Hubo en este país unas elecciones a las que concurrió la izquierda a la izquierda del PSOE que capitaneaba un tal Julio Anguita. Año 1996. Como el PSOE andaba metido en unos cuantos charcos y, además, Anguita y Aznar tomaban café con asiduidad para ir afilando la pinza, decían los socialistas, aquellas fueron unas elecciones que hicieron pensar a más de uno que después de los populares se colocarían en escaños los neocom de la IU. El resultado sería una suerte de bipolarización absurda derecha-comunistas, a todas luces inviable. Fue lo que se llamó la posibilidad del sorpasso, del que se habló y mucho en los medios, aunque los propios, más realistas (de realidad) lo veían como lo que era: una quimera. Un resultado imposible -¿¡¡los co-mu-nis-tas -como solía llamar Bono a los de IU con despectivo retintín pero a los que adularía si con ello sacara tajada – , los co-mu-nis-tas los segundos, por delante del PSOE !!? Y lo que son las cosas, ahora vuelve a reeditarse la cosa pero con la diferencia de que la sorpassada puede ser IU por la nueva carrocería en el circuito electoral de la UPyD de Rosa Díez. A nivel nacional no lo ha conseguido en las europeas pero un recuento por comunidades y por provincias, sin que demos por válida una extrapolación mecánica, se comprueba que efectivamente la UPyD ha pasado por la derecha a IU, después de arrebañar votos a la remanguillé del PSOE y no tantos del PP. Y también recaban votos de IU, me dicen fuentes muy bien informadas. UPyD es ya la tercera fuerza política en muchas ciudades y pueblos, y en unas cuantas comunidades autonómas. Ojo al dato. ¿Y a qué se debe el ascenso de un partido político que no existía hace año y medio y que ya ha picado en el Congreso de los Diputados, el Parlamento vasco y la Eurocámara, mientras sigue apilando votos lenta pero persistentemente como la lluvia fina a la que se refería Aznar para aplicarse el cuento?
Supongo que tantas razones o sinrazones como simpatizantes, criticos, electores, adversarios tenga la UPyD y, sobre todo la dirigente y fundadora del partido Rosa Díez que ya demostró su osadía políica cuando tuvo el valor de aspirar a la secretaría general del PSOE. Vislumbro un par de ellas: la transversalidad para una política de 2009, una demostración de que se puede ser progresista sin ser pro-gre-sis-ta tópico y la frescura del principiante que rompe con lo políticamente correcto y se queda tan pancho. Hace un año y medio, la UPyD extrañada por los medios de comunicación afines al PSOE, no estaba. Hoy se va repartiendo como brotes verdes -esta vez sí- por la geografía nacional. De su futuro político sólo ellos serán responsables, a poco que consigan concretar una estrategia propia y demuestren que se puede hacer política de otro modo. Tengo entendido que hay ciudadanos que simpatizan o militan en UPyD pero lo ocultan por temor a represalias-como lo oyen-sobre todo en la Administración. Pues bien para abrir un poco la ventana para que entre el aire también es necesaria la UpYD.
Enhorabuena.









