El Colegio Nuestra Señora del Prado de Ciudad Real inicia un curso histórico con el nombramiento de Julián Serna como nuevo director general. Licenciado en Ciencias Físicas y antiguo alumno, Julián ha dedicado los últimos diez años a la gestión educativa: dos como coordinador general de ESO y Bachillerato, y otros ocho como director técnico de la misma etapa. Su nombramiento marca un hito, al convertirse en el primer director general seglar en el colegio marianista de Ciudad Real tras más de un siglo de liderazgo religioso. Su experiencia, compromiso y profundo conocimiento de la comunidad educativa lo sitúan como una figura clave para afrontar los retos de un centro considerado como uno de los más grandes y prestigiosos de Castilla-La Mancha.
¿Cómo ha ido el comienzo de curso en las distintas etapas?
Muy bien ya que se ha desarrollado con total normalidad. El arranque siempre es exigente, pero los equipos de las distintas etapas han estado trabajando con gran profesionalidad para que todo estuviera preparado. Ver las aulas llenas de energía, ilusión y programando ya distintos proyectos es la mejor motivación para todo el curso.
¿Cómo afronta el gran reto de dirigir un colegio de esta magnitud y prestigio?
Con enorme responsabilidad y mucha ilusión. También con confianza por la implicación, compromiso y profesionalidad de toda la comunidad educativa. Sé que es un desafío mayúsculo, pero también una oportunidad única para seguir construyendo sobre el legado marianista, apostando por la innovación y el acompañamiento cercano a alumnos y familias.
¿Qué significa para usted ser el primer director general seglar de la historia del colegio?
Es un honor y una gran responsabilidad. Con la tranquilidad de que no es una ruptura, sino una evolución propia de la misión compartida para la que nos llevan preparando y formando durante estos últimos años. Es un signo de que el carisma marianista sigue vivo, dinámico, abierto a los tiempos, y que laicos y religiosos caminamos juntos. Por eso, mi objetivo es mantener viva la identidad marianista desde mi vocación laica, con fidelidad a sus valores y mirada puesta en el futuro.
¿Qué cambios más importantes abordará en los próximos cursos junto a su equipo directivo?
Trabajaremos en el desafío que se nos presenta debido al estrés digital que sufren nuestros alumnos, sin renunciar a herramientas como la IA, que nos ofrecen muchas posibilidades y a las que no hay que renunciar. Seguiremos apostando por la mejora continua de la convivencia escolar, la formación del profesorado y el impulso de proyectos que contribuyen a la formación integral de nuestros. Queremos que salgan preparados para un mundo global sin perder la cercanía de nuestra tradición educativa.
¿Cómo le gustaría que las familias de Ciudad Real vieran a su colegio?
Como un colegio alegre, que educa en la excelencia académica y humana, con puertas abiertas y compromiso firme con cada alumno. En el que en todas las decisiones que se toman se sitúa siempre al alumnado en el centro, dando a cada uno lo que necesita, sin dejar a nadie en el camino. Queremos ser referente no solo en resultados, sino en valores y cercanía.
¿Qué papel cree que tiene hoy la educación en un contexto de cambios tan rápidos?
Para cualquier sociedad la escuela juega un papel esencial, o al menos así debería ser. No solo transmite conocimientos, sino que debe ayudar a formar ciudadanos críticos, responsables, tolerantes y solidarios. En este momento en el que la polarización está a la orden del día, en el que es muy fácil la manipulación a través de las redes sociales y plataformas, es fundamental dotar a nuestros alumnos de la capacidad de pensar por sí mismos sin dejarse manipular.
¿Qué mensaje le gustaría trasladar a los alumnos en este nuevo curso?
Que confíen en sí mismos, que trabajen y aprovechen todas las oportunidades que el colegio les brinda para conseguir los objetivos que se hayan marcado, y que nunca olviden que lo más valioso son las personas con las que comparten este camino.