Fermín Gassol Peco.- ¡Qué nombre más raro tiene el sitio donde se encuentra la parcela! fue lo que me dijo un conocido al ir a ver un terreno que quería comprar para hacerse un chalet. La Escritura decía así: “Pedazo de tierra al sitio de Olla de los Borrachos, término Municipal de… algún lugar de la Mancha….con una cabida de….cinco fanegas y cuatro celemines”.
Escrituras, muchas de ellas escritas a mano con alambicada caligrafía, con décadas o algún siglo de existencia, guardadas en descoloridas carpetas en el fondo del cajón de algún armario, títulos de propiedad y notarias ellas mismas de un pasado.
A los agricultores estas descripciones les resultarán, sin duda muy familiares y a ellos van destinadas especialmente estas líneas de una manera agradecida por trabajar de manera cotidiana en esos parajes manteniendo viva nuestra tierra manchega.
Uno que ya no es ningún chaval siempre sintió curiosidad por dos extremos en relación con este asunto. El primero, encontrar explicación a la forma tan irregular y caprichosa de muchas parcelas o pedazos, así los llamamos por aquí, en que están divididas las fincas rústicas; formas que no son debidas a las topografías del terreno, sino a alguna ancestral razón. Y el segundo extremo, conocer el origen de esos nombres tan poco comunes que tienen los parajes de nuestros términos municipales. Porque al origen del nombre de los pueblos se han dedicado muchas páginas, pero a explicar o encontrar los de estos pequeños territorios…que yo sepa no existe prácticamente ninguna.
Y lo más triste es que las “memorias” de aquellos que podían tener archivados estos datos…en su inmensa mayoría no se encuentran ya desgraciadamente entre nosotros. Me quiero referir a los hombres y mujeres que día tras día patearon trabajando de manera denodada esos campos sobre los que hoy se han edificado nuestras vidas.
Lo nombres que aparecen a continuación son fruto de un paseo disfrutado por algunos parajes de nuestros pueblos, por supuesto que de manera virtual.
Decir que en múltiples ocasiones los nombres de esos parajes resultan ser reiterativos en muchos municipios. Son aquellos que hacen referencia a lugares con una descripción topográfica parecida. Sierra, valle, hoya, quiñonada, carril, casa de……son vocablos a los que les siguen digamos, los apellidos en los términos donde está situados. Ahí van algunos de ellos:
Maranchón: Cerrillotico – Recuévano. Landete: Pajar de Cuco.- Regajo de Benito. Hellín: Collado de sopas- Pozo Higuera. Cañete: El Gorgocil- Puente Vega de Abajo. Agudo: Perranana. Navalcan: Pozitas-Cañada Longera. Valdepeñas: Casa de Jiménez-Carril de la Comadre- Casa de Juanico.
Talavera de la Reina: Cabañuelas- Cercado de Hilario- Olivar grande. Carrión de Calatrava: Molinos de Viento-Campo mojado-Malvecinos. Villahermosa: Valle del Granon. Dehesa del soldado. Daimiel: Casteja- Zarrasquilla- Zacatena. Ciudad Real: Hombres muertos – Cantagallos- Maja madre. Calzada de Cva: Pozo Felipe- Capa lobos. Elche de la Sierra: Elceno- Los picacicos. Tarancón: El hoyo del boticario-Carril de la hornera. Sacedón: Cruz de San Gervasio- Arda- Parra gordera. Minglanilla: Los Navazos-Casa de Juan Savas. Consuegra: Campo cebollero- Cuartos largos. Tomelloso: Coto de los Rodeños- La Romana- Don Victor. Tragacete: Huerta Alegría-Dehesa el Poyal. Carrascosa del Campo: Gustaldoria-Majano. El Pozuelo: Carro Beteta. La Roda: Casa Berruga…Puertollano: Loma de los chaparrales. Daimiel: Alto de las conejeras, Hoya de las liebres…
Y así podríamos ir desgranando los más de mil parajes que ponen nombre a nuestras tierras. De los aquí reflejados, algunos tienen fácil explicación, son aquellos que hacen referencia a algunas personas, que sin saberlo han pasado a la posteridad aunque haya sido de una manera algo indeterminada; otros lo son por el tipo de cultivo…o características del terreno. Sin embargo en otros casos…resultan de todo punto indescifrables en el nombre o en el concepto. “Capa lobos”, “Hombres muertos”, por ejemplo, sitios…que a buen seguro responden a un porqué para llamarse así.
Sería muy útil y agradecido que los más antiguos del lugar pudieran aportar los nombres de los parajes de su pueblo, junto a una breve explicación de por qué son llamados así. Una manera de dejar algo escrito sobre nuestra historia más íntima y cotidiana, del cada día más despoblado y no apreciado mundo rural.
