Soy Angel Mozos. Cuando me marché de esta mi localidad natal para cursar mis estudios superiores la bici de montaña estaba en pañales. Pero al regresar 18 años después descubrí el potencial para el MTB de nuestro entorno y cómo se había desarrollado su práctica aquí.
Disfruté de todo esto y también lo hice con mis hijos y más chavales y con los años fui observando que muchos chicos dejaban la bici de montaña porque la práctica les suponía mucho tiempo (cualquier ruta de MTB dura dos o tres horas) y, además, les resultaba aburrido el simplemente hacer kilómetros, por muy bonito que fuera el paisaje.
El mundo de la bici en Puertollano estaba perdiendo el relevo de los jóvenes y se estaba quedando en adultos cada vez más entrados en años y muchos (ya la mayoría) montando en bicis eléctricas.
Entonces descubrí algo: el interés que despertaba en los jóvenes otras disciplinas más gravity, el enduro y el dirt jump. Para entendernos, el enduro se trata, en gran parte, de bajar por trialeras y el dirt es dar saltos, hacer peraltes y trucos en un circuito. Disciplinas que antes casi no se hacían pero que ahora las nuevas bicis las acercan a todos.
Había que hacer algo, o tenían esta opción o la mayoría dejarían este deporte o simplemente si se acercarían. Así que me puse en marcha con un proyecto integral. Tenía sus fases y sus tiempos de ejecución, por lo que ya sabía que sería a largo plazo.
Comencé, hace ya cinco años uniendo chavales a los que les gustaba la bici, hacíamos salidas de las que les gustan a ellos, con bajadas divertidas y diferentes retos. Se divertían mucho y cada semana éramos más, pero había un inconveniente: nos pasábamos toda la mañana del sábado o del domingo fuera porque había que ir hasta la Dehesa Boyal o a Almodóvar. Era mucho tiempo y llegaban derrotados, había que hacer algo para que lo pudieran practicar más cerca.
Entonces hice junto con mis hijos la bajada de Los Mozos, una línea divertida pero para todos los niveles y, lo más importante, cerca de la población. Después, ya con la colaboración de más chavales, hicimos otra bajada: la de El Minero, esta ya con más elementos: peraltes grandes, drops, etc para aprender más técnica de manera segura (el cerro es en algunos puntos demasiado…digamos “técnico”).
La comunidad iba creciendo, el nivel también, faltaba el elemento clave, ya estaba proyectado pero es el que requería más tiempo: la creación de un campillo. Le llamamos La Minilla y es una realidad desde hará un año estas Navidades.
Y con La Minilla todo explotó. Calculo que por allí han pasado ya casi un centenar de chicos (y no tan chicos). Cualquier tarde se puede ver a algún grupito que ha ido a pasar un rato, pero si es viernes o sábado es fácil que llegue a la veintena de chavales disfrutando juntos, haciendo deporte en un entorno seminatural, en fin, de las pocas alternativas sanas que tienen actualmente.
Para el día 8 de diciembre, teníamos preparado un hito más: una jornada en la que vendría un instructor con experiencia nacional e internacional (Marcos López, de MLR Project, que gestiona varias escuelas en la Comunidad de Madrid y da clases en varios bike parks, como La Pinilla o en los Alpes franceses), con el que tendríamos una sesión de enduro por la mañana y otra de dirt jump por la tarde.
Resultó ser una jornada espectacular. No todos los chavales se apuntaron a las clases, pero animados por el ambiente muchos se acercaron a La Minilla por la tarde. En alguna ocasión pude contar hasta 30 chicos.
Todo lo acontecido durante el día me emocionó, pero si algo me ha quedado resonando en la cabeza han sido los mensajes de asombro y los elogios por parte tanto de este monitor como de dos jóvenes venidos de Ciudad Real para el evento.
Y lo eran tanto por lo logrado en el entorno cercano a Puertollano, que permite que se practique enduro cerca de la población y de forma bastante segura, como por nuestra Minilla y por la cantidad de chavales que vieron allí, el nivel de muchos y las ganas de todos.
Según me dijeron no hay nada ni mucho menos parecido en toda la provincia, ni tampoco en la mayoría de las poblaciones comparables con la nuestra, e incluso superiores, a nivel nacional. El objetivo está logrado con creces. De hecho hemos conseguido algo excepcional, pero ahora…¿qué hacemos?
Hemos creado y acondicionado senderos para el disfrute en los montes cercanos, hemos creado un campillo en nuestra ciudad, gracias a eso se ha formado una comunidad de decenas de chavales que flipan con lo que hacen y aprenden más y más (algunos, os aseguro, están a un nivel bastante alto) pero todo esto ya no puede seguir recayendo en el esfuerzo de una familia.
Hay que seguir trabajando en mejorar La Minilla, también se pueden hacer y mantener más líneas en el entorno cercano a la población, se podrían hacer viajes a zonas de enduro y bike parks, se podrían hacer eventos (competitivos o no) en nuestra localidad, se podría hacer una escuela deportiva, hay que atraer también a adultos a los que les gustan estas disciplinas (que los hay)….pero para todo eso se necesita de un soporte institucional.
Y ese es el motivo de este escrito, es un llamamiento a los clubes, al Ayuntamiento, a la Diputación, patrocinadores, en fin, a la red institucional que puede dar soporte a esto. La oportunidad está creada, ¿la vamos a aprovechar?
Instagram de La Minilla: laminilla_bikepark
Instagram de MLR Project: mlr_project















