Este 6 de noviembre se presentó en el Obispado de Ciudad Real la Jornada del Día de la Iglesia Diocesana, que se celebrará el próximo domingo 9 de noviembre en toda España bajo el lema Tú también puedes ser santo. En la rueda de prensa intervinieron el obispo de Ciudad Real, Abilio Martínez Varea; el ecónomo diocesano, Jesús Álvarez Alcaide; e Isabel Oviedo Mendiola, del equipo de gestión administrativa de la diócesis.
La jornada recuerda cada año que todos los fieles forman parte activa de una comunidad diocesana y están llamados a colaborar —desde la vocación personal, la vida de fe y el compromiso cotidiano— en la misión evangelizadora de la Iglesia.
El obispo explicó el sentido de esta jornada explicando lo que es una diócesis: «Una comunidad dirigida, guiada, pastoreada por un obispo, donde están las parroquias, los movimientos, las asociaciones, las comunidades de vida consagrada». Todo ello, subrayó, «tiene sentido porque están enmarcados dentro de lo que es una Iglesia diocesana, que es un territorio, en este caso Ciudad Real, guiado por un obispo».
Martínez Varea agradeció su labor «a todos los sacerdotes que entregan su vida en los rincones de Ciudad Real», especialmente en una provincia «muy extensa» en la que deben recorrer «muchos kilómetros» para sostener la atención pastoral. También tuvo palabras de reconocimiento para «todos los religiosos y las religiosas de nuestra diócesis que, con su oración y con su testimonio alimentan y sostienen la vida de nuestras comunidades», y para los laicos, «que llevan el Evangelio a los diversos ámbitos de la vida como es la familia, el mundo del trabajo o la cultura».
El obispo invitó a vivir la jornada del 9 de noviembre como «una jornada de oración por la Iglesia Diocesana que nos ayude a valorar que formamos parte, que somos parte de esta querida Diócesis de Ciudad Real», animando a que «aumente la corresponsabilidad de los bautizados», puesto que «todos somos miembros activos» y «no hay miembros dentro de la Iglesia cuya labor sea no hacer nada». Esta corresponsabilidad —afirmó— incluye también «el sostenimiento económico de la Iglesia por parte de los bautizados».
Refiriéndose al lema, Tú también puedes ser santo, señaló que recuerda la «vocación universal a la santidad» y que esta debe vivirse «en lo cotidiano, en la vida ordinaria», donde «tiene lugar el encuentro de Dios».
Por su parte, el ecónomo diocesano, Jesús Álvarez Alcaide, desarrolló el significado del lema. Significa —explicó— reconocer que todos los fieles «estamos llamados a la santidad en la vida ordinaria, en nuestras familias, en el trabajo, en el servicio a los demás y en la participación activa en la vida de la Iglesia y en la sociedad».
La santidad, añadió, «va unida a vivir la fe con alegría, a ser todos parte de la Iglesia, a ser fuente de vida y de esperanza para el mundo». Cada cristiano contribuye con su testimonio «a hacer un mundo mejor», especialmente «en el compromiso con los hermanos más necesitados».
El ecónomo recordó también la invitación del papa a «hacer memoria agradecida de los santos, beatos, venerables y siervos de Dios que han florecido en nuestras Iglesias particulares», signo de que «la santidad es posible en cada tiempo y lugar». Mencionó ejemplos como san Juan de Dios, santa María Micaela o santo Tomás de Villanueva, así como «la entrega de la vida en tantos mártires y en tantos hombres y mujeres anónimos de nuestra tierra». Como recoge Gaudete et exsultate, citó, «la santidad es el rostro más bello de la Iglesia».
«Más allá de las cifras, lo importante es lo que representan, es decir, su utilidad y eficiencia: cada euro invertido se traduce en evangelización, acompañamiento, formación, ayuda, presencia y servicio», dijo. Desde la atención a personas sin hogar hasta los seminarios, desde las parroquias rurales hasta los programas de inclusión: «Todo forma parte de una misión compartida».
Las cuentas de la diócesis: más de 21,8 millones de ingresos y equilibrio presupuestario
Para explicar los datos económicos del ejercicio 2024, intervino Isabel Oviedo Mendiola, responsable del área de gestión administrativa de la diócesis.
Los ingresos ordinarios del año 2024 ascendieron a más de 21,8 millones de euros, un incremento del 5,5 % respecto al año anterior. Este crecimiento se debe principalmente a «la generosidad de los fieles», que aportaron más de 7,7 millones de euros, y a la asignación tributaria, por la que la diócesis recibió «4,3 millones de euros del Fondo Común Interdiocesano».
A estos recursos se suman ingresos por servicios, subvenciones y actividades patrimoniales, que superan los 9 millones de euros, permitiendo sostener y ampliar la actividad pastoral, educativa y asistencial.
En cuanto a los gastos, el total supera los 20,2 millones de euros, un 5 % más que en 2023. La mayor parte se destinó a:
- Acciones pastorales y asistenciales: más de 9,2 millones de euros, destinados a proyectos de Cáritas, Manos Unidas y atención a familias, migrantes, personas sin hogar o en riesgo de exclusión.
- Retribución del clero y del personal laico: más de 2,2 millones para sacerdotes y algo más de 5 millones para personal seglar en distintos servicios diocesanos.
- Conservación de edificios y funcionamiento: más de 3,4 millones, especialmente en templos y parroquias «en zonas con poca población y pocos recursos».
- Gastos extraordinarios: 793.000 euros en programas de rehabilitación de templos.
El ejercicio se cerró con equilibrio presupuestario, alcanzando «una capacidad de financiación de más de 1,1 millones de euros», lo que permite a la diócesis «afrontar el futuro con responsabilidad y sostenibilidad».





