La mina María Isabel de Puertollano, presente el XIII Congreso Internacional sobre Minería y Metalurgia Históricas

Jesús Manuel Jiménez Hernando.- Del 2 al 5 de octubre de 2025 se ha celebrado, en el municipio orensano de Parada de Sil, el XIII Congreso Internacional sobre Minería y Metalurgia Históricas en el suroeste europeo. Ha sido organizado por la Sociedad Española para la Defensa del Patrimonio Geológico y Minero (SEDPGYM), que este año cumple su 30 aniversario, y que celebró su VII Congreso Internacional sobre Patrimonio Geológico y Minero en Puertollano en el año 2006.

En estas jornadas la Cuenca Carbonífera de Puertollano ha estado presente gracias a la comunicación presentada por J. Manuel Jiménez Hernando titulada “Mina María Isabel. Un pequeño proyecto minero bien ejecutado”. Aprovechando la coyuntura de este congreso y el 25 aniversario del cierre de dicha mina, se ha preparado una ponencia sobre la actuación que durante 20 años (1980-2000) realizó el empresario turolense Plácido Úbeda López en la última concesión de carbón privada en funcionamiento en la cuenca carbonífera. Otorgada en 1874 fue explotada por minería de interior, en diferentes etapas entre los años 1875 y 1965, beneficiando la capas Primera (85 m de profundidad máxima), Segunda y Tercera (situadas respectivamente 120 y 150 m por debajo de la anterior) con una producción total en torno a las 800.000 t.

Las sucesivas crisis del petróleo de 1973 y 1979 impulsaron el empleo del carbón para la generación eléctrica en la Central Térmica de Puertollano motivo por el cual surgió la posibilidad de reexplotar desde superficie lo que quedaba de Primera ya que el resto de las capas se encontraban a bastante profundidad. Las grandes dificultades experimentadas en su laboreo previo obligaron a dejar sin explotar determinadas zonas, para seguridad y protección de galerías y pozos de extracción y para el aislamiento de fuegos incontrolados. La constatación de este hecho y el avance producido en materia tecnológica aplicado al desarrollo de explotaciones mineras a cielo abierto facilitaron el comienzo de una nueva etapa de explotación a cielo abierto en la concesión María Isabel.

En el período 1980-2000 Plácido Úbeda López benefició 1,2 millones de toneladas de carbón (un 50 % más que toda la extracción en los noventa  años de minería de interior) con un movimiento de 22 millones de m3 (ratio de 18 m3/tv) y la restauración y recuperación para actividades agroganaderas de unas 70 ha de superficie afectada por la actividad minera. Hay que tener en cuenta que tras noventa años de minería subterránea la necesaria ocupación del suelo para almacenamiento de carbón y vertido de estériles, la construcción de instalaciones de todo tipo abandonadas con posterioridad (pozos, planos inclinados, viviendas, cribas y almacenes), así como la inexistencia de normativa restauradora, contribuyeron a que el terreno ocupado mostrase un aspecto desolador.

La elección del ingeniero industrial Jesús Buj López (q.e.p.d.) como director-gerente fue el hito más importante para garantizar el éxito empresarial de este “PEQUEÑO PROYECTO MINERO BIEN EJECUTADO”. A su sólida formación técnica se unieron sus dotes de liderazgo, su capacidad de adaptación y su habilidad en la resolución de problemas y en la toma de decisiones. Se consiguió reunir un equipo de trabajo capacitado, motivado y experimentado para cubrir las seis áreas principales de actuación: explotación, tratamiento y lavado, mantenimiento, restauración, administración y gerencia y prevención de riesgos laborales. De esta manera, con una media de 25 trabajadores a lo largo de los 20 años de actividad, se consiguió realizar una explotación modélica y ejemplar desde el punto de vista técnico, social, económico y medioambiental.

En 2011 se produjo la caducidad de la concesión tras 136 años de vida, y posteriormente se descartaron los proyectos de ampliación de la mina Emma (operada por ENCASUR) hacia el este y de explotación integral del óvalo sureste de la cuenca, que afectaban de lleno a la mina e instalaciones de superficie, pasando a convertirse en una explotación agropecuaria. A modo de resumen, en una mina de pequeño tamaño se consiguió realizar una explotación modélica y ejemplar desde los puntos de vista técnico, social, económico y medioambiental, teniendo que adaptarse en cada momento a la diferente y variada normativa de regulación de los mercados eléctrico y carbonero y a la aparición por vez primera de legislación en materia de restauración medioambiental y de prevención de riesgos laborales.

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