Jesús Millán Muñoz.- Es una gran idea y práctica que casi todas las bibliotecas y Archivos están acumulando, coleccionando y sistematizando las obras y documentos de decenas de autores.
En años anteriores, hace unos lustros existía en la opinión pública cultural, estaba como las faenas de las corridas de toros, la mitad decían que era una buena corrida y la otra mitad decían que no, y, la otra mitad no decía nada. Pues algo semejante sucedía con la documentación y manuscritos y papeles y fotografías y cartas de los escritores: que la mitad indicaban que había que conservarlos, la otra mitad que no, y, la otra mitad se callaban.
Pero yo creo que ahora, ya nadie niega esa necesidad. En el pasado este modesto plumífero y escribiente y lapizero –neologismo imitando si de pluma surge plumífero, de lápiz puede surgir lapizero, aunque ahora tendría que ser de ordenador pues ordenadero…-, siempre les decía, y, a muchos se callaban pero no te daban la razón, les indicaba… ¿vaya si tuviésemos mil papeles más, además de los que tenemos de Lope de Vega, Calderón, Garcilaso, Cervantes, Tirso de Molina, Fray Luis de Granada, Juan de la Cruz, Teresa de Jesús…?
¡Vaya si tuviésemos mil papeles más, además de los que se tienen! ¡Creo que los Big Data aplicado a los archivos, harán nacer y surgir y fluir mucho más documentación que está todavía escondida en los vientres de las bibliotecas y archivos, de los que no se han quemado, porque un deporte en este país, no es sólo el futbol, sino en tiempos de revoluciones, pues quemar bibliotecas y archivos de frailes…!
La BNE, una gran idea, que ya están copiando otras bibliotecas regionales, están coleccionando y conservando legados de autores, desde viñetistas o humoristas gráficos –Peridis, Forges, Máximo, etc.-, hasta de escritores y otros autores-autoras de la cultura. Creo que estamos por fin copiando lo que hacen todas las Universidades Americanas, y, lo que deberían empezar a hacer las Bibliotecas Regionales y Provinciales y Universitarias y Fundaciones y Museos del resto de la Península Ibérica…
Según los datos que dispongo, hace unos años, la BNE adquirió el legado de Sánchez Ferlosio, Rafael (1927-2019), un hombre-escritor-observador-pensador que redactó muchas páginas. Que en el silencio de su vivienda escribió y habló consigo mismo de muchos temas. Creo y lo he dicho muchas veces, que merece una Fundación, creo que al menos, diríamos los escritores de esa hornada, denominados de la generación del cincuenta, merecen una Fundación, para que esas decenas de grandes escritores de esos tiempos, que se instalaron en Madrid pero también fuera de Madrid, no se pierdan sus obras, sus manuscritos, sus fotografías, sus cartas. Que se tengan elementos para estudios de y en el futuro…
La descripción que hace la BNE de dicho legado es de cinco cajas, situada en la Sala Cervantes, lugar apropiado por el nombre. Siempre he indicado que en España no cuidamos lo suficiente a los autores y autoras –también de oficios conexos de la cultura-, que han intentado aportar algo, sea en ciencias o letras o artes, creo que existe en el corazón de esta Piel de Toro, ya tan antigua en historia, existen grandes heridas. Y, todo se percibe, casi todo desde la ideología y la política. Y, creo que hay que mirar a esas grandes mentes que esta Tierra de Conejos ha dado y regalado, hay que mirarlos como si fuesen montañas o paisajes, paisajes-montañas-lagos humanos, y, cada uno es distinto. Sean de un color o sean de otro.
Porque siempre pienso que muchos de estos autores y autoras en otras lenguas y en otras geografías serían figuras internacionales. Creo que Sánchez Ferlosio es uno de ellos. En otra lengua sería conocido internacionalmente. Pero aquí, siempre estamos echándole tierra sobre los ojos y los manuscritos, en este caso, escribía en cuadernos escolares, creo tamaño mediano o pequeño o medio folio…
Aunque la BNE ha adquirido también en el mismo año que Sánchez Ferlosio unas setecientas hojas de Leopoldo María Panero (1948-2014), parece ser que sus ediciones originales no se han encontrado todavía, -según los datos que dispongo publicó más de cien libros-. Con lo cual es una muestra clara y evidente de la necesidad que tenemos de conservar y de catalogar y guardar para generaciones futuras.
Y, reitero la necesidad que las bibliotecas regionales también lo hagan con los autores de su región o de los que puedan disponer, e, incluso las locales y provinciales. Creo que es la única manera. Es siempre la misma historia, cada uno tiene que conservar lo que ha surgido en sus paisajes culturales, o, que puedan tener acceso aunque no hayan nacido en sus páramos. Pero la pregunta es siempre la misma, cuánto tiempo tardarán en que se darán cuenta… ese principio, que la Biblioteca Nacional tiene que copiar ideas y procedimientos de las grandes bibliotecas del mundo, por ejemplo la del Congreso de Washington, y, las bibliotecas regionales de la BNE, y, las bibliotecas provinciales también de la BNE, incluso las provinciales…
¡Cuántos autores y autoras, quizás de tercera categoría, están intentando que en las bibliotecas quieran conservar su documentación para el futuro, sabiendo que no son de genial categoría, ni de primera internacional o nacional, pero si quizás de segunda o tercera provincial, están, reitero intentando que les conserven las obras y los manuscritos y la documentación para el futuro, porque podrían tener importancia modesta en sus provincias y regiones, y, no son capaces de conseguirlo…! ¡Cuántos autores y autoras dedicados a las ciencias, las letras, las artes… dedicados a intentar interpretar el mundo y la vida y los mismos sujetos…!