Aunque la palabra «desplazados» suena a conflicto y a guerra, lo cierto es que se puede aplicar a otras situaciones como la que ha ocurrido en las últimas horas con la concentración contra el genocidio en Gaza.

Al colectivo que había comunicado el acto en la Plaza Mayor, como es habitual todos los viernes a las 20.00, está vez han sido «desplazados» a la Plaza de Cervantes por ser un lugar sin mercadillo ni actividades navideñas…

Desde el colectivo convocante quieren hacer constar que «les molesta que se denuncien las injusticias y continuas agresiones a un pueblo dejándole morir de hambre y frío, cuando no por los ataques armados que no cesan, mientras la Navidad da pregones de paz en el mundo. Estas son algunas de las contradicciones continuas de las sociedades occidentales acomodadas y disfrutadoras de las festividades».
Durante el acto leyeron varios escritos similares a este:
***Belén iluminada, Gaza borrada***
«Mientras las luces navideñas vuelven a brillar en Belén, Gaza sigue bajo ruinas, asedio y ocupación.»
La investigadora palestina Rima Najjar analiza cómo la Navidad occidental convierte el sufrimiento palestino en un ritual simbólico de compasión, sin cuestionar las estructuras de poder que sostienen la supremacía israelí y la destrucción de Palestina.
La autora denuncia cómo el discurso cristiano occidental transforma la tragedia palestina en espectáculo emotivo, despolitizado y cíclico: una “pena de temporada” que no exige justicia ni cambio.
«Desde Alkarama, compartimos este texto como una llamada a romper el silencio, a mirar más allá de las luces y a defender la vida, la dignidad y la resistencia del pueblo palestino.»
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