ha manifestado que son insuficientes y ha acusado al PSOE de haber roto el acuerdo «a conciencia» pese a las advertencias que les habían lanzado.

Ha explicado que hace un año empezaron a tener evidencias de que los socialistas no estaban cumpliendo con su parte, y tampoco veían que estuvieran dispuestos a corregirlo: «Sabíamos de la tentación tacticista del PSOE, pero también sabíamos que nosotros no estábamos dispuestos a garantizar toda una legislatura en estas condiciones».

«Otros es evidente que no tienen ningún problema, pero la gente de Junts sí. Y los del PSOE lo han sabido desde el primer día que nos vinieron a buscar», y ha recordado que un año atrás ya plantearon que Sánchez se sometiera a una cuestión de confianza y que los pospusieron a petición del mediador de las reuniones en Suiza.

Pese a ello, ha asegurado que los socialistas no entendieron el mensaje, y cree que la llegada de Salvador Illa a la presidencia de la Generalitat ha contribuido a retroceder en algunos aspectos «por la españolización de Cataluña, la descatalnización de las instituciones, en derechos lingüísticos y en la pasividad absoluta ante el desastre de Rodalies».

También ha reprochado a los socialistas lograr la alcaldía de Barcelona gracias a los votos de grupo municipal del PP, aunque fue el candidato de Junts, el exalcalde de la capital catalana Xavier Trias, el que ganó las municipales.

«Cuando Junts tuvo que escoger entre PP y PSOE, escogió PSOE. Cuando el PSOE tuvo que escoger entre Junts y PP, escogió PP. Y cuándo el PSC debe elegir entre propuestas de Junts, escoge el tripartito con PP y Vox para bloquear nuestras propuestas», ha lamentado.

También ha querido recordar que este lunes se cumplen 8 años de la Declaración Unilateral de Independencia (DUI) en el Parlament, que junto con el 1-O considera que sigue siendo «válida, vigente y legítima».

Tras opinar que problemas de los catalanes deben buscarse en la «dependencia» de España y no en el proceso independentista, ha apuntado que dos años atrás los resultados electorales hicieron posible que se abriera la posibilidad de la vía de la negociación para hablar del conflicto político entre Catalunya y el resto de España, cuyo resultado fue el acuerdo de Bruselas.

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