Una exposición en la Biblioteca de Ciudad Real muestra el tránsito de las mujeres desde la crudeza de la trata hasta que alcanzan la libertad

El alcalde ha asistido a la inauguración de la exposición fotográfica itinerante “Punto y seguimos. La vida puede más”, promovida por el secretariado de la Comisión Episcopal de Migraciones y que llega a Ciudad Real de la mano de Adoratrices.

La Biblioteca Pública del Estado acoge hasta el próximo 28 de noviembre la exposición fotográfica itinerante “Punto y seguimos. La vida puede más”, una iniciativa promovida por el Secretariado de la Comisión Episcopal de Migraciones a través de la Sección de Trata de Personas, y que llega a Ciudad Real de la mano de la congregación de las Adoratrices, entidad destacada por su trabajo en la lucha contra la denominada esclavitud del siglo XXI.

El acto de inauguración ha contado con la presencia del alcalde de Ciudad Real, junto a la concejal de Igualdad, María José Escobedo, y otros miembros de la corporación municipal. En ese escenario, Francisco Cañizares ha destacado que esta muestra cumple tres objetivos: “Primero le da la palabra a mujeres que han sido víctimas de trata y que ahora se expresan libremente, el segundo es que traslada a la sociedad un problema muy oculto y el tercero y no menos importante es poner en valor el trabajo que hace Adoratrices en Ciudad Real y en toda España”, y en este sentido ha destacado que “es un trabajo ejemplar, de éxito, de un tipo de servicio que presentan a la sociedad desde la religión que es fantástico”.

La exposición se compone de tres partes, en la primera se refleja la realidad de lo que sienten las mujeres cuando pisan por primera vez el lugar donde van a ser explotadas sexualmente, en la segunda expone cómo se han sentido tratadas por la sociedad, en especial por los hombres que han estado con ellas, y la tercera, “que es la más bonita porque es la parte en la que ya las mujeres, después de un proceso largo, son capaces de ser sujetos en la sociedad, esto implica que ya tienen derechos y deberes, y todas las frases son de esperanza, de sentirse libres, algo que para nosotros es muy normal, pero que para ellas después de ese proceso de esclavitud la palabra que más sale es libertad”, según ha detallado Antonia Pérez, en representación de la congregación Adoratrices.

La exposición, tal y como ha recordado el sacerdote Julián Plaza, delegado diocesano de migraciones, surge en el contexto del Año Jubilar de la Esperanza, en el que Papa Francisco quiso que existiera el referente de la trata en todas las diócesis “para poner en visibilidad esa problemática, que la trata está íntimamente relacionada con el blanqueamiento que se hace en la sociedad de la prostitución, cuando se le llama trabajo sexual o cuando se dice que son personas libres, y esta exposición pone de manifiesto que el 99’9 por ciento son personas que vienen engañadas y forzadas, y por eso se aboga por la abolición de la prostitución para conseguir que vaya desapareciendo”.

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