Basta ya de mentiras: ¿qué más tiene que pasar en España para que Page deje de sostener a Sánchez?

Carolina Agudo Alonso. Secretaria general y portavoz parlamentaria del PP de Castilla-La Mancha.- Vamos por la directa. Políticamente hablando, Emiliano García-Page es un farsante que juega al trampantojo de hacerse pasar por el socialista bueno frente al odiado Pedro Sánchez cuando en realidad es un sanchista de manual que, más allá del teatro y la puesta en escena mediática, nunca ha movido un solo dedo para evitar las numerosas infamias perpetradas por el presidente del Gobierno. Si lo hubiera hecho, Sánchez ya no sería presidente porque Page tiene en el Congreso los votos y el poder para acabar con el sanchismo, pero no lo hace porque no quiere, porque todo en él es fingimiento y superchería. Y, por tanto, es cómplice y principal sostén de esta hora terrible y crítica a la que Sánchez ha llevado a España y a Castilla-La Mancha.

Y es que Page juega a un doble discurso: dice una cosa pero hace la contraria. El juego del trilero. Habla mucho, y vende humo, pero es un eslabón más de este PSOE ahogado en la corrupción y hundido en el descrédito de un Sánchez que preside el peor Gobierno de la democracia. Page habla y habla, y no deja de hablar, pero detrás de esa máscara sólo hay impostura, y su verdadera realidad es que siempre vota a favor de Sánchez y eso le mantiene en la Moncloa. Al sainete del “poli bueno, poli malo” ya se le ven mucho las costuras. Page es el salvavidas de Sánchez y Castilla-La Mancha no merece un presidente absolutamente contaminado por este pozo negro.

De hecho, este sábado el PSOE de Castilla-La Mancha reunió en Toledo a su comité regional, aplaudió dócilmente a Page y miró para otro lado para mantener firme su apoyo a Sánchez mientras España vive el mayor escándalo de corrupción en muchos años, con José Luis Ábalos y Koldo García en prisión, Santos Cerdán recién salido y todo el entorno presidencial bajo investigación. Ni una palabra crítica del PSOE desde Toledo, y el número dos de Page, el diputado Sergio Gutiérrez, sanchista de voto y fidelidad inquebrantable, calladito y bien anestesiado. ¿Por qué se callan tanto? Page puede y debe ordenar a sus ocho diputados que rompan con el sanchismo y dejen de sostener tanta degradación. Page debe elegir: o con los castellano-manchegos o con Sánchez, Ábalos, Cerdán y Koldo. Cada vez que Sánchez aprueba una decisión, detrás están también los votos que dependen de Page. El PSOE de Castilla-La Mancha perdió el sábado una gran oportunidad para aprobar una resolución de ruptura con Sánchez y dar la orden final a sus diputados.

Pero esto ya es una evidencia: Page es un personaje agarrado al poder antes que ninguna otra cosa y por encima de cualquier circunstancia. Lleva toda la vida en ello y por esa ambición desmesurada defiende a su líder antes que defender a España y a Castilla-La Mancha, protegiendo su cortijo y su sillón, que es lo que verdaderamente le importa a Page. Luego se va a Madrid, donde dentro de la M-30 tiene puesta su cabeza y sus esperanzas de futuro político, y allí busca el relumbrón de su cacareo mediático, pero Page nunca ha tenido la valentía de rebelarse contra Sánchez para defender a los castellano-manchegos. No hay constancia, ni una sola votación, y la prueba del nueve es que Sánchez sigue en la Moncloa. Repito: el comité regional del PSOE tenía el sábado una gran oportunidad y volvió a desaprovecharla. ¿Por qué?

En definitiva, Page es un sanchista muy obediente. Sus impostadas críticas a Sánchez son la coartada que el sanchismo necesita. El líder de los socialistas castellano-manchegos es el más fiel servidor del sanchismo que está empobreciendo a España y a Castilla-La Mancha y que ha inundado la vida pública de cieno embarrado y miseria política y moral. Corrupción, cárcel, clientelismo familiar, totalitarismo, postración ante los separatistas, ataque a los jueces y periodistas independientes, control de las instituciones y pésima gobernanza, y Page sin mover un músculo ante la extrema gravedad de la situación. El tahúr castellano-manchego es un destacado actor en el teatro del sanchismo, pero el cubileteo de la bolita de Page cada día engaña a menos gente. Voy, voy… pero quieto me estoy.

El sanchismo ha alcanzado tal nivel de degradación que legítimamente cabe preguntarse que más tiene que pasar en España para que Page deje de sostener a Sánchez. ¿Qué más, señor Page, qué más? La obscenidad del sanchismo ya es una cumbre del desastre: dos secretarios de Organización del PSOE encarcelados, el fiscal general condenado e inhabilitado, la esposa y el hermanísimo camino del banquillo, prostitutas y machismo desbocado, los tentáculos del poder ocupando las instituciones, desde el Tribunal Constitucional al CIS y desde la Fiscalía hasta RTVE, los chantajes inacabables del separatismo y un largo rosario de ejemplos infinitos.

La multitudinaria manifestación de este domingo en Madrid, abarrotada de ciudadanos libres e independientes, fue una contundente demostración del rechazo de los españoles a este régimen corrupto y en defensa de la democracia y la libertad. Page no estaba allí y el sábado volvió a callar ante un silente y cabizbajo comité regional del PSOE que dócilmente le obedece. “¿Cuánto más vais a tragar?”, preguntó a los socialistas Alberto Núñez Feijóo en su discurso en el Templo de Debod.

Es un clamor: la degeneración del PSOE que Sánchez lidera en España y Page en Castilla-La Mancha, este patio de cloaca pantanosa, es de tal bajeza e inmoralidad que la pregunta es legitima e imprescindible: ¿a qué más espera Page para sacar a Sánchez de la Moncloa? ¿Qué más tiene que ocurrir en España? ¿Por qué el sábado el comité regional no reacción y agachó la cabeza? Preguntas nunca respondidas porque, pese a toda su verborreica propaganda, la única realidad es que Page utiliza a Sánchez como trampolín para el autobombo e intentar dar el salto a Madrid, y Sánchez utiliza a Page como coartada para aparentar democracia interna en el PSOE. Y así seguir los dos en el poder.

Sánchez y Page, uno por el otro, se retroalimentan y se necesitan y son dos caras de una misma moneda, tan falsa como la careta de Page y el socialismo castellano-manchego. Es sintomático y significativo que el PSOE de Castilla-La Mancha saliera este sábado, después de su comité regional, con tanta rabia y tanto odio hacia el PP, comportándose con la misma catadura moral y bajeza del sanchismo, al que Page sostiene, al que Page admira y del que Page forma parte entusiasta. Porque Sánchez no sería presidente si Page no sostuviera su poder en pie.

Relacionados

ESCRIBE UN COMENTARIO

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí


spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img