Esta mañana, decenas de trabajadores de los complejos industriales de Repsol se han desplazado hasta las oficinas centrales de la compañía, en la calle Méndez Álvaro de Madrid, como medida de protesta «para poder comer en condiciones dignas y seguras», según ha denunciado el sindicato STR en una nota.




«La causa de este inusual desplazamiento es clara: los menús que se sirven en los comedores de las factorías presentan una calidad tan baja que comprometen la salud y el bienestar de la plantilla. Lo que debería ser un servicio básico se ha convertido en una fuente diaria de malestar e indignación. Los trabajadores aseguran que se han visto abocados a esta medida extraordinaria tras meses de reclamaciones internas sin respuesta por parte de la Dirección», denuncia.
“En situaciones de prolongación de jornada y alta carga de trabajo, es vital disponer de una comida de calidad y a tiempo para poder continuar con nuestras funciones”, denuncia una operadora de planta. “Desplazarse hasta Madrid supone un esfuerzo extra en tiempo y dinero, pero es la única alternativa viable para comer en condiciones ante lo que se nos ofrece en las fábricas”, añade.
Desde el Sindicato de Trabajadores (STR) califican la situación de “vergonzosa y humillante”, y acusan a la Dirección de Relaciones Laborales de Repsol de ignorar reiteradamente las quejas y dar la espalda a las condiciones básicas de su personal.
“Que un trabajador tenga que recorrer centenares de kilómetros para poder comer algo decente refleja el abandono de Repsol hacia su propia plantilla”, afirma Javier Marín, responsable de Acción Sindical del STR. “No hablamos de un lujo ni de un capricho, sino de salud, respeto y condiciones laborales esenciales. Repsol presume de cuidar el talento, pero olvida lo fundamental: cuidar a las personas que sostienen su producción”.
El STR exige a la Dirección de Relaciones Laborales una solución inmediata que garantice una alimentación digna, nutritiva y segura en todos los centros industriales, con tiempos y espacios adecuados para poder comer. Asimismo, recuerda que una alimentación adecuada forma parte de las condiciones mínimas de seguridad y salud laboral, y que no cumplirlo constituye una vulneración grave de los derechos de la plantilla.
“Comer bien en el trabajo no es un privilegio, es un derecho. Y no vamos a parar hasta que se respete”, concluye Javier Marín.







Croquetitas de sobras y una ensalada de lechuga y medio tomate y vais que chutáis.
Pará el trabajo que tengo como de más mejor que en mi casa .