Un grupo de profesores, personal administrativo y alumnado del IES Torreón del Alcázar, en Ciudad Real, han realizado durante el recreo un acto simbólico para denunciar las «líneas rojas» del derecho internacional humanitario que Israel ha sobrepasado en Gaza durante los últimos dos años. Este es el manifiesto que se ha leído:
A pesar del anunciado alto el fuego, la catástrofe humanitaria continúa y la población palestina en Gaza sigue sumida en una realidad insoportable que pone en peligro sus vidas.
Hoy estamos aquí para denunciar las violaciones del derecho internacional humanitario que Israel ha cometido y sigue cometiendo, las líneas rojas que ha traspasado sistemáticamente: como el asesinato deliberado de civiles, más de 20.000 de ellos niños y niñas, el ataque a hospitales y personal humanitario, el bloque de la ayuda, el uso del hambre como arma de guerra o la destrucción de infraestructuras esenciales para la vida.
Israel ha roto el alto el fuego más de 500 veces desde su entrada en vigor el pasado 10 de octubre, causando la muerte de cerca de 350 personas, mujeres, mayores, niños y niñas en su mayoría. Casi 70.000 personas han perdido la vida desde el 7 de octubre de 2023 y más de 170.000 han resultado heridas.
Las condiciones de vida en Gaza siguen siendo terribles. Tras ser desplazadas forzosamente en repetidas ocasiones, más de un millón de personas continúan obligadas a sobrevivir en una pequeña franja de tierra y en condiciones de vida peligrosas, en el sur de la Franja. Casi toda la población aún vive en tiendas de campaña improvisadas, sin acceso a agua corriente ni electricidad, junto a montones de basura y aguas residuales desbordadas.
A esto se añade la llegada inminente del invierno y las primeras lluvias que ya han caído sobre la Franja, lo que provoca condiciones extremas para una población ya exhausta. Este es el tercer invierno en la Franja desde octubre de 2023 y las condiciones son peores que nunca. No tardarán en aparecer enfermedades respiratorias e hipotermia, sobre todo en los niños y las niñas. Sin mejoras urgentes en el acceso al agua, el saneamiento, el refugio y la alimentación, más personas morirán por causas completamente evitables.
Hemos de recordar que Israel sigue ocupando militarmente más del 50% de la Franja de Gaza. Pedimos la retirada del ejército israelí y el cese inmediato de los ataques que el gobierno de Israel sigue perpetrando contra la población palestina en Gaza y en Cisjordania.
También pedimos el fin del bloqueo que comenzó en el año 2007 y la apertura de los pasos fronterizos para el acceso masivo y sin restricciones de ayuda humanitaria así como de suministros esenciales como medicamentos, alimentos, agua, tiendas de campaña, material de construcción, equipos de saneamiento o combustible. El asedio y la ocupación que llevan décadas en curso restringen el acceso a alimentos, agua, refugio seguro y atención médica, lo que provoca muertes evitables, desnutrición, y un profundo trauma y sufrimiento. Las necesidades son tan grandes y el bloqueo de la ayuda humanitaria ha sido tan largo que incluso lo que está entrando hoy resulta insignificante para hacer frente a esta situación.
Se deben abrir las fronteras para permitir la evacuación de las personas que deseen marcharse y de aquellas que necesiten atención especializada urgente. Los gobiernos deben facilitar activamente estas vías de salvamento y el derecho al retorno cuando las condiciones sean realmente seguras para ello.
Cualquier acuerdo de paz debe basarse en los principios de verdad, justicia y reparación, por lo que pedimos que se investiguen de manera independiente y transparente todas las violaciones de derechos humanos y del derecho internacional humanitario cometidas por todas las partes y que sus responsables rindan cuentas ante la justicia.
Por último, recordamos que es imprescindible garantizar la participación real y efectiva de la población palestina en los procesos políticos, de reconstrucción y en todas las decisiones que afecten a su vida, su territorio y su gobernanza. El camino a seguir debe ser liderado por la ciudadanía palestina y estar basado en el cumplimiento de los derechos fundamentales.
El alto el fuego no debe convertirse en una cortina de humo para el genocidio en curso de Israel. El patrón de conducta de Israel en Gaza, incluida la denegación deliberada de ayuda para la población palestina, muchos de cuyos miembros están heridos, desnutridos y en riesgo de sufrir enfermedades graves, sigue amenazando su supervivencia.
La comunidad internacional no puede permitirse ser complaciente: los Estados deben mantener la presión sobre Israel para que permita el acceso sin trabas a la ayuda humanitaria, levante su bloqueo ilegal, se garantice la protección efectiva de la población civil, se incrementen la evacuaciones médicas desde Gaza y se establezca una paz permanente poniendo fin al genocidio en curso.
