Manifiesto leído en Piedrabuena.- En unos días se van a cumplir dos años de los crueles ataques de Hamás y otros grupos armados palestinos en el sur de Israel, en los que murieron en torno a 1.200 personas y 250 fueron secuestradas.
También se cumplen dos años desde el comienzo de la devastadora ofensiva israelí que hasta la fecha ha matado a más de 67000 personas y obligado a desplazarse a dos millones en la Franja de Gaza ocupada, aplicando el castigo colectivo contra la totalidad de un pueblo, lo que está prohibido por el derecho humanitario internacional.











Comprender los motivos y las causas de este conflicto es fundamental para encontrar el camino hacia la solución. El pueblo palestino ha sufrido desde 1948, año tras año, constantes expropiaciones de sus tierras, asesinatos indiscriminados, bloqueos… enjaulado detrás de muros mientras sus escuelas y hospitales eran bombardeados.
Desde el 7 de octubre de 2023 han muerto al menos 67000 personas, de los cuales 19.500 son niños y niñas, hay más de 14.500 desaparecidas, cientos de rehenes, los hospitales están derruidos y 1600 sanitarios han sido asesinados y asesinadas. Por eso no nos equivocamos cuando decimos que el conflicto israelí- palestino no tiene una solución militar
El de Palestina es un grito de dolor que resuena en todos los rincones del mundo. No podemos ser cómplices con nuestro silencio. No podemos permitir la equidistancia. El desplazamiento forzoso de un millón de personas en Gaza, el corte de suministros, el bombardeo de casas, carreteras y hospitales son crímenes de guerra que no pueden ser tolerados.
Cada pueblo, cada Estado tiene derecho a su propia seguridad. El derecho del pueblo palestino a la autodeterminación es afirmado por varias resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU y reconocido por casi toda la Asamblea General de la ONU.
Por otro lado no queremos olvidar que, como en todas las guerras, para las mujeres y niñas las políticas de destrucción en Cisjordania y de bloqueo de Gaza tienen el efecto de agudizar las violencias sexuales, de género y las desigualdades estructurales, siendo al mismo tiempo las encargadas de velar por la alimentación y supervivencia de sus familias.
Denunciamos el ecocidio que llevan aparejados los bombardeos que destruyen los territorios, están dejando una tierra muerta por cientos de años, regueros de cadáveres y el agua y el aire altamente contaminados.
Exigimos detener los bombardeos, proteger a la población de Gaza mediante la apertura de corredores humanitarios; permitir el paso de ayudas para la población afectada; trabajar por la liberación de rehenes y personas prisioneras palestinas e israelitas los ciudadanos israelíes tomados como rehenes y por la liberación de los prisioneros palestinos en las cárceles israelíes (5.000, entre ellos mujeres y menores)
Exigimos un alto el fuego inmediato, una paz justa para Palestina, que el Estado de Israel deje de intervenir en los países limítrofes como Irán, Siria o Líbano; y que los responsables de este genocidio sean juzgados ante el Tribunal Penal Internacional
Expresamos por tanto nuestro reconocimiento y solidaridad con la Flotilla de la Libertad, exigiendo la intervención firme de los estados para su protección y para la condena de su secuestro por el Estado de Israel en aguas internacionales. No son terroristas, son activistas, y su secuestro demuestra una vez más la impunidad del estado de Israel y la inacción de los estados europeos, entre ellos España.
Unimos nuestras sensibilidades con todas las personas que en estos días inundan calles, organismos y actos oficiales denunciando esta masacre, este genocidio perpetrado con planificada crueldad y absoluto desprecio por los derechos humanos. Necesitamos imaginar un movimiento de pacificación no violento en el que el pueblo Palestino tenga voz y agencia, donde ninguno de los pueblos tenga que irse. Estamos convencidos que, ante la actual crisis sistémica, la solución que dan las guerras es la peor.
¡BASTA DE BOMBARDEOS!
¡PAREMOS EL GENOCIDIO EN GAZA!
¡LA FLOTILLA NO SE TOCA!