Agosto ha pulverizado todos los registros en cuanto a casos de agresiones a sanitarios. Con tres casos de violencia en el entorno sanitario ocurridos en la primera semana del mes, este problema se está agudizando en un momento en el que todas las instituciones públicas claman por la necesidad de reforzar la protección del personal sanitario en centros de salud y hospitales. Los profesionales, cada vez más, denuncian la desprotección y el desamparo ante los episodios violentos que ponen en jaque al sistema de salud, a merced de una lacra que, si no se toman medidas eficaces, seguirá aumentando.
Tras los casos de agresión ocurridos en el PAC de la calle Pío XII de Ciudad Real, y el que existe en la localidad de Madridejos, con tan sólo 48 horas de diferencia, esta misma semana hay que sumar un tercer caso más, producido en el centro de salud 2 de Ciudad Real, donde una médica, embarazada de seis meses, y una compañera enfermera tuvieron que soportar los insultos y amenazas de un individuo provocándoles un estado de ansiedad por el que tuvieron que ser atendidas.
La enfermera acudió días después al Colegio de Enfermería de Ciudad Real donde recibió asesoramiento legal, se le aconsejó la conveniencia de interponer la correspondiente denuncia y se le ofreció el gabinete de asistencia psicológica por si quería ser atendida de las posibles secuelas por estrés postraumático.
Estos lamentables hechos llegan en un momento en el que, paradójicamente, desde los colegios profesionales, sindicatos e instituciones públicas en general, con la subdelegación del gobierno a la cabeza, aúnan sus esfuerzos por encontrar soluciones que frenen una escalada de violencia que a la luz de los datos no para de crecer. El Colegio de Enfermería apoya con su participación las concentraciones organizadas por sindicato CSIF y Colegio de Médicos para los próximos días 12 y 14 de agosto frente a la Subdelegación del Gobierno en demanda de más medios y protección para que los profesionales sanitarios ejerzan su labor con seguridad.
Repunte de casos
Según datos del Observatorio Nacional de Agresiones del Consejo General de Enfermería fue en 2022, justo tras la pandemia de COVID que sacudió a España, el año en el que se produjo un significativo incremento en el número de casos, pasando de 1.629 agresiones en todo el país en el año 2021, a 2.580 casos, tan solo un año después. Desde entonces la cifra total siempre se ha mantenido por encima de los 2.500 casos. Los números dicen que la situación es inaceptable. Es el momento de actuar.
Los datos manejados por los expertos hablan por sí solos: Siempre en los meses de verano se registra un repunte en el número de casos de violencia (a sanitarios, de género…) lo que lleva a cuestionarnos si desde el punto de vista de la psicología clínica hay evidencia de que el aumento de la temperatura esté relacionado con el aumento de la violencia.
Según un estudio titulado “Efectos de la temperatura en la conducta antisocial” publicado en la revista “British Journal of Social Psicology” cada desviación estándar hacia temperaturas más altas se vincula con un incremento del 4 % en violencia interpersonal y 14 % en conflictos de grupos. En el mismo sentido, otros estudios sugieren que, en entornos cálidos, los participantes mostraron más comportamientos hostiles tales como respuestas agresivas o menor cooperación y, en fin, los modelos teóricos aportan evidencia científica de que el aumento de la temperatura del clima aumenta la violencia interpersonal pues el calor incrementa la incomodidad, la frustración y la impulsividad, reduciendo el autocontrol y facilitando la agresión.
Cabe concluir que, aunque el calor no causa violencia por sí solo, sí actúa como factor de riesgo o desencadenante de conductas violentas en personas o contextos ya predispuestos a la agresión. Ello se suma a factores psicosociales como estrés, consumo de sustancias, hacinamiento, etc.
Fenómeno psicológico
Para la responsable del gabinete de apoyo psicológico de Colegio de Enfermería de Ciudad Real, Eva Yangüela la violencia hacia los profesionales sanitarios no es solo un problema de seguridad, sino también un fenómeno psicológico y social complejo.
Para esta experta resulta fundamental “identificar los factores individuales que predisponen a la agresión —como la impulsividad descontrolada o la percepción de injusticia—para diseñar intervenciones más efectivas y proteger al personal sanitario. Por otro lado, –continúa- es fundamental que generemos en nuestra sociedad la conciencia de que el respeto es una máxima indispensable, donde existen medios adecuados para expresar la disconformidad como pacientes, sin que ese desacuerdo implique traspasar límites y proceder a la agresión verbal en su mayoría y física, en otras ocasiones”.
En su valoración del fenómeno de la violencia en el entorno sanitario, Eva Yangüela considera que “la agresión debe tener una atención psicológica adecuada desde los primeros momentos para reducir las secuelas y el posible estrés postraumático”.
Como profesional al servicio del Colegio de Enfermería de Ciudad Real, se pone a disposición desde su gabinete de atención psicológica para atender a todos los profesionales de enfermería afectados para valorar y propiciar un correcto retorno emocional al entorno laboral después de que la agresión se ha producido.
El Colegio reclama soluciones eficaces
Ante este repunte de hechos violentos en el ámbito sanitario, el presidente del Colegio de Enfermería Pablo Madrid Franco insiste en la “necesidad de una solución integral entre todas las instituciones públicas, auspiciada desde el propio gobierno de Castilla La Mancha, una mesa multidisciplinar que aborde el fenómeno desde todos los ángulos e integre a colegios profesionales y sindicatos, Administración de Justicia, Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado y el servicio público de salud como garante de las condiciones de trabajo y seguridad de sus profesionales”.
En consonancia con su reclamación ante las autoridades públicas, el Colegio de Enfermería de Ciudad Real insiste en la necesidad de reforzar la presencia de personal de seguridad en todos los centros de salud y PACs de la región, y no solo en los centros hospitalarios, como medida preventiva urgente para proteger a quienes están en primera línea.
Como ya hemos venimos señalando, es importante trasladar a la sociedad que las agresiones que se realizan contra profesionales sanitarios constituyen un delito de atentado contra la autoridad y cada vez más reciben el reproche penal adecuado con penas de privación de libertad que los jueces están endureciendo en los últimos meses.
Conscientes de que no puede haber impunidad, desde el Colegio de Enfermería reclamamos una respuesta firme de las administraciones y del sistema judicial, y recordamos a los profesionales la importancia de que denuncien siempre este tipo de hechos, sin miedo ni resignación. Su denuncia es el primer paso, fundamental, para que el problema no se extienda y vaya a más.
Habría que estudiar porqué motivo y que clase de gente habitualmente comete estos delitos, es para no demonizar a los demás como pasa con la violencia de genero.
¿Los agresores se apellidan Borbón, de Alba, Dos Sicilias, Botín….? ¿Se llaman Cayetano, Borja María, Covadonga…..?
Me tienen en ascuas.
La balconera de la quinta ha puesto una excelente lista de delincuentes y vagos vividores …gracias.
Jajajajaja!!! Pues sí!!! Gran listado…no exhaustivo ni mucho menos….pero he aquí alguno más
https://www.infolibre.es/economia/espanol-amable-pareja-delicuente-si-guante-blanco-das-perfil_1_1745059.html
Seguro que Page como buen pepero se pone manos a la obra para dar seguridad a nuestros sanitarios……, aaah no, que está a lo suyo,…a mejorar las condiciones de cazadores y toreros.