De mí cuando yo muera es el título de la obra de teatro del autor Valdepeñero Juan Camacho, estrenada en 2024 en el Centro Cultural La Confianza y que el viernes 26 de septiembre va a reponerse en el Teatro Auditorio Francisco Nieva. En esta representación participarán componentes del grupo El Trascacho. La obra, con un importante componente filosófico, muestra las vivencias de un profesor ya retirado, compartidas con un ex alumno que disfruta de una fulgurante carrera profesional.
Una de las magias del arte reside en cómo una cosa puede llevar a otra, en cómo el chispazo de una idea puede derivar en un gran proyecto, en cómo una frase, o una simple palabra, puede ser el germen de una obra literaria.
Algo así sucede con De mí cuando yo muera, ópera prima teatral de Juan Camacho (Valdepeñas, 1956). En 1999, Juan escribió el poema que lleva ese mismo título, un poema que encierra en sus versos toda la fuerza, toda la desesperación y todos los sanos anhelos que cualquier ser humano pueda sentir en un determinado momento de su existencia. En 2020 convirtió ese poema tan especial en su trayectoria poética en una obra de teatro. Tras el primer esbozo fue modelando y moldeando el texto hasta conferirle el carácter, la profundidad y el mensaje que los versos ya proponían.
El crítico teatral Juan Pedro Carrasco describe perfectamente los rasgos esenciales del espíritu de la obra: «Temas como la soledad, el olvido, la confusión entre realidad e irrealidad, pero también la solidaridad, la amistad y el afecto trascienden lo puramente cotidiano para convertirse en reflexión sobre la vida y la muerte, la juventud y la vejez». Quizá ésa sea la clave, el secreto, el encanto invisible de De mí cuando yo muera: la reflexión. Y tal vez la habilidad del autor para transformar lo que se vive en el escenario en un espejo en el que cualquiera de nosotros, de una u otra manera, podemos vernos reflejados, sea lo que despierta en el público esa corriente de emociones que convierte una obra de ficción en una vivencia personal. El año pasado, muchos de los comentarios de quienes pudieron disfrutar de la obra en el Centro Cultural La Confianza de Valdepeñas y en el Auditorio de Bolaños de Calatrava, coincidían en ese punto: las fibras íntimas que la obra había logrado tocar.
En esa dirección apuntaba también el director de la obra, Jose Luis Urrutia: «De mí cuando yo muera, una obra hecha para entretener, conmover y pensar». El propio Urrutia destacaba que «Lo más conmovedor es la humanidad que la obra en su totalidad rezuma. Porque, si de algo puede presumir De mí cuando yo muera, es de ser una historia tremendamente humana».
Cuando a Juan Camacho se le pregunta qué cuenta en esta su ópera prima, la respuesta es clara: «No hay héroes, ni villanos. No hay fantásticas aventuras, no hay ciencia ficción. El público se va a encontrar con dos personajes corrientes, inmersos en la aventura más grande que pueda experimentar cualquier ser humano: la vida. Pero no la vida en sus momentos más plácidos, sino cuando te acorrala, cuando te aprieta. Esos momentos que ponen a prueba los valores humanos».
Esos dos personajes son Ernesto Santos, profesor jubilado y escritor de éxito, y David Lekue, neurocirujano y exalumno de Ernesto. El primero está obsesionado con la escritura de un poema que ponga la guinda a su exitosa carrera literaria; el segundo vive con preocupación los efectos de la obsesión de su antiguo profesor y gran amigo. Lejos de plantear el argumento con las herramientas de un drama clásico, Camacho ha permitido que la acción navegue por cauces ligeros, incluso con momentos de humor, para ir adentrándose escena a escena en el laberinto de complicada salida en el que se ven involucrados los protagonistas, y añadiendo efectos que dotan a la obra de frescura y acrecientan el interés. En la crítica antes mencionada, Juan Pedro Carrasco resalta este aspecto: «De mí cuando yo muera indaga, asimismo, en la utilización de fórmulas dramáticas que, aun no siendo originales, rompen con el desarrollo temporal de la obra y que dotan al montaje de un efecto sorpresivo y enriquecedor. Así ocurre con los soliloquios paralelos cercanos a la “acción indirecta” chejoviana o a la elipsis de corte cinematográfico con la explicación del estado anímico de Ernesto a David».
Al igual que en su estreno del año pasado y en las representaciones que siguieron, la puesta en escena corre a cargo de Ambostrés Teatro, que en esta ocasión contará con la colaboración de El Trascacho.
El próximo 26 de septiembre, a las 20:30 h, Juan Camacho verá su primer guion teatral cobrar vida sobre el escenario del Teatro Auditorio Francisco Nieva. No es difícil imaginar la emoción que ello puede suponer para un hijo de Valdepeñas que, pese a residir desde su infancia en Bilbao, nunca ha dejado de demostrar el amor por sus raíces. Los amantes del teatro, y de la Cultura en general, podemos estar agradecidos de que nos ofrezca la posibilidad de conocer el universo de De mí cuando yo muera, obra que, en palabras de Juan Pedro Carrasco, es «una propuesta que ofrece algo más y que no deja ni dejará indiferente al espectador».