Estamos hoy aquí, cumpliendo lo manifestado en la última concentración:»en cualquier momento que la Flotilla sea atacada, nos concentraremos ante la puerta del Ayuntamiento».
Lamentablemente no ha pasado demasiado tiempo para que tengamos que hacerlo realidad.


La Flotilla, que se encontraba en las proximidades de Creta, ha sufrido un ataque a gran escala y al menos diez embarcaciones han sido alcanzadas por proyectiles y sustancias químicas, lanzadas por drones.
Una vez más, Israel ha utilizado la razón de la fuerza porque carece de la fuerza de la razón.
Hay que ser miserables para, día tras día, condenar a seres humanos a la destrucción, sufrimiento y muerte (680.000):
niñ@s sepultados entre escombros y asesinados mientras jugaban.
Hay que ser miserables para acabar con enfermos que han muerto por no poder ser operados o no poder continuar un tratamiento.
Hay que ser miserables para acabar con la vida de hombres y mujeres que encontraban la muerte mientras se cambiaban de un lugar a otro.
Hay que ser miserables para asesinar a periodistas, porque quieren ocultar la verdad del genocidio.
Hay que ser miserables para haberse convertido en verdugos, quienes fueron víctimas.
Podréis asesinar a 680000 personas, pero jamás podréis acabar con la verdad.