En la conservación del Medio Ambiente, todos somos responsables

José Luis Martínez Guijarro (consejero de Medio Ambiente y Desarrollo Rural)

  
Hoy, 21 de marzo, celebramos el Día Mundial Forestal, conocido popularmente como Día del Árbol, fecha acordada en 1971 de forma unánime por todos los Estados miembros pertenecientes a la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), y que reviste una especial relevancia por ser el primer día de Primavera en el Hemisferio Norte y de Otoño en el Hemisferio Sur.

  
Es un día especialmente señalado para la toma en conciencia, de manera universal, de los graves problemas que afectan al Medio Ambiente Mundial, y especialmente la desaparición de las grandes superficies forestales que pueblan nuestro Planeta.

  
Anualmente perdemos más de 14 millones de hectáreas de bosques, y la mitad de los que una vez cubrieron la Tierra han desaparecido. Actuaciones como la extracción de madera, las grandes obras públicas, los usos abusivos de la agricultura y la ganadería, el incremento de la población mundial o el cambio climático han permitido que más de 76 países hayan perdido la totalidad de sus bosques primarios, acciones que ponen de manifiesto la amenaza constante y excesiva a que estamos expuestos todas las especies animales y vegetales, sin excepción, advirtiendo de causas imprevisibles para el desarrollo vital si no les ponemos freno.

  
Los bosques proveen a todos los pueblos del mundo de bienes y servicios esenciales, contribuyendo a la seguridad de la alimentación, del agua y del aire, así como a la protección del suelo, favoreciendo el desarrollo sostenible. Su destrucción es una de las pruebas más patentes de inconsciencia y egoísmo del ser humano, pues impedimos el derecho a disfrutar de un patrimonio natural, del que no somos propietarios, a generaciones presentes y venideras.

  
En la conservación del Medio Ambiente cuentan todas las acciones, por pequeñas e insignificantes que nos puedan parecer. La celebración del Día ha de ser una toma en consideración integral acerca de la situación real en que se encuentra nuestro Medio Natural, una puesta en práctica de nuestros valores más solidarios, revelando el grave deterioro que están sufriendo nuestros ecosistemas.

  
Nuestra conmemoración debe servir de ejemplo a quienes nos acompañan diariamente, contribuyendo a generar un posicionamiento responsable y sostenible, motivando actuaciones respetuosas con el Medio Ambiente.

  
El caduco devenir que son nuestras vidas nos mueve a que nuestras acciones se conviertan en nuestro mejor legado, en los elementos a recordar por quiénes vendrán en el futuro, y hacia los que debemos dirigir nuestras actuaciones, demostrando que un futuro mejor y más acorde con la sostenibilidad es posible. Por ello, cualquier iniciativa en esa línea evidenciará nuestra calidad personal.

  
Hagamos un esfuerzo y pensemos que nuestro Medio Ambiente, lejos de ser una herencia que hemos recibido de nuestros antepasados, es un préstamo realizado por nuestros descendientes para que cuidemos de él hasta que ellos puedan responsabilizarse de su custodia. Todos queremos lo mejor para nuestros hijos, por ello no podemos defraudarles destruyendo aquello que nos han confiado.

  
Participad en las distintas actividades que, con tan honroso motivo, se llevarán a cabo en las localidades de nuestra región, sed ejemplo de tolerancia y solidaridad, y pensad que hoy es el primer día para construir el mejor futuro para nuestros descendientes.

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