El sorpasso

Rosa DíezHubo en este país unas elecciones a las que concurrió la izquierda a la izquierda del PSOE que capitaneaba un tal Julio Anguita. Año 1996. Como el PSOE andaba metido en unos cuantos charcos y, además, Anguita y Aznar tomaban café con asiduidad para ir afilando la pinza, decían los socialistas, aquellas fueron unas elecciones que hicieron pensar a más de uno que después de los populares se colocarían en escaños los neocom de la IU. El resultado sería una suerte de bipolarización absurda derecha-comunistas, a todas luces inviable. Fue lo que se llamó la posibilidad del sorpasso, del que se habló y mucho en los medios, aunque los propios, más realistas (de realidad) lo veían como lo que era: una quimera. Un resultado imposible -¿¡¡los co-mu-nis-tas -como solía llamar Bono a los de IU con despectivo retintín pero a los que adularía si con ello sacara tajada – , los co-mu-nis-tas los segundos, por delante del PSOE !!?
Había un argumento un tanto peregrino que se podía dar por válido siendo generosos: la posibilidad de una fuga masiva de votos del PSOE de los años negros hacia IU. Pero las urnas pusieron las cosas en su sitio y la IU de un Anguita exultante y altivo frente a tirios y troyanos consiguió 21 diputados, dos menos que consiguiera el PCE de Carrillo en el 79, fagocitado en las históricas elecciones del 82 que aupó al PSOE a una escandalosa mayoría absoluta de 202 diputados. No hubo sorpasso aunque IU anotó el segundo mejor resultado de su historia. Hoy cuenta con dos diputados  en una línea descendente desde las elecciones de 2000 (8, 5 y 2 diputados, respectivamente).

Y lo que son las cosas, ahora vuelve a reeditarse la cosa pero con la diferencia de que la sorpassada puede ser IU por la nueva carrocería en el circuito electoral de la UPyD de Rosa Díez. A nivel nacional no lo ha conseguido en las europeas pero un recuento por comunidades y por provincias, sin que demos por válida una extrapolación mecánica, se comprueba que efectivamente la UPyD ha pasado por la derecha a IU, después de arrebañar votos a la remanguillé del PSOE y no tantos del PP. Y también recaban votos de IU, me dicen fuentes muy bien informadas.  UPyD es ya la tercera fuerza política en muchas ciudades y pueblos, y en unas cuantas comunidades autonómas. Ojo al dato. ¿Y a qué se debe el ascenso de un partido político que no existía hace año y medio y que ya ha picado en el Congreso de los Diputados, el Parlamento vasco y la Eurocámara, mientras sigue apilando votos lenta pero persistentemente como la lluvia fina a la que se refería Aznar para aplicarse el cuento?

Supongo que tantas razones o sinrazones como simpatizantes, criticos, electores, adversarios tenga la UPyD y, sobre todo la dirigente y fundadora del partido Rosa Díez que ya demostró su osadía políica cuando tuvo el valor de aspirar a la secretaría general del PSOE.  Vislumbro un par de ellas: la transversalidad para una política de 2009, una demostración de que se puede ser progresista sin ser pro-gre-sis-ta tópico y la frescura del principiante que rompe con lo políticamente correcto y se queda tan pancho. Hace un año y medio, la UPyD extrañada por los medios de comunicación afines al PSOE, no estaba. Hoy se va repartiendo como brotes verdes -esta vez sí- por la geografía nacional. De su futuro político sólo ellos serán responsables, a poco que consigan concretar una estrategia propia y demuestren que se puede hacer política de otro modo. Tengo entendido que hay ciudadanos que simpatizan o militan en UPyD pero lo ocultan por temor a represalias-como lo oyen-sobre todo en la Administración. Pues bien para abrir un poco la ventana para que entre el aire también es necesaria la UpYD.

Enhorabuena.      

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